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Si buscas el secreto de la eterna juventud, tal vez debas empezar por dejar la inactividad a un lado. Se sabe que hacer ejercicio tiene muchas ventajas para la salud, pero ahora hay evidencias más claras de que incluso puede ser indispensable a la hora de mantener la juventud. Un experimento curioso con ratones, así lo demuestra.

Si te falta motivación para levantarte de la cama y hacer ejercicio, te tengo una que puede resultar irresistible. ¿Qué piensas si te digo que hacer ejercicio retrasa el envejecimiento? ¿Te imaginas tener 60 años y verte mucho más joven y vital que aquellos de tu edad que no hacen ejercicio? ¿o que las canas no aparezcan y tus músculos no se aflojen tan rápidamente? Aunque te parezca un imposible o tal vez te suene a un anuncio de charlatanería, lo cierto es que el ejercicio ha demostrado que mantiene la juventud, por lo menos, en los ratones.

Como sabemos, muchos de los experimentos científicos se hacen con ratones de laboratorio para luego ser probados en humanos. Precisamente, es el caso de un grupo de investigadores de la Universidad McMaster en Hamilton, Canadá, que se sorprendieron muchísimo al descubrir que el ejercicio evitó que muchos ratones se hicieran viejos o empezaran a envejecer prematuramente.

El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences es sorprendente. Demuestra que más allá de evitar las canas, el ejercicio prácticamente eliminó todos los efectos degenerativos causados por la edad en ratones genéticamente programados para envejecer más rápido.

La clave está en las mitocondrias, que son como el motor de las células: combinan el oxígeno y los nutrientes para crear el combustible de las células. Las mitocondrias tienen su propio ADN (que es el material genético) y pueden multiplicarse por sí mismas. Lo que sucede es que durante ese proceso pueden sufrir pequeñas mutaciones o cambios en la información genética, que por lo general son reparados por la célula. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y envejecemos, el número de mutaciones excede la capacidad de reparación de la célula y la mitocondria empieza a morirse o a funcionar incorrectamente.  ¿Por qué es importante entender esto? Porque muchos científicos piensan que la pérdida de las mitocondrias es la causa del envejecimiento en los humanos y otros mamíferos. Esto se explica de forma sencilla:

Si la mitocondria no funciona, no puede darle energía (o “gasolina”) a las células, por lo tanto las células se mueren. Esto causa que el pelo pierda su pigmentación (canas), que los músculos pierdan su consistencia, que la piel pierda su elasticidad, que el volumen del cerebro disminuya, etc. En resumidas cuentas, aparece la vejez.

Con esto en mente, los investigadores canadienses usaron ratoncitos cuyas mitocondrias eran incapaces de repararse a sí mismas y que desarrollaron fallas en las mitocondrias a la edad de 3 meses (el equivalente a 20 años humanos). Cuando cumplieron 8 meses (60 años humanos), estos ratones de laboratorio estaban bastante viejitos: tenían los corazones agrandados, el pelo gris, los músculos flojos, el cerebro achicado. Sin embargo, no todos se volvieron viejos: los ratones que hicieron ejercicio se mantuvieron jovencitos.

Durante el experimento, la mitad de los ratones hicieron ejercicio corriendo sobre una rueda, 45 minutos, tres veces a la semana (el equivalente a correr 50 minutos o 10 kilómetros/6.2 millas). Así continuaron por 5 meses. Luego, cuando la otra mitad de los ratones –los que no hicieron ejercicio-se estaban quedando calvos o canosos, se vio el contraste. Los ratones que hicieron ejercicio tenían la misma masa muscular y el volumen cerebral que al principio del experimento. Su corazón estaba joven y sus órganos sexuales también.

El estudio sorprendió a los científicos y da evidencias otra vez de cómo el ejercicio es benéfico para la salud. Por eso, no te esperes. Siempre es mejor hacer algo que no hacer nada. Si eres sedentario, aumenta tu actividad. No tienes que ponerte a hacer ejercicios extenuantes de golpe, empieza poco a poco. Una caminata diaria, levantar algunas pesas, subir las escaleras, cualquier ejercicio aeróbico beneficiará tu salud a largo plazo. De esta forma te verás más joven por más tiempo (y la verdad es que estarás invirtiendo en tu salud y te sentirás mejor).

El movimiento, en resumidas cuentas, puede ser la clave de la “eterna juventud”.

 

Imagen © iStock / Cathy Keifer

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