Durante décadas se dio por hecho que los machos dominaban a las hembras en la mayoría de las especies de primates. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista PNAS cuestiona esta idea y nos ofrece una visión mucho más matizada sobre la dominancia en los primates.
Tras analizar 253 poblaciones de 121 especies diferentes, los investigadores concluyeron que solo en el 17 % de los grupos estudiados los machos ganaban más del 90 % de los conflictos frente a las hembras. Por otro lado, en el 13 % las que llevaban la delantera eran ellas. Pero lo más significativo: en el 70 % de los casos, no hay una dominancia clara de un sexo sobre el otro.
Factores que influyen en la dominancia en los primates
La dominancia en los primates no es absoluta ni homogénea. Depende de muchos factores como el hábitat, la estructura social y la capacidad reproductiva. En especies arbóreas, monógamas y con poca diferencia física entre sexos, las hembras tienden a tener más poder. En cambio, en especies terrestres, polígamas y dimórficas (con grandes diferencias físicas entre machos y hembras), son los machos quienes suelen tener la ventaja.
“Es muy interesante que en la mayoría de las poblaciones de primates no haya una clara dominancia de un sexo sobre otro. Cuando la hay, suele estar relacionada con el control de la reproducción”, comenta el Dr. Antonio J. Osuna Mascaró, experto en cognición animal de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena.
Este control puede darse de formas diversas: desde poder evitar a pretendientes no deseados hasta establecer vínculos monógamos estables.
La jerarquía entre machos y hembras en primates varía según el entorno
Una observación importante del estudio es que la jerarquía entre machos y hembras en primates no solo cambia entre especies, sino también entre poblaciones de la misma especie. Según el Dr. Osuna Mascaró: “Puede que en ciertas condiciones sociales o ecológicas se favorezca más el poder de uno u otro sexo. Por eso los investigadores analizan poblaciones, no solo especies”.
Este hallazgo resulta especialmente interesante si lo comparamos con nuestra propia especie: los humanos.
¿Qué pasa con los bonobos?
Uno de los casos más llamativos es el de los bonobos (también llamado chimpancé pigmeo ), conocidos por tener sociedades donde las hembras parecen tener mayor control. Pero este estudio sugiere que no basta con las alianzas entre hembras para explicar su poder.
“Los bonobos son una rareza, sí, pero no porque las hembras dominen, sino por cómo lo hacen”, explica el Dr. Osuna Mascaró. “Las coaliciones no son ni necesarias ni suficientes para que se dé esta dominancia”.
Esto sugiere que hay múltiples caminos evolutivos para alcanzar el liderazgo social, algo que también podría aplicarse a los seres humanos.
¿Y qué implicaciones tiene para los humanos?
Este estudio no solo cuestiona ideas tradicionales sobre la dominancia en los primates, también abre la puerta a reflexiones más amplias sobre los roles de género en los humanos. Si en otras especies de primates hay tanta variedad, quizá deberíamos dejar de ver la jerarquía entre sexos como algo “natural” o fijo.
Preguntas frecuentes
¿Qué es la dominancia en los primates?
Es la relación jerárquica entre machos y hembras dentro de un grupo de primates, medida por quién gana más conflictos sociales.
¿Los machos siempre dominan en los grupos de primates?
No. Según el estudio, solo el 17 % de las poblaciones muestran una dominancia clara de los machos. En la mayoría, no hay un sexo dominante.
¿Qué factores favorecen que las hembras dominen?
Mayor control reproductivo, vida arbórea, estructura monógama y menor diferencia física entre sexos.
¿Qué nos dice esto sobre los humanos?
Que los roles de género no están escritos en piedra. Así como la jerarquía entre machos y hembras varía en primates, también puede hacerlo en los humanos según el contexto.
Por Karla Islas Pieck
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