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Si eres de las personas que se esfuerzan por llevar una dieta sana y nutritiva, y te preocupas por ofrecerle a la familia una variedad de platos apetitosos y balanceados, ¡enhorabuena! Vas por buen camino. Pero a veces no basta adquirir y preparar alimentos “sanos”. Cuando en ciertas circunstancias de la vida, cada bocado que te llevas a la boca puede tener repercusiones muy serias en tu salud o en tu desempeño físico, es necesario que consultes a un dietista o especialista en nutrición.  Aquí te damos algunos ejemplos.

Luisa está en su sexto mes de gestación, pero como es diabética, su embarazo es de alto riesgo. Por ese motivo necesita la constante supervisión de su obstetra y los consejos de un dietista que la ha ayudado a controlar el aumento de peso natural y esperado durante estos meses, a vigilar las calorías y la calidad de lo que come para regular su glucosa en la sangre, la presión arterial y a reducir el enorme  riesgo de pre-eclampsia.

Ana por su parte, es una paciente con lupus, enfermedad que comenzó afectando primero sus articulaciones y más tarde a sus riñones. Una de sus crisis la puso al borde de la diálisis que pudo evitar gracias a un agresivo tratamiento por su nefrólogo y la supervisión de un especialista en nutrición, quien le indicó no sólo qué comer sino hasta el modo de preparar los alimentos para reducir al máximo el sodio y otras sustancias que aumentaban su carga renal.

Pero los casos no tienen que ser extremos, como los de Luisa o Ana.  Una persona con reflujo gastro-esofágico o acidez, debe evitar consumir frutas cítricas, el café, la menta y el tomate, por ejemplo, que le vendría de maravillas a cualquier otra persona con este padecimiento. Lo mismo sucede con personas con divertículos, los celíacos (alérgicos al gluten), los que padecen de colon irritable, alergias a ciertos alimentos… hay varios alimentos muy sanos que no son recomendables en estos casos, y es diferente dependiendo de la condición. ¿Cómo  puedes saber entonces qué comer? Esa es la razón por la que todas estas personas se beneficiarían de los consejos de un experto en nutrición.

¿Qué es un dietista registrado?  Es un profesional de la salud, experto en nutrición y alimentos que puede ayudar a decidir la dieta más indicada en caso de personas convalecientes (en hospitales, por ejemplo), en edad escolar (supervisando los menús de las escuelas públicas), deportistas, personas alérgicas o con padecimientos específicos. La lista es larga. Aquí enumeramos algunas de las razones más comunes para consultar a este tipo de experto:

  1. La más común: bajar de peso. El dietista ayuda al paciente a encontrar la dieta más adecuada para llegar a su peso ideal de forma paulatina, sin privar al organismo de los nutrientes vitales para mantener la salud.
  2. Y su opuesto: subir de peso.  Cualquiera puede atiborrarse de calorías huecas y subir libras (kilos), pero hacerlo ganando músculo y no en grasa, de forma progresiva, ya requiere la guía de un profesional.
  3. Casos de trastornos de la alimentación en los adolescentes, como bulimia, anorexia, exceso de peso u obesidad.
  4. Embarazo: antes y durante la etapa de gestación, los consejos de un experto en nutrición son valiosísimos para controlar el aumento de peso, para alimentar bien a la madre, al bebé e incluso, después del parto, si la madre le da el pecho a la criatura.
  5. Problemas gastrointestinales: el especialista diseñará una dieta “a la medida” del paciente según sus necesidades (padece de úlcera, colon irritable, divertículos, reflujo gástrico ( también conocido como gastro-esofágico, acidez o agruras), hernia hiatal (o diafragmática),  gases, estreñimiento o  diarrea) y eliminará de sus comidas todos los alimentos irritantes o que agraven su condición. En ocasiones también recomienda agregar alimentos con fibra, por ejemplo.
  6. Otras enfermedades, como la diabetes, hipertensión o problemas cardíacos. El dietista formará parte del equipo médico que le ayuda a controlar su enfermedad, balanceando sus comidas sin sacrificar la variedad ni el paladar, pero vigilando el consumo de grasa, azúcar o sodio por ejemplo.
  7. Desempeño deportivo: los atletas y los deportistas en general que necesitan un nivel de energía alto también requieren una dieta apropiada para a su estilo de vida, dirigida por un especialista.
  8. 8.  Las personas convalecientes de cirugías, que sufren de anemia, o de alergia a ciertos alimentos o incluso las personas con ácido úrico elevado en la sangre, se benefician de menús especialmente diseñados para sus necesidades.
  9. Las personas de edad avanzada que necesitan un cuidadoso control de su dieta por dificultades para masticar, etc.
  10. Las personas que sencillamente quieren comer de forma balanceada e inteligente para prevenir enfermedades y mantenerse sanos.

Recuerda que algo tan necesario y tan común como es el comer, a veces no es tan sencillo como parece, especialmente cuando queremos hacerlo bien o hay una enfermedad de por medio. Si tienes dudas, ponte en manos de un experto en nutrición.

Imagen © iStockphoto.com / Leigh Schindler

 

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