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Las hierbas y los remedios caseros abundan en nuestra comunidad. Afortunadamente, varios hospitales, institutos gubernamentales y universidades de prestigio, entre otros centros de investigación acreditados, han empezado a realizar estudios aleatorios rigurosos basados en la ciencia para determinar si algunos de los remedios caseros que utilizamos funcionan o no. De la misma manera que evalúan los medicamentos que utilizamos para diferentes condiciones. Aprende cómo determinar si funcionan.

Para determinar la validez de un estudio clínico, no importa si se trata de un remedio casero (una hierba, suplemento, etc.) o una medicina, es importante prestar atención al diseño y a la calidad del estudio. Entre los factores que debes considerar están:

  • El número de personas que participaron en el estudio
  • La duración del estudio
  • La dosis de la sustancia que se está estudiando
  • La meta del estudio y cómo se midió
  • El tipo de medicina o remedio que se evaluó.

El último punto es especialmente importante en el caso de hierbas o plantas, ya que pueden variar en su composición, en la cantidad de ingredientes activos, y si hay o no otros compuestos que puedan tener influencias sinérgicas (aditivas) o antagónicas (opuestas) en el efecto que se va a medir. La presencia de compuestos aditivos puede complicar la interpretación de los resultados.

Otra cosa que siempre se debe considerar es que ún solo estudio, no importa que tan bien diseñado esté, no es definitivo. Se debe de comparar con otros estudios.

El National Center for Biotechnology Information indica que existen diferencias entre el uso tradicional de las hierbas y su uso científico. Entre las diferencias se encuentran:

En el uso tradicional de las hierbas:

  • Todos los pueblos utilizan plantas típicas o partes de estas, muchas veces con diferentes indicaciones, como jugos, decocciones o pastillas.
  • Generalmente se utilizan mezclas de muchas plantas (¡muchas veces más de 10 juntas!), que se piensa colaboran entre sí. Los productos a menudo no contienen ninguna referencia a los componentes químicos ni a la técnica de extracción.
  • Generalmente se cree que es seguro y sin ninguna reacción adversa.
  • La causa de las enfermedades y la terapia a menudo se basan en concepciones filosóficas, religiosas y socioculturales, y se refieren al carácter y las emociones de un paciente. 

En el uso científico de las hierbas:

  • Uso de la preparación extractiva y farmacéutica adecuada de las plantas.
  • Generalmente se utilizan purificados y estandarizados los constituyentes químicos que tienen actividad farmacológica, y se utilizan como sintomáticos, para prevención o tratamiento.
  • Posibles efectos secundarios, contraindicaciones, interacciones medicamentosas, etc.
  • La metodología diagnóstica y terapéutica sigue las reglas de la medicina tradicional, ya que la referencia para la administración clínica es únicamente la actividad farmacológica basada en técnicas de laboratorio convencionales y ensayos clínicos.

En Estados Unidos, por ley, los fabricantes de los suplementos o las hierbas no pueden decir que su producto “previene” o “trata” enfermedades. Así que lo mejor para utilizarlos es preguntarle a tu médico y, si decides buscar información en el Internet, que te asegures de la credibilidad y la precisión de las fuentes antes de decidir. Es importante que veas ¿quién proporciona la información?; ¿qué estudios las respaldan?; ¿quién paga por el sitio? y ¿cuándo fue la última vez que se actualizó?

Si lo que te dicen suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no es verdad. Los investigadores están interesados en que revises los estudios. No esconden los datos. Si alguien te dice que la fórmula es un secreto, que el gobierno y/o los doctores están tratando de que el público no la use, debes de dudar la información del sitio. Y ten precaución si te prometen curar algunas enfermedades como el cáncer, el VIH o la diabetes y si te piden información personal.

Existen sitios con excelente contenido en el National Library of Medicine: como www.Pubmed.gov  y el National Center for Complementary and Integrative Health https://www.nccih.nih.gov/health/herbsataglance, en donde encuentras una lista de varias hierbas y lo que la ciencia dice, con sus posibles efectos secundarios y fuentes para más información. Desgraciadamente esta información está en inglés.

