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La FDA ha aprobado el uso de un nuevo medicamento contra los sofocos característicos de la menopausia. Se trata de la denominada paroxetine, que con el nombre comercial de Brisdelle será la primera medicina que no utiliza hormonas para combatirlos. Aquí te contamos más detalles sobre cómo actúa este fármaco.

El tiempo pasa para todas, y tarde o temprano llegará la menopausia, que ocurre cuando la mujer deja de tener su período menstrual durante todo un año. Pero, frecuentemente, antes de llegar a ese momento muchas mujeres atraviesan por otro período de tres a cinco años conocido como perimenopausia. En la perimenopausia se empiezan a producir cambios hormonales que a algunas mujeres les causan síntomas que incluyen los típicos sofocos, calores o sudores nocturnos, aunque a veces, a pueden incluso suceder en el transcurso del día.

La menopausia es una etapa normal en la vida de la mujer. Recuerda que los ovarios producen las hormonas femeninas llamadas estrógeno y progesterona, que controlan los períodos menstruales y otros procesos en su cuerpo. Cuando te acercas a la menopausia, los ovarios disminuyen la producción de estas hormonas.

Algunas mujeres no tienen síntomas o no los notan. Pero para otras pueden llegar a ser muy molestos. Cuando estos aparecen, pueden incluir periodos irregulares, sequedad vaginal, dificultad para dormir, insomnio, cambios en el estado de ánimo y, los más conocidos, los renombrados son los sofocos o calores, que en verdad no se sabe bien porqué se producen.

Para combatirlos, hasta el momento, se utilizan los llamados medicamentos de reemplazo hormonal, que contienen estrógeno o una combinación de estrógeno y progesterona. El problema es que algunas mujeres no quieren o no pueden tomar medicamentos con hormonas.

Y aunque un poco de calor pueda parecerte algo sin importancia, hay mujeres que en verdad sufren mucho cuando los padecen y hasta deben modificar su estilo de vida y su rutina diaria, por ejemplo, porque se despiertan por las noches debido a los sofocos y realmente sienten “como si les prendieran fuego” o se tienen que cambiar la pijama o el camisón debido a lo que sudan.

¿Sabes de qué estoy hablando? Quizá sepas a lo que me refiero, ya que se estima que estas molestias, en mayor o menor intensidad, se presentan en el 75 por ciento de las mujeres con menopausia.

Para todas ellas, este estudio podría ser una buena noticia. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) en Estados Unidos ha aprobado una nueva alternativa para su tratamiento, que no utiliza hormonas. Se refiere a una terapia con una medicina que se conoce como paroxetine, que será comercializada con el nombre Brisdelle, que contiene mesilato de paroxetine, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina o ISRS (uno de los transmisores químicos que participan en la repuesta del cerebro a la ansiedad).

El paroxetine, que se encuentra en medicamentos como el Paxil y Pexeva, ya se usa en dosis mayores para tratar otras condiciones de salud como la depresión, el desorden obsesivo compulsivo, los ataques de pánico y el desorden de ansiedad generalizada, con la advertencia de que puede aumentar los pensamientos suicidas, como parte de sus efectos no deseados.

Para comprobar la seguridad y la efectividad de este nuevo producto contra los sofocos o calores de la menopausia, los especialistas se basaron en dos estudios en donde evaluaron a casi 1,200 mujeres postmenopáusicas con sofocos moderados a severos (7 u 8 por día o entre 50 y 60 por semana).

En uno de los estudios el tratamiento fue de 12 semanas y en el otro de 24, con dosis de Brisdelle de 7.5 miligramos de paroxetine una vez por día, a la hora de dormir. Al finalizar, los resultados mostraron que Brisdelle redujo los sofocos, en comparación con quienes habían tomado placebo, aunque no se conoce cómo esta medicina logra reducir los calores de la menopausia.

Desgraciadamente esta medicina tiene algunos efectos no deseados, entre los que se reportaron con mayor frecuencia están: dolores de cabeza, fatiga y náuseas o vómitos. Además, la etiqueta debe incluir una advertencia entre otros efectos negativos potenciales, que puede provocar una reducción en la eficacia del tamoxifeno (el medicamento que se utiliza con más frecuencia en la quimioterapia hormonal contra el cáncer de mama), cuando ambas medicinas se usan juntas; y un aumento en el riesgo de sangrados (hemorragias) y del desarrollo de algo que se conoce como “el síndrome de la serotonina”, que produce inquietud, aumento en la frecuencia de los latidos del corazón y presión alta.

Siempre es bueno tener alternativas y esta es otra forma de buscar una solución a tu problema de los sofocos de la menopausia. Puedes conversar con tu médico para que juntos determinen cuál es el mejor método para tu situación en particular.

Imagen © iStockphoto.com / Juanmonino

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