A partir de la pubertad, el flujo vaginal es algo común y necesario. Las glándulas en la cérvix y la vagina segregan un líquido cuya función es eliminar células muertas e impurezas. De esa forma, el área se mantiene limpia, lubricada y proteger contra las infecciones.
Pero el mecanismo no es infalible y se pueden presentar infecciones. Estas se identifican por un cambio en el olor, la textura y el color del flujo vaginal. Si se torna amarillo, es importante ver a tu doctor inmediatamente. Podría tratarse de una infección por transmisión sexual como la gonorrea, la clamidia o la tricomoniasis. Estas pueden venir acompañadas de dolor, un olor fétido, ardor al orinar, picazón en la vagina, sangrado y/o fiebre.
El flujo amarillo también podría deberse a la cervicitis, que es una inflamación del cuello uterino. Esta podría ser causada por el uso de un diafragma o la alergia a condones o espermicidas, no necesariamente por una enfermedad de transmisión sexual.
En cualquier caso, visita a tu ginecólogo/a de inmediato, para establecer el diagnóstico y recibir tratamiento. Y, de ahora en adelante, practica sexo seguro para evitar más infecciones en el futuro.
Imagen © iStock / DRB Images LLC
Además de que es posible un rechazo de los órganos donados por parte del cuerpo… Leer más
Un estudio realizado en España ha puesto de manifiesto un aumento del 50,77% en las… Leer más
Las glándulas salivales se componen de tres pares de estructuras encargadas de producir saliva. Se… Leer más
Las paperas, también conocidas como ‘mumps’ en inglés, son un conjunto en enfermedades virales que… Leer más
La reducción de la masa muscular con la edad puede conducir a problemas de salud… Leer más
Debido a que el Alzheimer afecta a más de 50 millones de personas en el… Leer más
Deja un comentario