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La prevención de la osteoporosis es un desafío sanitario de alcance global. Se estima que más de 500 millones de personas mayores de 50 años la padecen, siendo las mujeres posmenopáusicas las más afectadas. Esta enfermedad crónica y silenciosa debilita progresivamente los huesos hasta provocar fracturas graves, pérdida de autonomía y discapacidad.

La buena noticia es que la ciencia ha identificado herramientas eficaces para frenarla: el ejercicio físico regular, una nutrición adecuada y estrategias clínicas específicas permiten fortalecer los huesos antes de que el daño sea irreversible.

La importancia de priorizar la prevención de la osteoporosis

Expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) destacan que la prevención de la osteoporosis debe ocupar un lugar central en las políticas de salud pública. La Dra. Rosa Arboiro, especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Fundación Jiménez de Madrid, España, subraya que “la prevención es un pilar clave para combatir las graves consecuencias de la osteoporosis. Existen factores de riesgo no modificables, como la edad avanzada o ser mujer, pero otros sí lo son, como el sedentarismo o una dieta inadecuada”.

Desde esta perspectiva, se vuelve urgente adoptar estrategias basadas en la evidencia, dirigidas a fortalecer el tejido óseo antes de que se presenten fracturas. Esto cobra aún más importancia si consideramos que solo el 40 % de los pacientes que sufren fracturas de cadera recuperan su funcionalidad al cabo de un año.

Ejercicio físico: piedra angular en la prevención de la osteoporosis

Numerosos estudios avalan el papel del ejercicio en el control de la pérdida ósea. El entrenamiento con peso, caminatas, resistencia elástica o incluso danzas adaptadas tienen un impacto osteogénico que estimula directamente a los osteoblastos.

“El ejercicio mejora la masa muscular, el equilibrio y la coordinación, por lo que reduce el riesgo de caídas y fracturas”, afirma la Dra. Raquel Blasco Redondo, responsable de la unidad de medicina interna del Centro Regional de Medicina Deportiva de Castilla y León (CEREMEDE), en España.

Además, la actividad física mejora la postura y la funcionalidad general en adultos mayores, elementos cruciales para mantener la independencia. No es necesario llevar a cabo ejercicios extremos. La clave está en la constancia y la progresión controlada.

El poder del calcio, la vitamina D y una dieta balanceada

Una alimentación adecuada es clave en la prevención de la osteoporosis. La Dra. Teresa Oliván Usieto, médico internista del Hospital Universitario San Jorge de Huesca, en España, señala que “la educación en nutrición y la promoción de hábitos alimentarios saludables deben integrarse en las estrategias de salud pública”.

Entre los nutrientes más importantes para la salud ósea encontramos:

  • Calcio: presente en lácteos, almendras, espinacas, sardinas y tofu.
  • Vitamina D: obtenida a través del sol y alimentos como salmón, yema de huevo y setas.
  • Proteínas de alta calidad: necesarias para el metabolismo óseo.
  • Frutas y verduras: por sus antioxidantes, flavonoides y minerales.

Factores de riesgo: lo que sí podemos modificar

Aunque factores como la edad o la genética no pueden cambiarse, otros sí están bajo nuestro control:

  • Sedentarismo prolongado
  • Malos hábitos alimentarios
  • Consumo de alcohol o tabaco
  • Uso prolongado de corticoides
  • Deficiencia de vitamina D
  • Historial de caídas

Abordar estos factores reduce el riesgo de fracturas y optimiza la respuesta a tratamientos preventivos.

Tratamientos y abordaje integral del paciente

Además del ejercicio y la dieta, existen tratamientos farmacológicos que ayudan a frenar la pérdida ósea. La elección del fármaco dependerá de la condición clínica, edad, historial de fracturas, enfermedades asociadas y riesgos potenciales.

En todos los casos, se recomienda:

  • Efectuar una evaluación individualizada
  • Iniciar con dieta y ejercicio
  • Suplementar calcio y vitamina D si hay deficiencia
  • Considerar bifosfonatos, anticuerpos monoclonales u otros fármacos específicos cuando sea necesario

La prevención de la osteoporosis es una responsabilidad personal y colectiva. No se trata solo de evitar fracturas, sino de garantizar calidad de vida, movilidad e independencia en la vejez. El momento de actuar es ahora. Si tienes más de 50 años, antecedentes familiares o factores de riesgo, consulta con tu médico y comienza a fortalecer tus huesos desde hoy.

Preguntas frecuentes

¿Qué es la osteoporosis y a quién afecta más?

Es una enfermedad que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas. Afecta sobre todo a mujeres posmenopáusicas y adultos mayores.

¿Cómo puedo prevenir la osteoporosis desde joven?

Con actividad física regular, buena alimentación rica en calcio y vitamina D, y evitando el tabaco y alcohol.

¿Qué ejercicios son los mejores para prevenirla?

Caminatas con peso, ejercicios de fuerza, yoga, pilates y actividades que mejoren el equilibrio.

¿Es reversible la pérdida de masa ósea?

No completamente, pero sí se puede frenar y mejorar la calidad ósea con cambios en el estilo de vida y tratamiento médico.

¿Los hombres también sufren osteoporosis?

Sí. Aunque menos frecuente que en mujeres, los hombres mayores también están en riesgo, especialmente si tienen factores de riesgo como alcoholismo o hipogonadismo.

¿Cuál es la relación entre cáncer y osteoporosis?

Tratamientos hormonales contra el cáncer pueden reducir la densidad ósea. Por ello, se aplican protocolos preventivos en pacientes oncológicos.

 

Por Miguel Ramudo
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Imagen: ©Shutterstock / udra11

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