La llegada de un hijo transforma la vida familiar por completo. Entre rutinas, biberones y noches sin descanso, mantener la relación en la crianza puede sentirse difícil. Muchas parejas describen que pasan de ser compañeros amorosos a ser “compañeros de funciones”. Pero esto no significa que el amor desaparezca; significa que necesita nuevas estrategias. En este artículo te ofrecemos consejos y herramientas para fortalecer el vínculo. Y evitar que la conexión afectiva se diluya.
Conversaciones reales para mantener la relación en la crianza
La comunicación es la base para mantener la relación en la crianza y cuidar el vínculo. El psicólogo Brian Doss, de la Universidad de Miami, lo resume bien. “Yo siempre recomiendo hacer algunas sesiones de terapia de pareja antes del parto. Especialmente para aprender a tener conversaciones”. Además, comenta: “Las parejas que mantienen o recuperan la conexión son las que hablan”.
Estas conversaciones son para que cada uno se sienta visto, escuchado y comprendido. No solo de tareas. “Así se permite alinear expectativas y evitar resentimientos acumulados”, comenta el experto.
Cómo practicar una comunicación que conecta
- Check-in diario. ¿Cómo estás? ¿Qué necesitas hoy? Así puedes “tomar la temperatura” emocional.
- Listas claras de tareas. Ayudan a evitar malentendidos y a equilibrar cargas sintiendo la participación
- Hablar desde el “yo”. Di “yo me siento…” en vez de “tú siempre…”. Así describes lo que te sucede y no pones etiquetas. Intenta hablarlo cuando la situación se enfríe, eso permite pensar mejor.
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Mini-rituales para cuidar la pareja mientras se cría
Son el secreto para cuidar la pareja mientras se cría y sostener la intimidad emocional. No esperes a que “surja”, reservarlo lo hace real. Lo importante es ser contante, tener cariño y mucha paciencia.
Para el psicólogo Nicolás Navarro, “estas mantienen la intimidad emocional y recuerdan por qué están juntos. Ante la locura que es criar, todo cansador. Pero la pareja hay que cuidarla también”.
Ideas simples que funcionan
- Mensajes cariñosos a media tarde. Lo importante es mostrar que ves al otro en lo que hace.
- Cenas o un café breve juntos después de dormir al bebé (20–30 min). Revisa estos artículos.
- Caricias antes de dormir. Al principio son besos, abrazos y cariño. Recuperen la base.
- Momento de risa. Compartir algo gracioso del día o mirar juntos una recopilación de reels.
- Autocuidado individual. Descansar, hobbies y espacio personal evitan la explosión.
Apoyo mutuo, consciente y equidad en la crianza
Una de las claves para mantener la relación en la crianza es que cada uno sienta que su esfuerzo es valorado. No se trata de dividir exactamente 50/50, sino de sentir la equidad. Prácticas en equipo
- Respetar la lista semanal de tareas. Es clave no olvidarla y ser flexible.
- Agradecer en voz alta, incluso lo que le tocaba a cada uno. Eso vale muchísimo.
- Evitar la “maternal gatekeeping”. Es decir, que muchas mamás sienten que el otro no lo puede hacer mejor que ellas. Dejar que él lo haga, aunque no sea perfecto, fortalece la implicación paterna.
- Pedir ayuda a la red de apoyo. Amigos, abuelos, babysitters permiten preservar el tiempo en pareja.
Señales de alarma y cuándo pedir ayuda
Si hay distancia emocional, mayores discusiones, quizá se deba pedir apoyo profesional. Esto puede transformar la relación. La terapia de pareja no solo repara; también previene.
Además, el posparto puede activar depresión tanto en madres como en padres. Detectarlo es esencial para mantener la relación en la crianza. Y así no se carga a la pareja con dolor no atendido.
Nicolás Navarro añade: “Los cambios hormonales, la lactancia, molestias abdominales y debilidad del suelo pélvico pueden reducir el deseo (…) y hacer que el contacto íntimo sea incómodo”. Es importante dar el espacio, validar lo que se siente y nunca minorizar. Si hay signos de esto, es importante replantearse con profesionales cómo enfrentarlo. Cuidar la pareja es cuidar la familia.
Preguntas frecuentes
1. ¿Es normal que la relación cambie después de tener hijos?
Sí. Las nuevas responsabilidades cambian rutinas y prioridades. Con estrategias adecuadas, la relación puede incluso fortalecerse.
2. ¿Cómo podemos mantener la conexión si estamos agotados?
Con rutinas pequeñas. Como un abrazo consciente o un check-in diario. Dar unos minutos pueden marcar una diferencia.
3. ¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Cuando hay discusiones constantes, distanciamiento prolongado o signos de depresión posparto en alguno de los dos.
4. ¿Qué hacer si mi pareja y yo criamos de formas distintas?
Conversar expectativas, negociar límites comunes y escuchar sin juzgar. La diversidad puede complementar al equipo.
Por Carlos Diego Ibáñez
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