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Darle pecho a tu bebé tiene innumerables beneficios para su salud física, mental y emocional. Para sumarle otra ventaja, un estudio publicó recientemente que amamantar a tu bebé durante más de un año lo protege contra la tartamudez (el tartamudeo). No dejes de leer si te interesa conocer más acerca de este nuevo hallazgo sobre los beneficios de la lactancia prolongada.

Amamantar proporciona muchos beneficios para la salud de tu bebé. Es el alimento ideal, diseñado especialmente para sus necesidades. Constituye una vacuna natural ya que le da anticuerpos que protegen a tu bebé de infecciones durante sus primeros meses de vida. Con el tiempo, la composición de la leche materna va cambiando para ajustarse a las necesidades nutricionales del bebé. Es mucho más fácil de digerir, y las sustancias en ella, contribuyen al crecimiento y al desarrollo de su cerebro.

Además, la lactancia establece un hermoso vínculo emocional entre madre e hijo(a) y hay estudios que han demostrado que dar pecho tiene muchísimas ventajas para las madres: reduce el riesgo de cáncer de mama y cáncer de ovario, ayuda a reducir la depresión post parto, contribuye a la pérdida de peso, evita el estrés y hace que las mamás se sientan más tranquilas y relajadas.

La Organización Mundial de la Salud recomienda dar pecho por lo menos durante 6 meses y hasta los dos años o más. Los beneficios de la lactancia prolongada también son claros. Aún mucho después del primer año de vida, la leche materna sigue brindando al bebé cantidades importantes de nutrientes claves, en especial proteínas y grasas, y la mayor parte de las vitaminas.

Pero además de estos beneficios, la lactancia prolongada también protege a tu bebé contra problemas del desarrollo del lenguaje, como el tartamudeo persistente.

Una investigación realizada por la Universidad de Illinois en Estados Unidos, así lo demostró. El estudio, publicado en la revista Journal of Communication Disorders, es el resultado de un seguimiento a 47 niños que empezaron a tartamudear desde una edad muy temprana.  Los investigadores encontraron que los que fueron amamantados en sus primeros años de vida, tenían más probabilidades de volver a hablar con fluidez, que aquellos que no recibieron pecho.

En concreto, se observó que fueron los varones, quienes se ven más afectados por el tartamudeo, quienes más se beneficiaron. Los niños que participaron en el estudio y que fueron amamantados por más de un año, tuvieron una probabilidad de una sexta parte de desarrollar tartamudeo persistente comparado con los niños que nunca recibieron leche materna.

No es la primera vez que se comprueba la asociación entre amamantar y un buen desarrollo del lenguaje. En 1997, un estudio encontró que los bebés que fueron amamantados por más de 9 meses tuvieron un riesgo mucho menor de sufrir problemas del lenguaje que aquellos bebés que recibieron leche materna por un período corto de tiempo. Así mismo, se encontró que la lactancia está asociada con la producción de sonidos a muy temprana edad, un marcador importante para indicar un desarrollo del lenguaje sano.

Pero ¿qué hace que la leche materna contribuya al desarrollo del lenguaje? Se cree que son los ácidos grasos o lípidos que contiene la leche de mamá, y que las fórmulas de la leche no han podido imitar. Por ejemplo, el ácido docosahexanoico, o DHA, el cual desempeña un papel esencial en el desarrollo del cerebro, los nervios y la retina del bebé.

De acuerdo a los investigadores, el cerebro del bebé se triplica en tamaño durante su primer año de vida, y más de la mitad de ese nuevo tejido que se forma, es de lípidos. El DHA es el ácido graso que prevalece en el cerebro de los mamíferos. De esta forma, los bebés que no reciben una cantidad adecuada de DHA pueden ver afectada su función y estructura cerebral.

Este estudio es muy importante ya que si bien antes se sabía que la tartamudez era el resultado de causas genéticas y ambientales, nunca se ha podido establecer bien éste último factor. Por eso, el hallazgo de la conexión entre la lactancia prolongada y el tartamudeo persistente ayuda a entender y a ayudar a prevenir este problema.

Así que la lactancia prolongada podría contribuir a un mejor desarrollo cerebral y del lenguaje.

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