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Aunque el azúcar no es el único alimento que perjudica los dientes, sí es el más peligroso. El motivo: produce ácido, que es el factor principal responsable de las caries dentales y del deterioro del esmalte.  

Seguramente lo escuchaste en tu infancia en más de una ocasión: “¡Niño(a), no comas más dulces, que el azúcar te va a echar a perder los dientes!”

Y es cierto. Sin embargo, lo curioso es que el azúcar en sí no produce la caries. Es el ácido el que la produce. Lo que sucede es que el azúcar hace que las bacterias de la boca produzcan el ácido, que sí es la causa de que se formen caries. Entonces, mientras más azúcar consumes, más ácido se forma en la boca y, como consecuencia, más caries. Es un círculo vicioso que debes evitar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo del 10% de energía proveniente del azúcar en la dieta diaria con un 5% como meta, lo que equivale a un máximo de unos 50 gramos de azúcar como máximo y unos 25 gramos como meta.

Pero según un estudio nuevo realizado en el University College London (UCL) y London School of Hygiene & Tropical Medicine, que analizó el efecto del azúcar en la caries, el azúcar en la dieta no debe ser más del 5% del consumo total de energía como máximo, con la meta de menos del 3%.

El estudio se publicó en BMC Public Health, y concluyó que el azúcar es la única causa de las caries en los niños y en los adultos. La caries es la enfermedad más común en todo el mundo, ya que afecta a entre el 60% y el 90% de los escolares y a la gran mayoría de los adultos.

Los investigadores utilizaron registros de los países de todas partes del mundo, con el objeto de comparar la salud dental y la dieta, y hallaron que la incidencia de las caries era, en general, mucho más alta en los adultos que en los niños, y aumentaba por cualquier consumo de azúcar por encima de cero.

El azúcar es dañino porque le sirve de alimento a las bacterias causantes de las caries que están en la boca. Estas bacterias fermentan a los azúcares que se quedan en la boca después de comer, y se produce entonces el ácido láctico. Este reduce al pH de la boca, que cuando llega a niveles muy ácidos, daña el esmalte de los dientes, que pierden así su sustancia protectora. La parte interna del diente queda indefensa ante el ataque de los ácidos, y la pieza puede deteriorarse por completo.

El tiempo que los dientes quedan expuestos a los ácidos es otro factor importante. Los alimentos más peligrosos en ese sentido son los ricos en azúcar y que además tienen una textura pegajosa (bombones, miel, caramelos, etc.), que se adhieren a los dientes y permanecen en la boca más tiempo.

En esto, como en todas las cuestiones de salud, prevenir es la mejor opción, ya que cuando se produce una caries, el único remedio es proteger al diente con un empaste.

Una de las formas de proteger tus dientes, además de evitar o reducir el azúcar (como la incluida en caramelos, dulces, pasteles y sodas), es consumir alimentos “anti-caries”, que son los que aumentan el pH de la boca, y contrarrestan el efecto de los ácidos. Entre estos alimentos están el queso y las verduras y las frutas crujientes, como: la zanahoria, el brócoli, la espinaca, el pepino, la manzana o la pera.

Las frutas cítricas son excelentes para combatir las caries, ya que tienen un contenido de azúcares mucho más bajo que otras frutas. Pero debes acompañarlas con queso o frutos secos, que son alimentos que neutralizan su acidez. También el té verde es bueno, pues ataca las bacterias que causan la caries.

Pero sin duda, los buenos hábitos de higiene bucal son tu mejor defensa contra las caries. Un buen cepillado después de cada comida es fundamental, además de usar el hilo dental diariamente y terminar con un buen enjuague bucal. Por supuesto, no te olvides de visitar a tu dentista regularmente para mantener tu boca sana.

Recuerda que tus dientes son para toda la vida. Si los pierdes, no hay manera de que vuelvan a crecer, y ni siquiera puedes renovar su esmalte si se deteriora. Es necesario que los cuides no sólo en lo que se refiere a tu dieta, sino también a tu higiene bucal para evitar caries, enfermedades en las encías y otros problemas que pudieran destruirlos.

 

Imagen © iStock / prudkov

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