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En los seres humanos un embarazo normal puede ir desde las 38 a las 42 semanas. Los bebés nacidos antes de la semana 37 se consideran prematuros. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) nacen al año unos 15 millones de niños prematuros y aproximadamente 1 millón muere debido a complicaciones en el parto. Solo en Estados Unidos nacen al año más de 500.000 niños prematuros y suponen entre un 11 y un 13% de todos los embarazos en este país. A nivel mundial, la prematuridad es la primera causa de mortalidad en los niños menores de cinco años. Según la OMS, en casi todos los países que disponen de datos fiables al respecto, las tasas de nacimientos prematuros están aumentando.

Aunque todos los bebés nacidos antes de las 37 semanas se consideran prematuros, existe una clasificación en función de la edad gestacional, el término usado durante el embarazo para describir qué tan avanzado está este. Así existe la siguiente subclasificación:

  • Prematuros extremos: aquellos con menos de 28 semanas.
  • Muy prematuros: entre las 28 y las 32 semanas.
  • Prematuros moderados a tardíos: de 32 a 37 semanas.

Cuanto más prematuro sea el bebé, más complicaciones podrán surgir y es más posible que haya problemas de salud asociados por la inmadurez. “No es lo mismo nacer en la semana 35 que en la semana 27. Los niños que nacen a partir de la semana 35 muchos no llegan casi ni a ingresar y no suelen tener grandes problemas. Aunque siempre hay alguna excepción y un bebé que nace con 27 semanas no tiene ningún problema y otro que nace con 35 tiene complicaciones, pero esto es raro”, explica la Dra. Mar López, pediatra de Atención Primaria en Palma de Mallorca, España. Por ese motivo, los partos inducidos y los partos por cesárea no deben planificarse antes de que se hayan cumplido 39 semanas de gestación, salvo que esté indicado por razones médicas.

¿Qué problemas de salud puede haber?

El hecho de haber nacido antes de lo considerado normal hace que los niños prematuros puedan tener más problemas de salud. “Algunos son inmediatos al nacimiento como el síndrome de dificultad respiratoria, derivado de su inmadurez pulmonar. Otros tienen más riesgo de presentarse en el futuro, como el asma. Obviamente no todos los niños prematuros tendrán problemas de salud y depende mucho de las semanas en que nació”, añade la pediatra.

Junto con los problemas respiratorios, los digestivos son los más comunes en los bebés prematuros. Un reflejo de succión pobre, la falta de coordinación en la deglución, una talla y peso más bajo, problemas de reflujo, desnutrición postnatal o alteraciones en el calcio son algunos de los problemas que pueden aparecer, además de otros más graves como alteraciones cardíacas o hipotiroidismo.

Los bebés prematuros también pueden comportarse de forma diferente, según explica la experta. “Suelen llorar de forma más tenue que los bebés nacidos a término, algunos reflejos como el de succión pueden ser más pobres, también puede ser más difícil para ellos mover la cabeza debido a que tienen una musculatura menos desarrollada. Incluso, en ocasiones, nos puede parecer que tienen la cabeza más grande que el cuerpo y su grasa corporal es menor, por lo que su piel es más traslúcida y se pueden ver mejor los vasos sanguíneos. Tienen lanugo, vello de la espalda y hombros, y no suelen tener vérmix, la capa pastosa y blanquencina que suele envolver a los niños al nacer”.

Consejos al llegar a casa con un prematuro

Tanto si el bebé ha necesitado un ingreso hospitalario como si los médicos no lo consideran necesario, es muy importante que los padres se informen muy bien con los profesionales que les han atendido y resuelvan todas las dudas que se les puedan presentar para así tener una llegada lo más segura a casa. Algunos consejos para el cuidado de estos bebés prematuros y que pueden ayudar a reducir complicaciones son:

  • Dormir boca arriba, nunca hacia abajo ni de lado.
  • Dormir en una superficie que sea firme.
  • Intentar siempre que la lactancia sea materna.
  • Recibir todas las vacunas recomendadas para su edad.
  • Evitar el sobrecalentamiento e intentar que la habitación esté entre 20 y 22 grados centígrados.
  • No fumar.
  • Controlar su temperatura, ya que estos bebés regulan peor la temperatura.

“Son bebés que además tienen más riesgo de infecciones, por eso es importante lavarnos las manos y que no los cargue en brazos todo el mundo”, continúa explicando la Dra. Mar López, quien añade cómo la lactancia materna es especialmente importante en estos niños. “Así se previenen complicaciones digestivas y también se les protege de infecciones, porque su sistema inmune es más inmaduro y está demostrado que además que la lactancia materna favorece el desarrollo neurológico”.

A pesar de esta fragilidad, debemos tener presente que el contacto físico es muy importante. Aunque el bebé no muestre signos de respuesta a la presencia de los padres, el contacto precoz entre el recién nacido y los padres (especialmente la madre) es un estímulo tan importante como lo es el alimento.

Es normal que los padres de un recién nacido prematuro sientan miedo de tocarlo por su fragilidad, pero no deja de ser un bebé con una gran necesidad de estar en contacto con su madre, como cualquier recién nacido. Los prematuros no están incapacitados para recibir afecto a través de las caricias, los masajes y el contacto piel con piel. Es más, necesitan de ese contacto para mejorar sus habilidades neurológicas. Abrazar, acariciar, tocar al bebé, cantarle, hablarle es terapéutico y es clave para mejorar su desarrollo.

 

Por Miguel Ramudo
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Imagen: ©Shutterstock / Michael Dechev

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