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La Organización Mundial de la Salud define al sobrepeso y a la obesidad como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede perjudicar la salud. En la columna pasada entré en más detalle al respecto. Lo que es importante recalcar es que es un problema de salud, no es un problema cosmético. Cuando los cambios en el estilo de vida – que incluyen la dieta, la actividad física y las modificaciones en el comportamiento – no funcionan, es cuando se deben considerar los medicamentos recetados y aprobados por la FDA para el tratamiento de la obesidad. Aquí encontrarás la lista de estos medicamentos, cómo funcionan y sus efectos secundarios más frecuentes.

Los siguientes son los medicamentos aprobados por la FDA para el tratamiento de la obesidad. Todos requieren receta médica:

  • Semaglutide (Wegovy) 

Es para adultos. Se da una vez a la semana por inyección subcutánea (2.4 mg/semana). La FDA lo aprobó en junio del 2021 con este objetivo.

Es un agonista del péptido-1 similar al glucagón. El péptido similar al glucagón-1 (GLP-1) es un regulador del apetito y el consumo de calorías, y el receptor de GLP-1 está presente en varias áreas del cerebro involucradas en la regulación del apetito. Con otros nombres y dosis se usa para el tratamiento de la diabetes.

Entre sus efectos secundarios, puede causar dolor de cabeza y cansancio, pero especialmente efectos en el aparato gastrointestinal (náusea, vómito, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal) y, rara vez, puede causar pancreatitis.

  • Liraglutide (Saxendra)

Es para adultos y niños de 12 años y mayores. Se inicia a una dosis de 0.6 mg por inyección subcutánea diariamente por una semana y se aumenta por 0.6 mg/día en intervalos de cada semana hasta que se alcanza una dosis de 3 mg.

Es un agonista del péptido-1 similar al glucagón, como el anterior. Con otro nombre se usa para el tratamiento de la diabetes.

Los efectos secundarios pueden incluir dolor de cabeza, aumento en el pulso y efectos en el aparato gastrointestinal (náusea, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal) y, rara vez, puede causar pancreatitis.

  • Orlistat (Xenical)

Es para adultos y niños de 12 años y mayores. Es una pastilla. En dosis más bajas se consigue sin necesidad de receta médica.

Bloquea la acción de la lipasa pancreática, una enzima que ayuda con la digestión de los triglicéridos en el intestino. Esto reduce la absorción de la grasa que se consume.

Puede reducir la absorción de algunas vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y del beta-caroteno, así como de algunas medicinas.

Entre los efectos secundarios se encuentran: distensión por gas, diarrea, dolor abdominal, materia fecal o heces grasas/aceitosas, aumento en la defecación y/o incontinencia fecal.

  • Setmelanotide (Imcivree)

Es para niños de 6 años y mayores. Es una inyección. La FDA lo aprobó en noviembre del 2020 para controlar el peso en la obesidad causada por tres trastornos genéticos raros (las deficiencias de pro-opiomelanocortina (POMC), de proproteína convertasa subtilisina/kexina tipo 1 (PCSK1) o de receptor de leptina (LEPR). 

Puede disminuir el apetito y aumentar la sensación de saciedad. Podría aumentar el metabolismo, pero no trata el problema genético de fondo.

Es un agonista de la melanocortina-4. 

Los efectos secundarios incluyen reacción en el sitio de la inyección, oscurecimiento de la piel, náusea, depresión e ideación suicida, entre otros.

  • Fentermina y topiramato (Qsymia)

Es para adultos. Es una pastilla. Es una combinación de dos medicamentos aprobados por la FDA en julio del 2012. 

La fentermina y el topiramato disminuyen el apetito. El topiramato podría ayudar con la saciedad también. El topiramato es un antiepiléptico. 

El topiramato puede causar somnolencia, entumecimiento en las manos y los pies, y pérdida de la memoria. Otros efectos secundarios potenciales junto con la fentermina incluyen estreñimiento, mareos, sequedad o cambio en el sabor de la boca y dificultad para dormir.  

  • Bupropion y naltrexone (Contrave)

Es para adultos. Es una pastilla que contiene una combinación de dos medicamentos que se cree reducen el apetito y aumentan el gasto de energía al aumentar la actividad de las neuronas pro-opiomelanocortina (POMC). Podrían ayudar con la sensación de saciedad.

El bupropion aumenta la actividad de la dopamina en el cerebro, lo que lleva a la reducción del apetito y a aumentar el gasto de energía aumentando la actividad de las neuronas pro-opiomelanocortina (POMC). El Naltrexone bloquea los receptores de los opioides en las neuronas POMC, previniendo la inhibición de la retroalimentación de estas neuronas y aumentando aún más la actividad de las POMC. 

El bupropion también se usa para el tratamiento de la depresión y para ayuda a las personas a dejar de fumar. El Naltrexone también se usa para tratar la dependencia a las drogas y al alcohol.

Entre los efectos secundarios potenciales se encuentran: sequedad de boca, estreñimiento, diarrea, mareo, dolor de cabeza, aumento en la presión arterial, aumento en el pulso, insomnio, náusea, vómito, daño hepático (en el hígado).

  • Medicamentos para uso a corto plazo (8 a 12 semanas)

En Estados Unidos, existen cuatro medicamentos en esta categoría para el tratamiento de obesidad:

  • Dietylpropion
  • Fendimetrazina
  • Benzfetamina
  • Fentermina

Son para adultos y para uso a corto plazo.

Aumentan unas sustancias químicas en el cerebro que o disminuyen el apetito o aumentan la saciedad.

Entre los efectos secundarios se encuentran: nerviosismo, irritabilidad, mareo, dificultad para dormir, estreñimiento, sequedad de boca, dolor de cabeza, aumento en la presión arterial, aumento en el pulso.

Existe investigación para tratar de entender la obesidad y para tratar de encontrar nuevas estrategias para su terapia. Entre ellas está el estudio de los microbios intestinales (el microbioma) para tratar de controlar el peso cambiando bacterias; apuntando a genes específicos asociados con la obesidad para tratar de modificarlos; tratando de regular algunas hormonas en el intestino asociadas con la obesidad. La idea es encontrar una variedad de medicamentos más efectivos y seguros.

Si crees que podrías beneficiarte de tomar un medicamento que te ayude a perder peso, habla con tu médico. Desgraciadamente no todos están cubiertos por los seguros médicos, y algunos tienen contraindicaciones con algunas medicinas y algunas condiciones de salud. Recuerda, que tomar uno de estos medicamentos no implica que podrás alejarte de una dieta saludable, controlando tus porciones y calorías, ni podrás dejar de hacer ejercicio regularmente. Además, deberás seguir llevando hábitos de vida saludable. La medicina se sumaría a esos esfuerzos.

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Imagen: ©Shutterstock / chalermphon_tiam

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