Si un insecto le pica a tu hijo, actúa sin demora. A pesar de ser desagradables y/o dolorosas, la mayoría de las picaduras son inofensivas y sólo producen malestares ligeros. Pero, a veces, la reacción puede resultar peligrosa si no se trata a tiempo. Infórmate.
Cuando hace buen tiempo, los padres estimulan a los niños a que jueguen en el jardín, los llevan a caminar al parque y planean diferentes actividades al aire libre. En todos esos lugares con seguridad contarán con diversión y con una compañía muy poco agradable: los insectos, y con ellos, sus molestas picaduras. Pero no se priven de disfrutar de la naturaleza, solamente hay que estar preparados. En general, las picaduras de los insectos irritan la piel, pero no causan problemas serios ni requieren ayuda médica. El dolor y las molestias suelen ser transitorios, y casi siempre empiezan a desaparecer al día siguiente. En algunas ocasiones, sin embargo, se producen infecciones que requieren tratamiento médico, o reacciones alérgicas que pueden ser muy graves.
¿Sabes cómo actuar ante una picadura? Sigue estos consejos para tratarlas rápida y correctamente:
Aunque por lo general las mordeduras y picaduras de los insectos se pueden tratar en casa, algunas personas tienen reacciones alérgicas, a veces tan serias que llegan a ser peligrosas y requieren atención médica de urgencia. Si tu hijo experimenta alguno de estos síntomas después de una picadura de insecto, busca ayuda médica inmediata:
Una picadura en cualquier lugar de la boca requiere atención inmediata, porque puede provocar hinchazón grave y puede obstruir las vías respiratorias. También si hay una erupción en la piel que se extiende, si es muy extensa en la zona de la picadura o si persiste por más de tres días, ya que pudieran ser síntomas de infección.
Es imposible prevenir del todo las picaduras de los insectos, pero sí puedes minimizar los riesgos de que tu hijo las sufra, siguiendo estas reglas:
Es conveniente aplicarles a los niños repelentes de insectos, pero sólo si tienen la edad apropiada. Los insecticidas más comunes contienen DEET, un químico que no se recomienda para los niños de menos de dos meses, y no debe usarse más de una vez al día en los niños mayores. La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) recomienda los repelentes con un 30% de DEET para los niños de más de seis meses. Estos repelentes, sin embargo, son efectivos para las picaduras de mosquitos, garrapatas y pulgas, pero no para insectos con aguijón como las abejas, los avispones y las avispas.
Lo más importante para proteger a tu hijo de las picaduras de insectos es tomar medidas preventivas y conocer las señales de infecciones y reacciones alérgicas. Y si notas cualquier síntoma sospechoso, no te esperes para buscar ayuda médica. De la rapidez con que actúes puede depender la salud y tal vez hasta la vida de tu hijo.
Imagen © iStock / Roger De Marfa
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