Hay algo que va en aumento y desafortunadamente es la cifra de niños que visitan las salas de emergencia luego de haber ingerido una batería (pila) de tipo “botón”. Son menos conocidas que las tradicionales baterías cilíndricas que vienen en distintos grosores, pero como sirven para cargar una gran variedad de productos, seguro que ya tienes más de una en tu hogar. Si un hijo tuyo se las traga accidentalmente podría estar en un peligro muy grave. Así que es necesario que tomes medidas de seguridad.
Desde la perspectiva de un niño, el mundo se ve completamente diferente. Cualquier objeto, por insignificante que le resulte a un adulto, se convierte a través de los ojos del pequeño en algo interesante, casi mágico y totalmente digno de explorar con los cinco sentidos. Imagínate que a las manos de uno de tus hijos llegue una batería de botón (aplastada, en forma de disco), brillante, lisa, novedosa… y que se la lleve y se la introduzca en la nariz, en los oídos o peor, en la boca.
Si por accidente se introducen en la nariz o en los oídos, las consecuencias pueden ser molestias, dificultad al respirar, dolor y hasta la obligada visita al doctor o a la sala de emergencias para desalojarlas sin peligro. Pero cuando se ingieren y se alojan en el esófago (el tubo que conecta a la boca con el estómago), las pilas de botón pueden ocasionar complicaciones graves, incluso la muerte del paciente.
Una investigación reciente, cuyos resultados fueron publicados en la edición de junio de la revista Pediatrics, llama la atención acerca del aumento en las visitas a la sala de emergencia relacionadas con las pilas de botón, presentes en la mayoría de los hogares ya que son las encargadas de cargar: juguetes, calculadoras, cámaras, relojes, audífonos, linternas de bolsillo, así como los controles de varios aparatos como: televisores, videojuegos o reproductores de música o vídeo. Y como las más modernas traen el doble de voltios (de 1.5 voltios a 3 voltios), el peligro potencial es todavía mayor.
Según el estudio, en Estados Unidos solamente, en un período de 20 años hubieron 66,000 visitas de niños (hasta los 18 años de edad) a las salas de emergencias relacionadas con todos los tipos de baterías, con un incremento espectacular en los últimos ocho años. Las baterías de botón representaron la causa de cerca de 2,785 visitas a las salas de emergencia en el 2009, un aumento considerable en comparación con las 1,301 visitas en el 1990.
Los investigadores han lanzado el llamado de alerta por el incremento de los casos de emergencia, así como debido al mayor nivel de riesgo. Como comentábamos antes, las nuevas baterías de botón son ahora más potentes, por lo que cuando se tragan el riesgo es mayor que nunca. Aunque alrededor del 92% de los casos de ingestión son tratados con éxito, el resto se enfrenta a un riesgo cada vez mayor de daño interno grave. Según los expertos, cuando estas baterías se detienen en un punto en el esófago, pueden ocasionar una pequeña corriente y perforar el esófago, causando daños muy graves en menos de dos horas. Puede incluso afectar la arteria aorta y el niño puede sangrar hasta morir.
Si los padres sospechan que el niño se ha tragado una batería por accidente, o la tiene alojada en la nariz (de ahí puede aspirarla y puede tragarla). Por eso deben acudir de inmediato a la sala de emergencias más cercana sin perder tiempo. Algunos de los síntomas que pueden alertarlos son: dificultad para respirar, tos, dolor en el abdomen, náuseas, vómitos y/o heces con sangre, aunque es posible que el niño no tenga ningún síntoma.
Una vez en la sala de emergencia, se le someterá a una serie de pruebas para localizar y desalojar la pila:
Si el niño se tragó la pila (o batería) y ésta ya ha hecho el recorrido desde el estómago a los intestinos, a través de radiografías se verificará si se está desplazando por el tubo digestivo hasta que salga por las heces. Pero si se presenta cualquier síntoma sospechoso, puede significar que la pila ha viajado de nuevo hacia el estómago y en ese caso hay que sacarla mediante una endoscopía. Es muy importante actuar de inmediato para comenzar cuanto antes el tratamiento y evitar daños potenciales.
Ahora bien, ¿qué pueden hacer los padres para evitar que sus hijos las ingieran?
Es muy importante que tomes las siguientes medidas:
Como ves, la prevención es siempre la mejor medida. Los accidentes suceden en un abrir y cerrar de ojos. No podemos desechar toda la tecnología que tenemos en casa, pero sí podemos aprender a evitar el peligro. Algo tan pequeñito y aparentemente inofensivo como una batería o pila de botón puede tener consecuencias muy serias. Ahora ya sabes cómo evitarlas.
Imagen © iStock / Thomas Acop
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