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¡Se acerca el verano! Tus hijos están locos de alegría y desde ya sueñan con estar en la piscina, ir al mar a saltar olas o jugar todo el día en el parque. En cambio, tú estás preocupada porque temes que vuelvan a quemarse la piel como el año pasado. Este año, protégelos del sol.

Si quieres que tus hijos realmente puedan disfrutar el verano, es muy importante que los protejas del sol, especialmente de los rayos UV (Ultra Violeta) que son los más nocivos ya que atraviesan la capa de ozono y llegan directamente a la piel. Pero protegerlos no significa que los encierres en la casa todo el día. Al contrario, hay muchas maneras de que puedan estar al aire libre sin que el sol les haga daño.

Evita las horas más fuertes

Los rayos UV son más fuertes entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Si tienes un bebé de 6 meses o menos, mantenlo alejado del sol durante estas horas. Y trata de hacer que los niños más grandes estén en la sombra lo máximo posible. Un árbol, una palmera o una sombrilla de playa servirán. También puedes hacer que la hora del almuerzo, de comer un helado o de dormir una siesta, sea una buena razón para resguardarlos del sol por un buen rato.

Una forma fácil de enseñarles a tus hijos cuándo deben ocultarse del sol, es con el juego de la sombra. Cuando su propia sombra es más pequeña que ellos, eso significa que el sol está directamente encima y los puede quemar más fácilmente.

Protector solar

El protector no es únicamente para la piscina o la playa, úsalo en todo momento, especialmente en las horas fuertes, ya sea que tus hijos sólo estén jugando frente a la casa o que vayan un rato al parque. Al único al que no debes ponerle protector es a tu bebé menor de 6 meses.

El protector debe tener un SPF (Factor de Protección Solar) de mínimo 15 grados de protección. Además, debes aplicarlo varias veces al día para que la protección no se pierda, aproximadamente cada 2 o 3 horas. Si tus hijos están en el agua, aplícales protector cada hora.

Camiseta y gorro

Si tu hijo quiere seguir jugando bajo el sol, puedes protegerle la piel con un gorro y una camiseta. El gorro sirve para proteger la cabeza, la cara, el cuello y las orejas. La camiseta ayuda a cubrir la espalda, los hombros, el pecho y los brazos que son bastante sensibles al sol. La camiseta no puede ser muy delgada ni transparente, para que no permita el paso de rayos UV. Y si tu hijo la va usar dentro del agua, debes aplicarle protector solar en la piel pues cuando la camiseta está mojada no detiene totalmente los rayos UV.

Ojo con los ojos

El sol también puede afectar los ojos de tus hijos. Cómprales unas gafas de sol del diseño que más les guste y enséñales a ponérselas cuando sientan que el sol les molesta en los ojos. Pero asegúrate de comprar gafas que realmente tengan filtros especiales UV.

Estos consejos te serán muy útiles en la época de verano, pero sin duda, también los debes poner en práctica durante todo el año, pues aunque parezca que durante otras estaciones el sol no es tan fuerte, también daña. Incluso en invierno o cuando el día está nublado, debes proteger a tus hijos de los efectos nocivos del sol ya que son acumulativos.

 

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Imagen: ©Shutterstock / Party people studio

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