Skip to main content

 

La adolescencia es una etapa llena de cambios y descubrimientos que frecuentemente no son fáciles de enfrentar para los jóvenes que la viven. También es un periodo difícil para los padres, sobre todo cuando un hijo adolescente se vuelve irrespetuoso y la casa se convierte en un campo de batallas, discusiones, y palabras groseras que van y vienen. ¿Qué puedes hacer?

La adolescencia es sin duda un período agridulce para los padres. Si bien es una etapa muy linda en la que los jóvenes buscan su independencia y en la que se arraigan sus sueños y su personalidad, también es un periodo de desapego hacia los padres que muchas veces puede resultar problemático. Sobre todo si esa búsqueda de la propia personalidad se quiere lograr con insultos y frases frías hacia los padres.

Aunque el corazón te duela y la rabia te invada cada vez que hay un episodio con un grito de “¡Te odio!” porque no le diste permiso para ir a un concierto o le negaste la posibilidad de una salida, ármate de paciencia y amor para llevar esta etapa a un término feliz tanto para tus hijos(as) como para ti. Los retos que se presentan también son oportunidades de aprender y de poner en práctica lo que es ser padres: maestros, guías y encargados de poner límites para dar lecciones de vida importantes para la adultez.

Es difícil de creer, pero es cierto: los adolescentes reaccionan de manera irrespetuosa, con palabras hirientes, insultos, indiferencia y otras actitudes en contra de los padres, pero en el fondo lo que necesitan es mucho amor y apoyo. Por eso, la comunicación siempre es clave para que tu hogar no se convierta en un campo de batalla sin posibilidad de tregua y paz.

¿Qué puedes hacer cuando un adolescente es irrespetuoso?

Aquí te doy algunos consejos para que consideres cuando te enfrentes a un episodio en el cual tu hijo(a) adolescente te falte al respeto.

  1. Aunque sea difícil, no lo tomes de forma personal. La rebeldía es parte normal de la adolescencia y demostrar desprecio por la autoridad también es parte del proceso hacia la adultez. Por eso, considera que tu hijo(a) está expresando algo normal para su edad. Con esto en mente, no quiero decir que dejes que te pase por encima y te falte al respeto. Simplemente puedes decirle que no te gusta cómo te está hablando y que cuando se calme pueden hablar sin problema. O puedes usar estrategias como no dejarlo que hable con sus amigos por unas horas hasta que demuestre que puede tratarte con respeto. En cada oportunidad que se presente, hazte la pregunta de qué es lo que quieres enseñarle a tu hijo en ese momento.
  2. Prepárate. Si ya tuviste un episodio en el que tu hijo o hija fue irrespetuoso o irrespetuosa, prepárate para el siguiente con un plan de acción. Pon los límites y recuerda que no tienes que caer siempre en las discusiones o juegos de poder que te plantea tu adolescente. Dile por ejemplo: “La última vez que no te dejé salir a una fiesta, me insultaste y eso no se puede volver a repetir. Soy tu mamá (o tu papá) y lo único que quiero es lo mejor para ti. Me duele que me trates así, y si vuelves a insultarme, habrá consecuencias”.
  3. Sé consistente y actúa con determinación. Si decides cambiar una regla en casa, mantente en tu posición. Vas  a ver que la consistencia producirá cambios positivos.
  4. Ten presente que tu rol como padre o madre es enseñarle un buen comportamiento, aplaudirlo y motivarlo cuando hace las cosas bien y poner límites cuando hace las cosas mal. No te olvides que quieres que tu hijo sea un adulto exitoso emocionalmente y en otros aspectos de la vida como el trabajo.
  5. Háblale directamente y evita agresiones hacia él que puede alejarlos más. Sé explícito en lo que quieres sin rodeos: “No me gusta que me hables así, me duele” en lugar de “ ¿Por qué me hablas en ese tono?”. La primera frase es mucho más acertada y directa.
  6. No lo insultes ni muestres resentimiento, pues esto le dará licencia para hacerte lo mismo.
  7. Escucha a tu hijo(a) aunque la manera de comunicarse no sea la mejor. Entender lo que le pasa es indispensable para poder actuar y apoyarlo. El hecho de que lo escuches creará confianza en él o ella para hablarte de lo que le sucede.
  8. Invita a tu hijo(a) a proponer soluciones a los problemas que surgen. Negocien soluciones que sean beneficiosas para todos.
  9. Elige tus batallas. En ocasiones, no vale la pena pelear. Analiza la situación con tranquilidad, con la cabeza fría y elige cómo actuar.
  10. Ármate de paciencia y aunque sea un proceso doloroso y difícil, recuerda que la comunicación es la clave para que tanto tu hijo(a) como tú salgan airosos de esta difícil etapa adolescente.

Y desde luego, si piensas que estás teniendo dificultad para manejar tu relación con tu hijo(a), siempre puedes consultar a un profesional calificado o apoyarte en tu familia para recibir asesoría.

 

Ultima revisión: 2018

Copyright © 2018 Vida y Salud Media Group. Todos los derechos reservados.

Imagen © iStock / Kondoros Eva Katalin

Comentarios de nuestra comunidad