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Las bebidas azucaradas que suelen ser tan deliciosas pueden tener efectos no tan agradables para tu salud. Aquí te contamos más acerca de algunas investigaciones recientes que relacionan el consumo de las bebidas azucaradas con un aumento en la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo para las enfermedades del corazón.

Si eres de las personas que siempre prefieres las sodas o las bebidas azucaradas para acompañar tus comidas y tus bocadillos, debes saber que tu elección no es tan saludable. Las bebidas azucaradas no solamente contienen más calorías y pocos nutrientes, sino que también pueden elevar tu presión arterial. Así lo demuestran nuevos estudios al respecto.

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. Para medirla, se considera el momento en que el corazón expulsa la sangre hacia tu cuerpo para oxigenarlo, que determina el nivel más alto de presión (a esto se llama presión sistólica) y el momento en que el corazón está en reposo, entre un latido y otro, cuando la presión baja (a esto se le llama presión diastólica).

De acuerdo a los niveles de presión arterial que se registren, se considera que la presión arterial es normal o adecuada cuando se mantiene entre menos de 120 (presión diastólica) / 80 (presión sistólica). Cuando la presión arterial es superior a 140 (presión sistólica) / 90 (presión diastólica) se considera que está elevada y, si este es tu caso, deberías modificar tu estilo de vida y consultar con tu médico para ver si necesitas tomar medicamentos para bajar dichos niveles.

La presión arterial alta es uno de los principales riesgos para el desarrollo de la enfermedad cardíaca, ya que si bien puede no dar síntomas es una de las causantes de lo que se denomina aterosclerosis y enfermedad arterial coronaria, que se produce cuando las paredes de las arterias se vuelven más gruesas por el depósito de grasas en ellas. Algo así como el sarro que se forma en las cañerías.

Al engrosarse las paredes de las arterias, la sangre tiene menos espacio para pasar, lo que aumenta la presión sobre las paredes y limita la cantidad de sangre que llega al corazón, lo que además, puede causar la formación de coágulos sanguíneos que en algún momento de su recorrido pueden no encontrar espacio para pasar y detienen el flujo de sangre que debería llegar al corazón. O, esos depósitos de grasa y otras sustancias en las paredes de las arterias, que se llaman placa, también pueden partirse y un pedazo puede desprenderse y viajar por la arteria. Cuando esto ocurre (ya sea que el coágulo, el pedazo de placa viaje y tape la arteria, o simplemente que la placa se engruese tanto que ya no deje pasar la sangre) se producen los llamados infartos o ataques cardíacos. Por eso es tan importante controlar la presión arterial.

En relación con las bebidas edulcoradas o bebidas dulces, una investigación reciente encontró que las personas que consumen más glucosa y fructosa (dos tipos de endulzantes que se contienen estas bebidas) tienen niveles de presión arterial más elevados. Esto era más notorio aún en personas que consumían altos niveles de azúcar y de sodio (el sodio es la sal que está presente no sólo en los alimentos sino también en las bebidas, ya sea de manera natural o agregada).

 

Asimismo, los investigadores encontraron que quienes están acostumbrados a consumir más bebidas azucaradas, en general tienen una dieta menos saludable que quienes no lo hacen. Además, estas bebidas agregan más calorías al cuerpo lo que puede potenciar la obesidad, otro de los factores más importantes que ponen en riesgo la salud del corazón.

Y tú, ¿qué tipo de bebidas eliges y cómo es tu dieta en general? Si tienes sobre peso y eres de los que no pueden dejar de tomar sodas, intenta limitar su consumo y reemplazarlo por sodas sin azúcar o, mejor aún, por agua. Si lo logras, es posible que en poco tiempo comiences a notar los beneficios. Anímate, vale la pena intentarlo.

 

Imagen © Pixabay.com / skeeze

 

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