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Algunos consideran que las actividades diarias no son tan efectivas como el entrenamiento físico.  Otros recomiendan aprovechar cualquier oportunidad  del día para mantenerse activos, ya que siempre es mejor moverse a seguir un estilo de vida sedentario. Ahora, un estudio reafirma esta segunda idea y ha demostrado que hacer las tareas cotidianas puede ser similar al gimnasio, a la hora de considerar los beneficios para la salud.

Si no te gustan los deportes y evitas el gimnasio, la siguiente noticia te va a gustar: un grupo de investigadores estadounidenses ha encontrado que simplemente incorporando movimiento a tus actividades cotidianas puedes obtener ventajas similares para tu salud a las que obtienes en el gimnasio.

Entre los ejemplos que dan están: caminar mientras hablas por teléfono (en vez de hacerlo sentado) o recoger las hojas que se caen de los árboles en el jardín. ¡Imagínate cuántas cosas puedes hacer para agregarle movimiento a tus tareas cotidianas!

Para llegar a estas conclusiones, que fueron publicadas en el American Journal of Health Promotion, los investigadores hicieron un seguimiento de más de 6 mil adultos estadounidenses y encontraron que un estilo de vida activo podría ser tan efectivo como el entrenamiento físico estructurado, en cuanto a los beneficios para la salud relacionados, entre otros, con la prevención de la presión arterial alta, del colesterol alto y de los síntomas del denominado síndrome metabólico, que aumenta el riesgo de tener enfermedades del corazón, diabetes de tipo 2 y un accidente cerebrovascular (o derrame cerebral).

Estos hallazgos se suman a otros que ya demostraban los beneficios de incorporar movimiento a las tareas cotidianas.  A continuación te doy algunos ejemplos e ideas fáciles de implementar e incorporar a tu rutina diaria:

  • ¡A lavar! El auto, los vidrios, el piso, todo ayuda a quemar calorías. Incluso barrer y pasar la aspiradora te obligan a moverte de un lado a otro de la casa.
  • No subestimes las tareas domésticas. Así como lavar el auto y los pisos te ayuda, limpiar la vajilla y lavar y tender la ropa, así como ocuparte de las distintas tareas del hogar también te ayuda a mantenerte saludable. ¡No reniegues! Ahora verás esa rutina de limpieza con nuevos ojos.
  • Si tienes espacio, dedicarte a la jardinería es una actividad ideal que te mantiene activo al mismo tiempo que te ayuda a cuidar la naturaleza.
  • ¡A caminar! Deja el auto y los medios de transporte público. Estaciona el auto más lejos o bájate antes del bus y aprovecha para caminar. Existen distintas formas de convertir a la caminata en una sesión de ejercicios y, en verdad, es una actividad saludable y accesible para todos.
  • Subir y bajar. Junto al auto, evita los elevadores y las escaleras mecánicas. Nada mejor que subir y bajar las escaleras por ti mismo, si quieres mantenerte en movimiento, gratis y frecuentemente. Haz la prueba: en tu trabajo, en el edificio en el que vives y en cada lugar donde encuentres algún escalón, verás que hacer ejercicios puede ser tan sencillo como bajar y subir las escaleras.
  •  De paseo con la mascota. Los amantes de los animales domésticos ya lo saben, tanto pasear a la mascota como jugar con ellas puede ser saludable para ambos.

Y estos son sólo algunos ejemplos para ponerte en acción sin necesidad de ir al gimnasio ni tomar entrenamientos extenuantes para los cuales no tienes tiempo. Piensa en qué otros momentos puedes incluir ejercicios a lo largo del día intermitentemente, en el hogar o en el trabajo: desde caminando mientras hablas por teléfono y te levantas esporádicamente en busca de agua (café o té), hasta jugando con tus niños en el parque.  Ponle ganas y descubre todas las posibilidades de ejercitar el cuerpo sin pisar un gimnasio.  ¡Anímate, puede ser más sencillo de lo que te imaginas!

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Imagen: ©Shutterstock / wavebreakmedia

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