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Un niño con sobrepeso no es cuestión de juego.  En comparación con sus compañeritos con un peso normal, un niño pasado de libras (kilos) a los 5 años, tiene un riesgo cuatro veces mayor de ser obeso al llegar a la adolescencia y continuar así en la etapa adulta, con todas las complicaciones que conlleva. Así lo demuestra un estudio reciente.

Los alarmantes niveles de obesidad siguen creciendo en todo el mundo.  Lo triste es que no solamente aumentan entre los adultos sino además entre los niños.  Aunque las tasas de obesidad siguen siendo más altas entre los adultos, en términos relativos, en algunos países como Estados Unidos, Brasil y China, por ejemplo, se observa una incremento en la obesidad todavía más rápida entre los niños que en los mayores.  Se trata de uno de los problemas de salud pública más serios de este siglo y no es para menos.  Imagínate todos los efectos negativos de la obesidad (enfermedades cardíacas, incidencia de cáncer, diabetes, por citar algunos), afectando la vida de millones de personas empezando en la infancia.

Según informaciones de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Harvard, se estima que a nivel mundial alrededor de 43 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso u obesidad en el 2010, un aumento del 60 por ciento en relación con los datos del 1990.  Si la tendencia continúa, se calcula que para el año 2020 el 9 por ciento de todos los niños en edad preescolar en el mundo (alrededor de 60 millones de niños), tendrá sobrepeso o será obeso.

Por supuesto que querrás evitar a toda costa que un hijo tuyo caiga dentro de las estadísticas. La obesidad puede poner en peligro cada sistema de su cuerpo. Puede afectar su corazón, sus pulmones, su sistema digestivo, los riñones, así como los huesos y los músculos. Por si fuera poco, puede alterar los niveles de las hormonas que controlan su glucosa (azúcar) en la sangre o su pubertad, elevar su estrés, provocar problemas de autoestima, y hasta de bajo rendimiento escolar.

Cuanto antes comiences a tomar medidas para que tu hijo mantenga el peso indicado para su edad, mejor.  Si te esperas, podrías empezar cuando ya tenga algún efecto en su cuerpo por el exceso de peso.

Considera los resultados de una investigación reciente realizada en la Universidad de Emory, en Atlanta, en Estados Unidos. Según un informe publicado en la edición de enero de New England Journal of Medicine, los niños de 5 años con sobrepeso se enfrentan a un riesgo cuatro veces más alto de ser obesos a los 14, en comparación con niños de la misma edad que tienen un peso normal. Es más, de los niños que se volvieron obesos entre los 5 y los 14 años, casi la mitad ya tenía sobrepeso al comenzar el kinder.

Para llegar a estos resultados, los investigadores evaluaron datos tomados del Early Childhood Longitudinal Study (Estudio Longitudinal de la Infancia Temprana) en el que participaron más de 7,700 niños en edad de kinder (unos 5.6 años como promedio), provenientes de todas partes de los Estados Unidos.  El peso y la estatura de los niños se midió en siete ocasiones diferentes hasta que llegaron al octavo grado (un promedio de 14.1 años de edad).

Al comienzo del estudio, 12.4 por ciento de los niños eran obeso, mientras que 14.9 por ciento de ellos tenían sobrepeso. Ya para el octavo grado, 20.8 por ciento eran obesos y 17 por ciento de ellos tenían sobrepeso.

Los resultados no dejan duda: el exceso de peso a temprana edad resulta una carga de la que es mucho más difícil deshacerse después. Por suerte, hay soluciones y medidas para comenzar a revertir la tendencia a la obesidad. A este respecto, el informe incluyó también varias observaciones y recomendaciones y son las siguientes:

  • Cuando los niños ingresan al kinder con sobrepeso u obesidad, el problema comenzó mucho antes, posiblemente desde el nacimiento con un peso alto al nacer.
  • Los esfuerzos de prevención y concientización deben comenzar desde el embarazo. La madre debe comprender el beneficio para la salud de su hijo que representa el que nazca con el peso apropiado. Esto implica que debe cambiar sus hábitos de alimentación, incluso antes de que el niño nazca.
  • Los padres deben establecer hábitos saludables para mantener a los hijos en un peso adecuado a su edad. Una guía de ayuda puede ser el programa 5210 de la Academia Americana de Pediatría.  Esto significa: 5 porciones de frutas y vegetales al día, no más de dos horas sentado antes cualquier pantalla (televisor o computadora), por lo menos 1 hora de actividad física diaria y cero cantidad de bebidas azucaradas.
  • Los padres deben tener muy presente que son los modelos de sus hijos y deben estimular el proceso de cambio. Si ellos modifican los hábitos y las costumbres en el hogar, servirán de ejemplo positivo a sus hijos.

Si tu hijo tiene sobrepeso, actúa de inmediato. Y si la tarea te parece demasiado difícil, busca el consejo y la supervisión del pediatra para comenzar a modificar los hábitos alimenticios del niño. Anímalo a participar en actividades físicas o a practicar un deporte y reduce poco a poco el tiempo que le dedica a los juegos sedentarios. Si comienzas ahora, evitarás condenar a tu hijo a la obesidad en el futuro, que comprometerá su salud, su calidad de vida y hasta su vida.

 

Imagen © Thinkstock / Levent Konuk

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