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  • Los científicos están investigando si las infecciones podrían tener algún papel en el desarrollo de la demencia.
  • Los virus de la familia de los herpes han llamado mucho la atención en este campo de la investigación.
  • Según un nuevo estudio, la vacuna contra el herpes zóster que la vacuna redujo en un 20 % el riesgo relativo de demencia. 

La demencia es una enfermedad compleja y aún no se comprenden bien sus causas. A pesar de los grandes esfuerzos y las inversiones en el desarrollo de medicamentos tanto preventivos como terapéuticos, todavía no contamos con tratamientos realmente efectivos para curarla.

Actualmente científicos están investigando si las infecciones podrían tener algún papel en el desarrollo de la demencia, y en particular, los virus de la familia de los herpes han llamado mucho la atención en este campo de la investigación.

Un equipo internacional de científicos, liderados desde la Universidad de Stanford, en Gales (Reino Unido) ha llevado a cabo un estudio para analizar la relación entre las infecciones por virus herpes zóster y el desarrollo de demencias. 

Para ello aprovecharon la introducción de la vacuna Zostavax en el año 2013 que los mayores de 80 años no podían recibir. Se da la circunstancia de que, para escoger a los candidatos para recibir esta vacuna en Gales, se tomó en cuenta la fecha exacta de su nacimiento. Aquellas personas que habían nacido antes del 2 de septiembre de 1933 no podían recibir la vacuna, mientras que los nacidos en esa fecha o después sí tenían acceso a ella. Tras revisar los datos de personas de esta franja de edad en los siete años siguientes, observaron que la vacuna redujo en un 20 % el riesgo relativo de demencia. 

Analizando detalladamente los registros médicos y la información de vacunación, los científicos descubrieron algo sorprendente. La probabilidad de recibir la vacuna aumentó significativamente entre aquellos que eran apenas una semana más jóvenes que la fecha límite. No había otras diferencias significativas entre los grupos, lo que permitió a los investigadores obtener una estimación causal del efecto de la vacuna.

Además, los investigadores descubrieron que las mujeres parecían beneficiarse más de la vacuna en términos de protección contra la demencia que los hombres. Esto también es muy interesante y requerirá más estudios para entender por qué ocurre.

La Dra. Raquel Sánchez-Valle, jefa de Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona y secretaria del Grupo de estudio de conducta y demencias de la Sociedad Española de Neurología, en declaraciones al Science Media Centre España indica que hay varios factores que se deben tener en cuenta para valorar estos resultados. Por una parte, un seguimiento de 7 años se considera insuficiente ya que, por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer puede iniciar hasta 20 años antes del inicio de los síntomas.

Además, esta experta se muestra cautelosa con los resultados e indica que el estudio compara “el riesgo durante 7 años de sujetos de alrededor de 80 años de edad en el momento de la vacunación, de los cuales no todos los elegibles se vacunan, sino solo un 40 %. En esas edades, un 40 % probablemente sea un número sesgado. Dicen que no comparan los que se vacunaron y los que no: pues deberían, para evaluar si hay un sesgo”.

Por su parte, el Dr. Alberto Ascherio, profesor de epidemiología en la Universidad de Harvard, comenta que “se trata de un estudio de buena calidad. Aporta pruebas más sólidas de que Zostavax, una vacuna contra el herpes zóster, reduce el riesgo de demencia. Sin embargo, no demuestra que el efecto de la vacuna esté mediado por su efecto sobre el virus del herpes zóster. Además, Zostavax está siendo sustituida por una vacuna más nueva (Shingrix). Shingrix es más potente que Zostavax contra el herpes zóster, por lo que podemos esperar que sea al menos tan eficaz como Zostavax para prevenir la demencia, pero en realidad no lo sabemos, porque a ninguno de los participantes en el estudio se le administró Shingrix”. 

Desde su punto de vista, “el estudio es riguroso, y creo que sus principales resultados son válidos, pero el azar sigue siendo una posible explicación.  El valor “P”, que es una medida de la frecuencia con la que resultados tan fuertes como los comunicados podrían producirse por mera casualidad, está en un rango tradicionalmente descrito como significativo, pero no lo suficientemente bajo como para excluir con seguridad la casualidad como posible explicación”.

En resumen, este estudio sugiere que la vacuna contra el herpes zóster puede tener un impacto positivo en la prevención de la demencia. Aunque se necesitan más investigaciones para determinar los grupos de población adecuados y el momento óptimo para administrar la vacuna, este descubrimiento nos acerca un paso más a comprender las causas de la demencia y brindar posibles medidas preventivas. 

 

Por Karla Islas Pieck
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Imagen: ©Shutterstock / BlurryMe

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