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Los estudios indican que los hombres y las mujeres experimentan el estrés de diferente forma. Frecuentemente las mujeres responden con mayor emotividad y ansiedad mientras los hombres responden con mayor desapego o agresividad. Pero hay muchas otras diferencias y consecuencias. El estrés, especialmente cuando es crónico, puede tener efectos negativos en la salud, que son diferentes en ambos sexos.

La semana pasada hablamos del efecto del estrés en el sexo y en las relaciones sexuales. En otras columnas he discutido el efecto del estrés crónico en la salud. Aquí me concentraré en las diferencias del estrés en los hombres y las mujeres y algunas de las causas.

Siempre que hablamos de las diferencias entre los hombres y las mujeres, especialmente en cuanto a lo que se refiere a las emociones, existen ciertos estereotipos. Algunos de ellos probablemente están relacionados a lo que la cultura y la sociedad espera de ellos. A las niñas se les enseña a expresar sus emociones, mientras a los niños se les enseña a suprimirlas y portarse “como machos”. Si bien es cierto que algunas de estas diferencias, de acuerdo con los investigadores, se deben a la crianza; otros investigadores piensan que estas diferencias se han desarrollado debido a los roles que la evolución ha asignado a los hombres y a las mujeres para sobrevivir y prosperar.

Independientemente de la causa en el debate sobre las diferencias, los expertos piensan que estas podrían tener un efecto negativo en los miembros de ambos sexos, con consecuencias negativas en su salud a largo plazo.

Por ejemplo, estudios recientes han demostrado algunas de las diferencias en como las mujeres y los hombres reaccionan emocionalmente y cómo perciben las emocionen en otras personas:

  • Un estudio de 55 culturas encontró que las mujeres tienden a ser, en general: más emotivas, más extrovertidas, y más amables que los hombres.
  • Las mujeres interpretan las reacciones emocionales de otras personas mejor que los hombres, independientemente de si reciben las señales emocionales verbal o visualmente.
  • Las mujeres reportaron que experimentaban tanto el amor como el enojo con mayor intensidad. Sonreían más al recordar memorias alegres o de amor.
  • Los hombres y las mujeres experimentaban el estrés de diferentes formas. Las mujeres tendían a mostrar mayor tristeza o ansiedad que los hombres, mientras que los hombres tenían un aumento en su presión arterial y una tendencia a desear beber alcohol.

Ahora, no todo parece deberse a cuestiones de crianza, como mencioné anteriormente. De acuerdo con un estudio, los hombres que se estresan tienen mayor activación de la corteza prefrontal en el cerebro, que se asocia con la respuesta de lucha o huida. Mientras que cuando una mujer se estresa se activa el área límbica del cerebro. Esta región tiene que ver con las respuestas emocionales que se asocian con la respuesta de cuidar y “de hacerse amiga”.

  • Cuando los hombres se enfrentan a situaciones estresantes, tienden a responder de forma agresiva. Eso puede incluir conflicto verbal y acciones drásticas. Los investigadores sugieren que el área del cerebro asociada con predecir y entender las emociones y los sentimientos de otra persona se desactiva cuando la respuesta de lucha o huida se activa.
  • Cuando las mujeres se enfrentan a situaciones estresantes, tienden a responder “nutriendo” a sus hijos – la respuesta de cuidar. Además, en situaciones de estrés tienden a buscar apoyo y contacto con otros, y consuelo de otros, especialmente de otras mujeres. Esta es la respuesta de “hacerse amiga”, que es algo mucho más probable de ver en las mujeres que en los hombres.

De acuerdo con la American Psychological Association (APA), mientras ambos sexos reconocen el impacto que el estrés puede tener en la salud, los hombres parecen ser un poco más reacios a creer que lo está teniendo en su propia salud. Los hombres tienden a utilizar menos estrategias para cambiar su estilo de vida y su comportamiento, o de visitar a un terapista. Por lo mismo, los hombres frecuentemente reportan diagnósticos asociados con enfermedades físicas crónicas vinculados con comportamientos y estilos de vida que no son saludables.

Por ejemplo: de acuerdo con un estudio realizado por los National Institutes of Mental Health en 2009 para evaluar la relación entre el estrés crónico con los trastornos físicos y mentales en ambos sexos, se encontró lo siguiente:

  • Los hombres tienen menos probabilidades que las mujeres de reportar que el estrés tiene un impacto muy fuerte o fuerte en la salud de una persona (78% vs 88%)
  • Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de reportar que, a nivel personal, su propio estrés tiene un impacto pequeño o no tiene un impacto en su salud física (36% vs 26%) o en su salud mental (40% vs 32%)
    Esto hace que los hombres estén menos dispuestos a hacer algo relacionado al estrés.
  • Las mujeres tienen muchas más probabilidades que los hombres (70% vs 50%) de decir que han tratado de reducir el estrés en el transcurso de los cinco años previos.
  • Cuando se les preguntó a los participantes en el estudio que decidieron hacer un cambio en su estilo de vida o en su comportamiento, ya sea por decisión propia o en respuesta a una recomendación, ¿qué estrategia siguieron? Más hombres que mujeres dijeron que no siguieron ninguna estrategia (61% vs 45%). 
  • Los hombres tienen menos probabilidades que las mujeres de reportar que piensan que los psicólogos les pueden ayudar a cambiar su comportamiento o sus hábitos de vida de forma significativa (30% vs 38%), y de lidiar con las enfermedades crónicas (19% vs 38%).

La falta de asociación entre el estrés y la salud puede tener consecuencias:

  • Los hombres tienen más posibilidades de ser diagnosticados con las siguientes enfermedades crónicas: hipertensión (32% vs 23%), diabetes tipo 2 (12% vs 7%) y enfermedad cardiovascular o ataque al corazón (6% vs 2%)

De acuerdo con algunos expertos, las diferencias de género en el procesamiento y la respuesta emocionales tienen consecuencias directas sobre la salud física y emocional de los hombres y las mujeres. Las mujeres demasiado emocionales tienden a tener un mayor riesgo de depresión, ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo, mientras que los hombres que reprimen sus sentimientos tienden a tener un mayor riesgo de sufrir problemas físicos como presión arterial alta, y también tienden a permitirse comportamientos más riesgosos y vicios como fumar o beber.

Obviamente que los niveles de estrés varían de persona a persona y en diferentes momentos de la vida, pero cuando el estrés es muy intenso o se prolonga por periodos largos, es importante aprender a manejarlo. Aquí en Vida y Salud hay varias formas de aliviar y estrategias para combatir el estrés https://www.vidaysalud.com/7-formas-de-aliviar-el-estres/ y https://www.vidaysalud.com/estrategias-para-combatir-el-estres/. Lo importante es encontrar el tiempo para hacerlas. Si esto no es suficiente, busca ayuda profesional https://www.vidaysalud.com/el-estres-cuando-debes-buscar-ayuda-profesional-para-manejarlo/. Te alegrarás de haberlo hecho.

 

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