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  • Las personas con puntuaciones más altas en inteligencia fluida toman más tiempo para resolver las tareas más difíciles en comparación con las personas con menor puntuación, según un estudio que publica Nature Communications.
  • El objetivo del estudio era comprender cómo las redes biológicas determinan la toma de decisiones, para así poder desarrollar herramientas inspiradas en las dinámicas de nuestro cerebro y aplicaciones robóticas.
  • Si el cerebro tiene más tiempo y considera más evidencias, invierte más en la resolución de problemas y encuentra mejores soluciones. Por lo tanto, el estudio presenta nuevas evidencias que desafían una noción común sobre la inteligencia humana.

Si pensamos en una persona inteligente muy probablemente podemos pensar, de manera intuitiva, que es una persona que toma decisiones rápidamente. ¿Es esto verdad? Pues aunque resulte sorprendente, los resultados de un nuevo estudio neurocientífico desafían esta suposición de larga tradición en la investigación de la inteligencia. Se trata de un estudio realizado por investigadores del Human Brain Project de la Universidad Charité de Berlín (Alemania), con la colaboración del investigador del Center for Brain and Cognition (CBC) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), de Barcelona (España), Gustavo Deco. 

La investigación, cuyos resultados publica la prestigiosa revista científica Nature Communications, tenía como objetivo comprender cómo las redes biológicas determinan la toma de decisiones, para así poder desarrollar herramientas inspiradas en las dinámicas de nuestro cerebro y aplicaciones robóticas. Pero los investigadores se toparon con este curioso hallazgo sobre la velocidad en la toma de desiciones.

Ahora que esta en pleno auge la expansión y la investigación de la inteligencia artificial, resulta muy interesante estudiar todo lo relacionado con la forma en la que los humanos tomamos decisiones. “Creemos que los modelos biológicamente más realistas pueden superar a la inteligencia artificial clásica en el futuro”, asegura Petra Ritter, investigadora principal del estudio de la Charité University de Berlín, que añade que “si el cerebro tiene más tiempo y considera más evidencias, invierte más en la resolución de problemas y encuentra mejores soluciones”.

Los resultados del estudio muestran que las personas con puntuaciones más altas en inteligencia fluida (FI), concepto que hace referencia a la capacidad de las personas de tomar decisiones difíciles antes situaciones nuevas, se tomaron más tiempo para resolver las tareas más difíciles en comparación con las personas con menor FI. Solo fueron más rápidas al responder preguntas simples. “Intuitivamente, esto no es tan sorprendente: si el cerebro tiene más tiempo y considera más evidencias, invierte más en la resolución de problemas y encuentra mejores soluciones. Por lo tanto, el estudio presenta nuevas evidencias que desafían una noción común sobre la inteligencia humana”, indica la investigadora.

Por su parte, el investigador Gustavo Deco, de la UPF, comenta que “esta investigación supone un cambio radical respecto a los estudios hechos hasta ahora, en los que se modelaban las dinámicas cerebrales (…) en áreas singulares. Aquí se asume un cambio de paradigma: que la computación de tareas cognitivas está radicalmente distribuida en todo el cerebro”.

El proceso de toma de decisiones

Para investigar cómo funciona el cerebro humano en el proceso de toma de decisiones, estos científicos usaron un enfoque muy innovador. En lugar de estudiar regiones cerebrales específicas mientras realizamos tareas, decidieron analizar el cerebro en su conjunto. Gustavo Deco considera que esto marca un cambio radical en la forma en que se han realizado estudios anteriormente. En lugar de enfocarse en pequeños circuitos en áreas específicas, ahora están adoptando un enfoque de “todo el cerebro”. ¡Es como si hubiera habido una revolución en la forma en que vemos la computación cerebral!

Y lo que descubrieron es que tener una buena sincronización entre diferentes partes del cerebro es clave para resolver problemas. No necesariamente más rápido, pero definitivamente mejor. Al disminuir la sincronización, los circuitos de toma de decisiones en el cerebro saltan rápidamente a conclusiones, pero cuando hay una mayor sincronización, se integra mejor la evidencia y se crea una memoria de trabajo más sólida.

Para llevar a cabo este estudio, analizaron las dinámicas cerebrales de 650 personas y realizaron simulaciones utilizando redes neuronales artificiales. Les pidieron que resolvieran una serie de tareas cada vez más difíciles llamada Prueba de Razonamiento Penn Matrix (PMAT). Después compararon las simulaciones con los datos reales recopilados de las personas que participaron en el estudio y los resultados les permitieron medir la inteligencia fluida de los participantes.

Aquí viene lo más interesante: descubrieron que las personas con mayor inteligencia fluida tardan más en resolver las tareas difíciles. Es como si tuvieran un proceso de pensamiento más complejo.

Todo esto fue posible gracias a la simulación cerebral, una herramienta que utilizan muchos laboratorios de investigación, incluido el de Petra Ritter. Con ella, pueden complementar los datos de observación y desarrollar una teoría sobre cómo funciona nuestro cerebro. En este estudio, utilizaron la simulación cerebral para comprender cómo la conectividad estructural y funcional del cerebro se relaciona con nuestro rendimiento cognitivo.

Así que, en resumen, los científicos han estado jugando con redes cerebrales artificiales y personas reales resolviendo acertijos difíciles para entender cómo tomamos decisiones. ¡Es increíble cómo la ciencia puede llevarnos a descubrimientos tan fascinantes!

 

Por Karla Islas Pieck
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Imagen: ©Shutterstock / iona didishvili

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