Las muertes por ahogamiento, pese a que son prevenibles, están en aumento en los Estados Unidos, tras décadas de disminución, según el estudio de Signos Vitales de los CDC publicado en mayo de 2024. Más de 4500 personas murieron por ahogamiento cada año entre el 2020 y el 2022, 500 más cada año en comparación con el 2019.
Debe tenerse en cuenta que por cada muerte de ahogamiento puede haber de uno a cuatro ahogamientos no mortales que requieren hospitalización y pueden dejar secuelas con distintos grados de daño neurológico.
“Los ahogamientos son prevenibles: más del 80% de los casos de ahogamiento ocurren en presencia de adultos que no saben cómo reaccionar. Aprender qué hacer salva vidas”, explica el doctor Ignacio Manrique, coordinador del Comité de Soporte Vital de la Asociación Española de Pediatría.
Estar atento al teléfono celular en vez de al niño es una de las principales causas de muerte por ahogamiento, alerta el experto.
Pero los más pequeños no son los únicos que se ahogan. Se registran dos picos de incidencia de ahogamientos:
- el de los niños por debajo de 4 años: suelen producirse en agua dulce, especialmente en piscinas particulares
- el de los adolescentes, normalmente varones (duplicando el índice de mortalidad de las niñas). Suelen suceder en el mar, canales, ríos y lagos. En muchas ocasiones, están asociados al alcohol y las drogas
Los ahogamientos se producen principalmente en verano y durante los fines de semana, al estar relacionados con actividades de ocio. Por franja horaria, la mayor cifra de ahogamientos se registra entre las 16:00 y 18:00 horas de la tarde.
Verdades sobre los ahogamientos
1. El único sistema que previene el ahogamiento infantil son tus brazos
Los niños deben estar siempre supervisados en:
- playas
- piscinas
- ríos
- pantanos
- lagunas
El doctor Manrique señala que la distancia de separación en el agua entre un niño y el adulto “debe ser de un brazo, aunque haya socorristas o vigilantes o los niños lleven puesto algún sistema de flotación como colchonetas hinchables (lilos), flotadores con forma de aro o manguitos. Estos dispositivos por sí solos no previenen el ahogamiento, ya que no garantizan que las vías respiratorias queden fuera del agua en todo momento. Su uso como medida preventiva no debe ser nunca exclusivo”.
Dentro de estos sistemas de flotación, el único que se considera efectivo es el chaleco salvavidas.
“Incluso aunque haya socorrista, no debemos dejar de vigilar a los menores, pues son responsabilidad de los padres”, insiste el doctor Manrique, que recuerda que, en el mar, bastan 90 segundos sin supervisión para que un niño se ahogue sin pedir socorro.
2. No hay cantidad de agua segura
Un lactante se puede ahogar incluso en una pequeña profundidad de 2 centímetros (0,78 pulgadas) de agua.
Por eso, no debe dejar de supervisarse nunca a los más pequeños cuando haya un potencial riesgo, por pequeño que parezca. Se pueden dar ahogamientos en:
- bañeras
- cubos de limpieza
- o recipientes similares donde se acumule agua como:
- inodoros
- piscinas hinchables
- piscinas de chapoteo
- estanques
- pozos
- fuentes
3. Los cercados incompletos de piscinas y las lonas flojas no protegen
Es recomendable el cercado completo de las piscinas, de modo que no se impida la visualización directa de la misma, pero, siendo lo suficientemente alto como para que un niño no la pueda escalar (mínimo 122 centímetros o 4 pies desde el suelo).
No deberían quedar huecos de más de 10 centímetros (4 pulgadas) en ninguna de sus uniones, ni tampoco hasta el suelo, pues un menor podría pasar por debajo.
Debe prestarse atención también al cierre de la puerta, que no tiene que estar accesible para el menor.
Asimismo, las lonas que cubren las piscinas deben ser firmes y capaces de soportar un peso de hasta 100 kilos (220 libras), cubriendo toda la superficie sin dejar espacios libres en los bordes donde un niño podría caer.
4. Mejor tirarse de pie
Es mucho más seguro que los niños se tiren al agua de pie que de cabeza, para evitar posibles accidentes en la columna vertebral y la médula espinal.
En muchos lugares, las normativas de las piscinas prohíben tirarse de cabeza cuando la profundidad no supera los 1’20 metros (4 pies)
Pero en otros medios, como:
- en un río
- el mar
- un pantano
no se puede conocer la profundidad y tirarse de este modo podría resultar peligroso.
5. Hay que tapar los desagües
Los desagües de las piscinas deben contar con rejillas u otro mecanismo que evite el atrapamiento por succión, causando ahogamiento.
