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Seguramente alguna vez te ha tocado ver por la calle o en algún lugar público a algún bebé con una especie de casco en la cabeza. Es muy probable que te preguntes qué es o para qué sirve. Te lo explicamos. 

Este dispositivo médico se usa principalmente para tratar la deformidad craneal posicional “Los niños, al dormir boca arriba, se les aplana la cabeza y se recomienda el uso de estos casos, si las medidas posturales no han sido suficientes”, explica el Dr. Javier Saceda, coordinador de la unidad de neurocirugía pediátrica del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

Además, estos cascos se pueden usar también tras algunas cirugías de craneosinostosis como elemento auxiliar para dirigir el crecimiento de la cabeza, especialmente si se ha usado una técnica mínimamente invasiva endoscópica.

La craneosinostosis es un cierre prematuro de una de las suturas de los huesos del cráneo del bebé. Las suturas son un tipo de articulación fibrosa que se da únicamente en los huesos de la cabeza. Lo habitual es que varios de los huesos del cráneo permanezcan sin soldar en el momento de nacer.

El Dr. Saceda explica que, tras nacer, las suturas de los huesos de nuestro cráneo deben ir cerrándose de manera cronológica: unas comienzan a hacerlo en el primer año de vida y otras no terminan de hacerlo hasta la edad adulta. 

“La craneosinostosis consiste en que, cuando un niño nace, ya tiene una de estas suturas de los huesos del cráneo selladas. Esto condiciona el crecimiento del cerebro y una deformidad en el cráneo cada vez mayor”.

¿Se puede prevenir?

No, es congénita, es decir, que se nace con ella. No puede prevenirse porque, como explica el experto, no está causada ni por una infección ni por un traumatismo, ni por la alimentación: la causa es genética y, en general, no es hereditaria. “En ocasiones, si la deformidad es muy llamativa, se puede diagnosticar en el embarazo. Pero la gran mayoría de los pacientes se diagnostica o al nacer o a las pocas semanas tras el nacimiento”, explica. 

¿Cómo es el diagnóstico?

  • Si se diagnostica durante el embarazo, en algunos casos el parto será por cesárea. 
  • Si no es así, tras nacer, el bebé es evaluado y diagnosticado a las pocas semanas, utilizando la exploración el médico: la forma de la cabeza orienta al diagnóstico y la palpación de la sutura permite apreciar un relieve óseo, duro, lineal a todo lo largo de la sutura cerrada.
  • “Es importante una valoración precoz por un especialista, ya que la demora en el diagnóstico de un cierre de sutura craneal y, por tanto la intervención quirúrgica necesaria para tratar esta patología, puede tener consecuencias importantes en el desarrollo cerebral del niño”, recalca. 
  • Para confirmarlo, se realizan dos pruebas:
    • La ecografía de suturas craneales, que presenta la ventaja de que no irradia al paciente pero que presenta cierto margen de error
    • El TAC craneal tridimensional, que confirma al 100% la craneosinostosis

¿En qué consiste la cirugía?  

Existen dos opciones y se opta por una u otra en función de la deformidad que tenga el niño:

  • La técnica mínimamente invasiva, asistidas con endoscopia, realizando pequeños cortes en el cuero cabelludo para extirpar la sutura anómala
  • La técnica craneal remodeladora abierta, que consiste en exponer de forma parcial o total el cráneo, retirar la sutura afectada y, como su nombre indica, remodelar los huesos de la cabeza que se han ido deformando

 

Por Javier Granda Revilla
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Imagen: ©Shutterstock / Dmitry Naumov

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