La identificación de la célula de origen del Sarcoma de Ewing marca un antes y un después en la investigación del cáncer infantil. Este avance, logrado por equipos del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y del Institut de Recerca Sant Joan de Déu, acerca la posibilidad de desarrollar tratamientos más precisos y menos tóxicos. Comprender cómo nace este tumor extremadamente agresivo ofrece nuevas oportunidades para proteger a niños, niñas y adolescentes afectados.
Cómo se descubrió el origen
El estudio publicado en Nature Communications demuestra que la célula de origen del Sarcoma de Ewing aparece durante etapas muy tempranas del desarrollo embrionario. Los investigadores sospechan que la alteración genética que desencadena este tumor ocurre incluso antes del nacimiento, cuando se forman tejidos clave como músculos, conectivos y vasos sanguíneos.
La Dra. Inmaculada Hernández-Muñoz, experta del Grupo de Investigación en Enfermedades Inflamatorias y Neoplásicas Dermatológicas del Instituto de Investigación del Hospital del Mar (HMRIB) explica: “Ahora que tenemos identificada la célula que origina el tumor, el siguiente paso es determinar qué factores hacen que una célula que, en principio, no tiene ninguna ventaja de crecimiento, adquiera esta característica”.
Este descubrimiento no solo aclara un misterio histórico, sino que abre nuevas líneas de investigación sobre cómo frenar el tumor antes de que se desarrolle.
Una pista clave: aparece en el desarrollo fetal
El Sarcoma de Ewing es único porque suele originarse por un solo oncogén: dos genes se fusionan formando EWS::FLI1, que actúa como interruptor para que la enfermedad se desarrolle.
Para entenderlo mejor, el equipo científico logró reproducir por primera vez el proceso en el laboratorio. En colaboración con el Dr. Àngel Raya, director del Laboratorio de Medicina Regenerativa del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), se generaron células mesenquimales embrionarias humanas y se introdujo en ellas el oncogén.
Aunque estas células no parecían cancerosas en la placa de laboratorio, al introducirlas en ratones generaron tumores idénticos al Sarcoma de Ewing humano.
En palabras de la Dra. Hernández-Muñoz: “Hablamos de una célula del mesénquima que, en un momento muy precoz del desarrollo embrionario, adquiere el oncogén que puede, más adelante, generar el Sarcoma de Ewing”.
Esto significa que la célula de origen del Sarcoma de Ewing ya está presente en el feto, y que factores como los cambios hormonales de la pubertad podrían activar el tumor.
Un modelo experimental que abre una nueva era
Con este avance, el equipo investigador puede estudiar la célula inicial del Sarcoma de Ewing y analizar cómo cambia hasta transformarse en un tumor.
La Dra. Hernández-Muñoz subraya: “Tenemos un modelo experimental para saber cómo es esta célula y estudiar qué cambios sufre hasta llegar a ser tumoral”.
Esto permitirá descubrir:
- sus puntos débiles
- qué activa su proliferación
- cómo evitar que se vuelva maligna
Y, en consecuencia, desarrollar tratamientos más dirigidos y menos tóxicos, un avance crucial para la oncología pediátrica.
Un paso decisivo hacia terapias más seguras para niños y niñas
El Dr. Jaume Mora, director científico del Pediatric Cancer Center Barcelona (PCCB) del Hospital Sant Joan de Déu (HSJD) y jefe del Grupo de Investigación en Sarcomas y Neuroblastoma del Institut de Recerca Sant Joan de Déu (IRSJD), señala la importancia del hallazgo: “Este descubrimiento representa un avance fundamental en la comprensión del sarcoma de Ewing. Identificar la célula de origen nos permite entender mejor cómo y cuándo se inicia el proceso tumoral”.
Este experto, que es referente internacional en oncología pediátrica añade: “Nuestro objetivo es que este conocimiento se traduzca en tratamientos más eficaces y con menos efectos secundarios para los niños y niñas y adolescentes afectados por esta enfermedad”.
Preguntas y respuestas
1. ¿Qué es la célula de origen del Sarcoma de Ewing? Es la célula embrionaria mesenquimal que adquiere el oncogén EWS::FLI1 y, años después, puede generar el tumor.
2. ¿Por qué es tan importante identificarla? Porque permite diseñar terapias dirigidas y potencialmente menos tóxicas para niños y adolescentes.
3. ¿Cuándo aparece esta célula? Durante el desarrollo fetal, mucho antes de que el tumor se manifieste en la infancia o adolescencia.
4. ¿Qué activa el tumor finalmente? Se sospecha que los cambios hormonales de la pubertad podrían desencadenar su proliferación.
5. ¿Este hallazgo significa que habrá tratamientos nuevos pronto? Es un paso clave. Ahora se pueden estudiar vulnerabilidades y diseñar terapias más precisas.
Por Karla Islas Pieck
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