Mitos sobre los ahogamientos
1. La bandera roja no afecta a todos los bañistas
En redes sociales se ha popularizado la creencia de que la bandera roja no aplica a los deportistas.
El motivo es que muchas de las condiciones que requieren para su actividad, como el oleaje o el viento, suelen coincidir con el izado de esta señal de peligro.
Sin embargo, contar con un alto nivel de experiencia en:
- deportes náuticos
- practicar surf
- nadar en aguas abiertas
- realizar cualquier otro deporte acuático
no exime del cumplimiento de las normas ni garantiza inmunidad frente a posibles incidentes en el agua.
De hecho, como subraya el doctor Manrique, cuanto mayor es la práctica, mayor es también la exposición y, en consecuencia, el riesgo.
2. La persona que se ahoga pide ayuda
Una persona que se está ahogando suele hacerlo en silencio: no grita ni pide ayuda, sino que centra todos sus esfuerzos en intentar mantener la cabeza fuera del agua para poder respirar.
El proceso, como se ha comentado, puede durar desde apenas unos segundos hasta pocos minutos: la víctima puede hundirse y desaparecer de la superficie en aproximadamente 90 segundos.
Esta rápida evolución convierte la identificación del ahogamiento en un desafío tanto para los socorristas como para los bañistas, ya que a menudo puede confundirse con juegos, bromas o actividades recreativas.
3. Ante un ahogamiento hay que lanzarse a socorrer
La respuesta ante un ahogamiento debe ser inmediata:
- lo primero es alertar a los servicios de emergencia
- si es posible, lanzar o acercar un objeto flotante para que la víctima pueda sostenerse y mantenerse a flote hasta la llegada de ayuda especializada
Es fundamental que los expertos y gestores de riesgos insistan en la importancia de que los testigos no entren al agua para intentar un rescate, ya que esto podría poner en peligro también su vida y generar una segunda emergencia.
Además, se recomienda disponer de dispositivos de flotación y salvavidas en espacios públicos, fácilmente accesibles, para que puedan ser utilizados rápidamente en caso de necesidad.
4. Hay que colocar la víctima ahogada boca abajo para vaciar el agua de los pulmones
Durante mucho tiempo se ha creído que, para reanimar a una persona ahogada, era necesario vaciar el agua de sus pulmones.
Sin embargo, estas maniobras no solo son ineficaces, sino que también provocan una pérdida de tiempo crucial para revertir la falta de oxígeno en el cerebro de la víctima.
En la actualidad, la recomendación es clara: si una persona rescatada del agua no respira, debe aplicarse de inmediato el protocolo de reanimación cardiopulmonar (RCP), combinando ventilaciones y compresiones torácicas
5. Tras la comida no hay que bañarse para evitar el corte de la digestión
El llamado “corte de digestión” es, en realidad, un mito muy arraigado y difundido. Tradicionalmente se aconsejaba esperar unas dos horas tras una comida antes de bañarse para evitar este supuesto riesgo.
Sin embargo, el término correcto para el fenómeno que preocupa es síncope por hidrocución, un shock térmico que afecta a la circulación sanguínea y puede producirse tanto dentro como fuera del agua.
Para prevenirlo, se recomienda:
- aclimatarse de forma gradual al agua
- mantenerse bien hidratado
- evitar comidas copiosas
- evitar la exposición prolongada al calor
- estar alerta ante cualquier signo de mareo, debilidad o malestar
Preguntas y respuestas
¿Están aumentando los ahogamientos?
Sí, más de 4500 muertes al año entre 2020 y 2022 en EE. UU.
¿Son prevenibles?
Sí. El 80% ocurren con adultos presentes que no saben cómo actuar.
¿Quiénes se ahogan más?
- Niños menores 4 años, sobre todo en piscinas privadas
- Adolescentes varones en ríos, mar, lagos; a veces con alcohol/drogas)
¿Cuándo ocurren más?
En verano, fines de semana y entre 16:00–18:00
¿Cuáles son los consejos básicos?
- Vigilar a los niños siempre, a un brazo de distancia.
- Flotadores comunes no previenen ahogos; solo el chaleco salvavidas es efectivo.
- No hay cantidad segura de agua (2 cm bastan para un bebé).
- Cercar bien las piscinas y cubrir desagües.
- Tirarse de pie, no de cabeza, si no se conoce la profundidad.
¿Cuáles son los mitos más comunes?
- Bandera roja aplica a todos, incluso deportistas.
- El ahogado no grita, suele hundirse en silencio en 90 segundos.
- No te lances al agua: llama a emergencias y lanza un flotador.
- No pongas boca abajo a la víctima: aplica RCP de inmediato.
- No es por la digestión: el “corte” es un shock térmico. Entra al agua gradualmente.
Por Javier Granda Revilla
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