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Varias investigaciones demuestran que las mascotas pueden ser una opción muy saludable para los niños. Y si se trata de elegir, los perros son los que suelen mostrar más beneficios. Sigue leyendo y descubre más detalles sobre las mascotas y la salud respiratoria de tus hijos.

Algunas personas opinan que las mascotas pueden transmitir enfermedades a los niños. Otras en cambio piensan que es saludable para ellos tener la compañía de tan fieles amigos,  y otros se preguntan qué hacer con ellas cuando está por llegar un bebé.

El tema no está cerrado y falta mucho para que ello ocurra, pero mientras que es cierto que los animales pueden transmitir algunas enfermedades a las personas (como la toxoplasmosis, que puede ser contagiada por los gatos), es igualmente cierto que son cada vez más las investigaciones que comprueban las ventajas de tener un animal en casa.

Un estudio llevado a cabo por unos investigadores del Hospital de la Universidad de Kuopio, en Finlandia, encontró que los bebés que viven con perros y gatos durante el primer año de su vida podrían ser menos susceptibles a las infecciones respiratorias, como el resfriado común.

En general, según este estudio que fue publicado en la revista Pediatrics, los niños que habían tenido cierta exposición a los perros o a los gatos en casa tuvieron menos semanas con tos, infecciones de oído y escurrimiento nasal, y necesitaron tomar menos antibióticos que los niños que no habían compartido sus primeros años con una mascota.

Para llegar a estos datos, los investigadores analizaron a casi 400 niños que nacieron en Finlandia entre septiembre de 2002 y mayo de 2005. Para ello les pidieron a los padres que completaran informes semanales, en los que incluyeron datos sobre la frecuencia de síntomas de enfermedades o infecciones respiratorias y el contacto con perros y gatos.

Así detectaron que, durante el primer año de vida, el 72 por ciento de los niños tuvo fiebre, el 40 por ciento tuvo una infección de oído, el 97 por ciento tuvo goteo nasal (rinitis), el 84 por ciento tuvo tos y el 32 por ciento presentó sibilancias respiratorias (silbidos al respirar). Asimismo, casi la mitad de los niños tuvo que tomar antibióticos, al menos una vez.

Entre los participantes, el 62 por ciento de los niños tuvo un perro y el 34 por ciento un gato en algún momento del estudio, pero al finalizar (luego de once meses), casi dos tercios de los padres dijo que no tenían un perro en casa y tres cuartas partes afirmó que no tenían un gato.

Con estos datos, los científicos pudieron determinar que los perros eran particularmente protectores y que la exposición a los gatos también demostró un efecto protector, pero no fue tan potente como el efecto de la exposición a los perros.

Al respecto, otro estudio reciente que se hizo con ratones ha encontrado que los perros pueden ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar asma. En este caso, se trata de una investigación publicada en la edición en línea de la revista Scientific American, en la que los investigadores tomaron el polvo de los hogares con perros y con él alimentaron a los ratones que luego fueron expuestos al virus de una infección respiratoria infantil.

Del mismo modo, en www.vidaysalud.com también te habíamos contado de otra investigación según la cual tener un perro en casa desde la primera infancia podría ayudar a los niños a combatir alergias y asma (algo que no ocurrió con los gatos). Además, jugar con las mascotas es bueno para mantenerse activos, consumir calorías y evitar la obesidad infantil junto con todos los problemas de salud asociados a esta condición.

Con estos datos en mente, ya puedes olvidar las culpas y los temores de tener una mascota cuando hay niños en casa. Los especialistas recomiendan siempre tener en cuenta algunos cuidados con la higiene y el contacto con los animales, en especial cuidado en caso de que ya exista alguien alérgico en el hogar. Aun así, hay formas de convivir con un animal en casa.

Por último, recuerda que un animal es un ser viviente que demandará cuidados y cariño y se convertirá en un integrante más de la familia. Por eso, la decisión debe ser compartida por todos los miembros del hogar. Entonces sí, si todos están de acuerdo… ¡a disfrutar la compañía de esos pequeños traviesos!

 

Imagen © Shutterstock/ Chirtsova Natalia

 

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