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Los dientes permanentes son estructuras óseas que están diseñadas para durar toda la vida. Sin embargo, a veces se parten en la trayectoria. Los motivos pueden ser variados, desde algo tan sencillo como morder una cáscara de nuez hasta una situación de emergencia como puede ser un golpe o traumatismo. Para que puedas actuar con rapidez, aquí te contamos qué hacer cuando se parte un diente tras un accidente.

Con más de 40 años, Leandro hoy le recuerda a sus hijos aquel día en el que un mal movimiento con su patineta lo llevó de boca al suelo. La evidencia todavía salta a la vista: si uno mira sus dientes con detenimiento y atención, podrá ver un leve cambio de color en la mitad de uno de ellos.

Leandro cuenta la historia con gracia, pero el momento fue bastante angustiante para sus padres, que no sabían cómo detener la sangre de sus encías y tuvieron que correr en busca de ayuda médica.

Y en verdad, la cuestión podría haber sido aún peor. Las lesiones que pueden hacer que se parta o se caiga un diente pueden ser variadas y van desde situaciones inofensivas, como morder algo duro o dejar que una caries avance sin ser tratada, hasta golpes o accidentes peligrosos. Repasemos algunas de ellas:

  • Caídas accidentales
  • Golpes o traumas relacionados con el deporte
  • Peleas
  • Accidentes automovilísticos
  • Masticar alimentos duros
  • Caries (picaduras) que no se tratan o mal curadas

Todos estos factores pueden causar distintos tipos de lesiones en los dientes, desde roturas menores que se producen en la superficie blanca del diente o esmalte, hasta una rotura profunda que puede exponer y afectar el nervio y/o causar otras lesiones que requieren tratamiento del dentista, como dientes agrietados, roturas en dientes puntiagudos, dientes partidos de manera vertical y roturas de la raíz.

Cuando la rotura o lesión se produce por un golpe brusco se denomina “avulsión dental“, y el problema se presenta cuando el trauma es provocado por una situación de emergencia que necesita ser atendida de inmediato.

¿Qué harías, por ejemplo, si tu niño se cae andando en bicicleta y recibe un golpe en la cara que le provoca la caída de un diente? Incluso, tú mismo puedes caerte y romperte un diente, ¿qué harías entonces? Recuerda estas sugerencias para que puedas actuar con rapidez sin entrar en pánico:

  • Guarda el diente o las partes que se hayan desprendido y llévalo al odontólogo lo antes posible: entre más rápidamente llegues al dentista, más posibilidades habrá de volver a colocar la pieza dental con éxito.
  • Nunca tomes el diente desde la raíz, hazlo siempre desde el borde con el cual se mastica. Tampoco lo laves con agua, no raspes la raíz para retirar la suciedad, ni trates de cepillarlo o limpiarlo con alcohol o peróxido.
  • Para transportar el diente, el mejor lugar es llevarlo en su cavidad, al nivel de los otros dientes, mordiendo suavemente una gasa o una bolsita de té húmeda para ayudarlo a mantenerse en su sitio. También puede llevarse entre el labio y la encía inferiores o bajo la lengua, siempre cuidando de no tragarlo por accidente.
  • Si no puedes colocar el diente en su cavidad o si se trata de niños pequeños, debes colocarlo en un recipiente y cubrirlo con una pequeña cantidad de leche o saliva. También puedes comprar un producto especial para tu botiquín, que incluye un dispositivo para almacenar el diente y una solución liquida que no lo daña (si no, pídelo al llegar al consultorio del dentista, para guardar el diente mientras esperas ser atendido).
  • Mientras rescatas el diente, lava suavemente la herida con agua tibia y coloca una compresa fría para el dolor en la boca y las encías. También puedes usar una gasa y presionar para controlar el sangrado. Luego, busca ayuda odontológica de inmediato.
  • Durante la semana posterior al accidente, cuida que no aparezcan signos de infección, como fiebre y encías inflamadas o con dolor, cerca de la zona lastimada.

Y en todo momento, trata de mantener la calma. Recuerda que conoces los cuidados principales que debes considerar ante una emergencia. Aunque, por supuesto, a nadie le gusta pasar por esos momentos. Y como siempre es preferible evitar las lesiones que puedan dañar la boca y los dientes, apunta estos cuidados que pueden ayudar a protegerte:

  •  Usa un protector bucal al practicar cualquier deporte de contacto
  • Evita las peleas
  • Evita los alimentos duros como huesos, ciertos caramelos, turrones, o el pan endurecido
  • Usa siempre el cinturón de seguridad

Y por supuesto, recuerda visitar al odontólogo al menos una vez por año, para controlar que tus dientes sigan siendo blancos y fuertes y que no haya lesiones ocultas ni alguna otra situación especial que requiera atención médica.

Imagen © iStockphoto.com / MicroWorks

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