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Los tatuajes son para toda la vida pero muchas veces nuestras ideas no son las mismas a lo largo de ella, somos seres en continuo cambio y movimiento. Entonces, ¿qué se puede hacer si en algún momento queremos borrar ese tatuaje que antes nos resultaba tan bonito?

Si llegó el momento en que te acuerdas de todos los que te advirtieron que te arrepentirías de este vistoso tatuaje que ya no quieres lucir más, el lamentarse no cambiará las cosas, así que en vez de preocuparte es hora de que te pongas manos a la obra para buscar información clara y confiable. Pero…¿será posible borrar todo tipo de tatuaje?

Lamentablemente, no se pueden remover totalmente todos los tatuajes y por eso, son muy pocos los cirujanos que garantizan que te los quitarán por completo. Sin embargo, existen algunos métodos que son más efectivos que otros y existen algunas alternativas que a lo mejor te ayudan a que puedas quitarte ese tatuaje que ya no quieres.

La posibilidad de que un tatuaje quitarse depende de varios factores y la permanencia de los colores o las manchas una vez que te lo quiten varía según el tamaño del tatuaje, la ubicación, la capacidad de sanar de cada persona, de cómo haya sido aplicado el tatuaje (con qué método y con qué tipo de tinta) y de cuánto tiempo lo hayas tenido. Por ejemplo, los tatuajes más recientes son más difíciles de quitar que los antiguos.

Existen varios métodos para quitarte un tatuaje, pero el más utilizado en la actualidad (que además es el menos doloroso e invasivo) es el que utiliza láser para lograrlo. En este caso, se utilizan haces de luz que penetran la piel y se dirigen hacia los pigmentos (la tinta) específicos del dibujo. Luego, esos pigmentos son eliminados por tu propio sistema de defensa.

Este método funciona bien con tatuajes en negro y azul, pero otros colores pueden resultar más complicados de quitar, los más resistentes son el verde y el amarillo.

La eliminación de tatuajes con láser suele requerir una serie de visitas al especialista. Y si bien las sesiones duran sólo minutos, puede resultar incómodo y la sensación puede ser muy similar a la de hacerse un tatuaje. Incluso, el proceso completo puede llevar varios meses.

Asimismo, al igual que cuando te haces un tatuaje, deberás cuidar la zona afectada, mantenerla limpia pero sin frotar. Además, la zona afectada puede enrojecerse durante unos cuantos días y se puede formar una costra.

Este método en general es efectivo pero pueden presentarse otros inconvenientes. Por ejemplo, que la zona donde tenías el tatuaje se vuelva más oscura que el resto de tu piel o, por el contrario, que se vuelva más clara que el resto de tu piel. También se puede infectar o te pueden quedar cicatrices.

Como si esto fuera poco, este tipo de operación suele ser muy costosa, dependiendo de cómo sea el tatuaje.

Antes de que existiera la cirugía laser se utilizaban otros métodos más riesgosos y dolorosos, que aún se siguen utilizando, en ciertas ocasiones, actualmente. Entre ellos:

  • Dermabrasión: un procedimiento mediante el cual se “lija” o se raspa la piel para quitar las capas superiores y, de ese modo, se elimina el dibujo.
  • Criocirugía: con este método primero se congela la zona afectada y luego se quita la piel donde está dibujado el tatuaje.
  • Extirpación: se trata de una cirugía dermatológica (de la piel) mediante la cual se remueve el tatuaje con un bisturí (un corte) y luego se cierra la herida con puntos.

Como verás, no es sencillo quitarse un tatuaje.

Sea por el motivo que sea, si ya no quieres tener ese tatuaje pero tienes dudas acerca de si quisieras someterte a alguna de estas técnicas o no, existe otra alternativa que es: tapar el tatuaje que tienes con otro. Claro que esto no elimina el tatuaje pero sí puede ayudarte a cambiar tu imagen y adaptarlo a tu forma de ser actual.

Carlos fue uno de ellos, hace 10 años se había tatuado junto a su prometida con quien al poco tiempo se casó y tuvo dos hijos. Hace unos meses, tras el fracaso de su matrimonio decidió que debía remover esa imagen tribal que lucía en su hombro como símbolo del amor y el compromiso que alguna vez habían sentido con la mamá de sus hijos.

Luego de evaluar varias alternativas decidió diseñar su nuevo tatuaje que no dejara rastros del anterior. Hoy, en cambio, luce un gran guerrero, símbolo de su fortaleza y de que hay que seguir adelante a pesar del dolor y los conflictos.

Si estás pensando en eliminar ese tatuaje que ya no te gusta, consulta con uno o más dermatólogos o cirujanos plásticos, prepara una lista de preguntas y no dejes de consultar todas tus dudas.

Ten en cuenta que algunos talleres para tatuajes también ofrecen eliminarlos, pero es mejor asegurarte de que la persona que lo quite sea un médico. Así disminuyes los riesgos de complicaciones.

 

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Imagen: ©Shutterstock / Evgeniy Kalinovskiy

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