Veamos un ejemplo de una hierba específica, el Aloe Vera, lo que dice la ciencia, sus posibles efectos secundarios y las precauciones que se recomiendan en este sitio:

Antecedentes:

  • Históricamente, el aloe vera se ha usado para condiciones de la piel y se pensaba que ayudaba a mejorar la calvicie y a promover la cicatrización de las heridas.
  • El aloe se usa localmente (aplicada sobre la piel) y por vía oral (tomada). Se promueve el uso local de aloe para el acné, el liquen plano (un sarpullido que pica mucho en la piel o en la boca), la fibrosis de la submucosa oral, el síndrome de la boca ardiente, las quemaduras y la toxicidad de la piel inducida por la radiación. Se promueve el uso oral de aloe para la pérdida de peso, la diabetes, la hepatitis y la enfermedad inflamatoria intestinal (un grupo de condiciones causadas por la inflamación intestinal que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerativa).
  • En 2002, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FDA) determinó que requería que los fabricantes eliminaran el aloe de los productos laxantes de venta libre debido a la falta de datos de seguridad.

¿Cuánto sabemos?

  • Varios estudios han investigado la utilidad del aloe como suplemento dietético o producto tópico con fines de salud en las personas.

¿Qué hemos aprendido?

  • La investigación clínica sugiere que la aplicación local de un gel a base de aloe dos veces al día (junto con jabón médico y gel de tretinoína) puede mejorar el acné.
  • La investigación clínica sugiere que la aplicación local del gel de aloe puede acelerar la curación de quemaduras. También hay evidencia de que el tratamiento con aloe vera puede reducir el dolor de las quemaduras.
  • Las investigaciones sugieren que el uso local del aloe también puede ayudar a las personas con herpes simple, liquen plano o psoriasis.
  • Tres ensayos (con un total de 236 participantes adultos) evaluaron el uso de dosis orales de aloe vera para los síntomas del síndrome del intestino irritable. Los resultados de un ensayo mostraron un beneficio; los otros dos ensayos no mostraron ningún beneficio del aloe vera sobre el placebo.
  • En un pequeño estudio europeo, 44 adultos con colitis ulcerativa fueron asignados al azar para recibir gel de aloe vera o un placebo dos veces al día durante un mes. Casi la mitad de las personas tratadas con aloe vera respondieron al tratamiento, mientras que el 14 por ciento de las tratadas con placebo respondieron.
  • El aloe vera se ha estudiado en ensayos clínicos (en humanos) para las úlceras del pie diabético y la placa dental, pero no hay suficiente evidencia científica para demostrar si el aloe vera es útil para estas condiciones. Un artículo de revisión de 2009 examinó los datos de una combinación de ensayos de laboratorio, con animales y clínicos y concluyó que se necesita más investigación para explorar la eficacia clínica del aloe para una serie de diferentes condiciones de la piel.

¿Qué sabemos de su seguridad?

  • El uso local del gel de aloe es generalmente bien tolerado. Sin embargo, ha habido informes ocasionales de ardor, picazón y eczema con el uso local del gel de aloe. El uso oral de látex de aloe puede causar dolor abdominal. El consumo oral de extractos de hojas de aloe (durante tan solo 3 semanas y hasta 5 años) se ha relacionado con casos de hepatitis aguda.
  • Los estudios en animales han notado una asociación entre el extracto de hoja de aloe vera tomado por vía oral y el cáncer gastrointestinal en ratas y ratones; sin embargo, se expresaron preocupaciones sobre las diferencias en el producto utilizado en ese estudio y los que comúnmente usan los consumidores. Por lo tanto, se necesita más investigación para evaluar la relevancia para la salud humana.
  • El uso excesivo de látex de aloe puede aumentar el riesgo de efectos adversos del medicamento digoxina, que se usa para algunos problemas cardíacos.
  • El aloe, tanto en forma de gel como de látex, cuando se toma por vía oral puede ser peligroso durante el embarazo y la lactancia.

En resumen, como en el ejemplo que hemos visto del Aloe Vera, las hierbas y otras sustancias naturales pueden tener beneficios, pero también pueden causar perjuicios. Por eso es importante la investigación. Así, como con los medicamentos recetados y de venta libre, los podemos tomar en las dosis correctas y con las precauciones necesarias.

Ten en cuenta:

Hazte cargo de su salud: habla con tus proveedores de atención médica sobre cualquier enfoque de salud complementario que utilices. Juntos, puede tomar decisiones compartidas y bien informadas.

Como ves, las hierbas pueden tener un lugar en el tratamiento de algunas condiciones, pero es importante recordar que pueden tener efectos secundarios, causar alergias, pueden tener interacciones con otros productos y con otras medicinas y, como siempre, es importante consultar a tu médico, especialmente si tienes algún problema de salud subyacente y/o si estás tomando cualquier medicamento. Y también es importante que siempre le dejes saber si estás tomando cualquier hierba, suplemento, vitamina o medicina recetada o no.

  

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Imagen: ©Shutterstock / Sebastian Duda

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