No cambiar la hora reduce obesidad e ictus, según un estudio de la Universidad de Stanford publicado en PNAS. Los investigadores concluyen que mantener un horario fijo durante todo el año —ya sea el estándar o el de verano— disminuiría la incidencia de obesidad y accidentes cerebrovasculares en la población de EE. UU.
El análisis, basado en modelos circadianos y datos de salud de miles de condados, estima que optar por el horario estándar permanente podría evitar 300.000 casos de infarto cerebral al año y reducir en 2,6 millones las personas con obesidad, en comparación con el actual sistema de cambio bianual.
¿Por qué no cambiar la hora reduce obesidad e ictus?
Nuestros ritmos circadianos actúan como un reloj biológico que regula el sueño y el metabolismo. Los cambios de hora dos veces al año generan un desajuste conocido como cronodisrupción, que no solo afecta al descanso inmediato, sino que también puede aumentar el riesgo de obesidad y problemas cardiovasculares.
Expertos apoyan mantener un horario fijo todo el año
El estudio ha despertado gran interés en la comunidad científica. Según declaraciones al Science Media Center de España, aquí te contamos la opinión de algunos expertos:
- El Dr. Juan Antonio Madrid Pérez, catedrático de Fisiología y director del Laboratorio de Cronobiología en Universidad de Murcia, dice “Los resultados muestran claramente que mantener el horario estándar permanente reduciría la cronodisrupción y, con ello, la prevalencia de obesidad e ictus”.
- La Dra. Mª Ángeles Bonmatí, investigadora principal en el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria y profesora en el departamento de Anatomía Humana y Psicobiología de la Universidad de Murcia, dice que “Este trabajo refuerza la evidencia de que el cambio bianual es la opción menos saludable”.
- El Dr. José María Martín Olalla, profesor titular del departamento de Física de la Materia Condensada de la Universidad de Sevilla, comenta que “Cuanto más alineados estemos con el sol, mejor para nuestra salud circadiana, metabólica y cardiovascular”.
- La Dra. Rocío Barragán, investigadora del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Ciencias de la Alimentación, Toxicología y Medicina Legal, de la facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, añade que “Metodológicamente es coherente y razonable, aunque se trata de un estudio ecológico basado en simulaciones”.
- El Dr. Jorge Mira Pérez, investigador del área de Electromagnetismo en el departamento de Física Aplicada de la facultad de Física de la Universidad de Santiago de Compostela, explica que: “En las zonas tropicales el sol sale y se pone a unas horas que varían poco a lo largo del año. Esos países no tienen horario de invierno y horario de verano, no hacen cambio estacional de hora simplemente porque no tienen estaciones. Pero fuera de esas zonas ya no es así, tenemos estaciones: por ejemplo, a la latitud de España (que coincide con la de la franja norte de los EE.UU.) el sol sale tres horas más tarde en diciembre que en junio, y se pone tres horas antes en diciembre que en junio. O sea, el día es seis horas (o más) largo en junio que en diciembre. Por lo tanto, no se puede ir a “piñón fijo” con la hora como en los países tropicales. Si por ejemplo en España o gran parte de EE.UU. bloqueas la hora oficial en el horario de invierno, en los meses centrales del año te va a amanecer muy temprano, y la activación de las personas promedio se desfasará y tendrá lugar cuando el sol ya muy alto en el horizonte. Ocurre lo inverso si bloques la hora oficial en el horario de verano.
Críticas al estudio: ¿es tan claro que no cambiar la hora reduce obesidad e ictus?
Algunos expertos son más cautelosos:
- El Dr. Mira, considera que: “Estamos hablando de variaciones menores del 1%. Además, olvidar las estaciones es un error”.
- El Dr. Martín Olalla, Universidad de Sevilla indica que “El estudio no tiene en cuenta cómo respondería la sociedad si se eliminara el ajuste estacional”.
- La Dra. María de los Ángeles Rol de Lama, catedrática en el departamento de Fisiología de la Universidad de Murcia, puntualiza que “Aunque es un estudio basado en modelos, se trata de un trabajo sólido y útil para la toma de decisiones”.
Preguntas y respuestas
¿Cuál es la conclusión principal?
Que no cambiar la hora reduce obesidad e ictus, siendo el horario estándar permanente la opción más saludable.
¿Qué beneficios estimaron los investigadores?
Evitar hasta 300.000 ictus al año y reducir en 2,6 millones las personas con obesidad en EE. UU.
¿Qué es la cronodisrupción?
Es el desajuste entre el reloj biológico y la luz solar, que afecta sueño, metabolismo y salud cardiovascular.
¿El horario de verano también ayuda?
Sí, aunque los beneficios son menores que con el horario estándar.
¿Este estudio se aplicó a toda la población?
Se usaron modelos circadianos validados y datos de salud a nivel de condados en EE. UU.
Por Karla Islas Pieck
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