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La Administración Federal de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció que el sulfato de magnesio, tradicionalmente recomendado para evitar las convulsiones por eclampsia en mujeres embarazadas con preeclampsia, así como para evitar un parto prematuro, debe limitarse porque puede causar daños a los huesos del feto en desarrollo.

Tradicionalmente, el sulfato de magnesio se ha recomendado para prevenir el parto prematuro en mujeres embarazadas que tienen este riesgo. Se administra además para prevenir la eclampsia en mujeres embarazadas con preeclampsia, y para el tratamiento de las mujeres que sufren una convulsión o crisis epiléptica por eclampsia.

No obstante estos beneficios documentados en algunos estudios al respecto, las autoridades de salud en los Estados Unidos (la FDA, en concreto) recientemente recomendaron limitar el uso del sulfato de magnesio para prevenir los partos prematuros y aconsejaron no inyectar esta sustancia por más de 5 a 7 días a las mujeres en riesgo de dar a luz antes de tiempo.

Esta recomendación surge luego de haber encontrado que inyectarles sulfato de magnesio por más de ese período de tiempo puede causar una disminución en el nivel de calcio en el bebé, lo que resulta en huesos frágiles (osteopenia) y en la fractura (rotura, quebradura) de huesos. Hasta ahora, no se sabe con claridad en qué momento este tratamiento puede poner en riesgo la salud del bebé.

La razón para lanzar esta recomendación tiene que ver con la evaluación de 18 casos de mujeres que reportaron que sus bebés tuvieron efectos secundarios negativos. En concreto, estas mujeres recibieron una dosis de 3,700 mg de sulfato de magnesio inyectado, en promedio, por 9.6 semanas.

Las anormalidades que se reportaron en los bebés incluyeron fracturas de los huesos largos y las costillas. La FDA también analizó un estudio en el cual se vieron anormalidades en los huesos de los bebés que habían sido expuestos al sulfato de magnesio por más de 1 semana en comparación con los bebés que sólo tuvieron contacto con esta sustancia por 3 días.

La pregunta que surge, es qué se debe hacer en el caso de las mujeres con preeclampsia  y eclampsia, puesto que dichas complicaciones pueden causar la muerte de la madre y/o del bebé.  Recuerda que la preeclampsia se produce cuando la mujer tiene hipertensión y presenta proteína en la orina, a menudo acompañada de inflamación (hinchazón) en las extremidades. Cuando la preeclampsia se complica, surge la eclampsia, en la cual se presentan convulsiones y coma que pueden ser mortales.

Lo que sugiere la FDA es analizar de cerca cada caso y poner en una balanza los beneficios y los riesgos.  Por ahora, esta agencia federal ha ordenado a los fabricantes de las inyecciones de sulfato de magnesio que incluyan en sus etiquetas la información acerca de los problemas en el desarrollo de los huesos del feto.

Además, ha ordenado que se recalque en las etiquetas la importancia de que el sulfato de magnesio inyectado no se recomienda para prevenir el parto prematuro pues su efectividad no ha sido establecida a ciencia cierta.

El reporte de la Administración Federal de Medicamentos y Alimentos también menciona, que estas inyecciones sólo deben ser administradas por profesionales de la salud y que las mujeres embarazadas deben discutir con su médico los riesgos y beneficios antes de someterse a ellas.

Si estás embarazada y tienes un riesgo alto de tener un parto prematuro, informarte y habla con tu obstetra acerca de las alternativas que existen para evitar que tu bebé nazca antes de lo esperado. Buena suerte y felicidades.

 

Imagen © iStock / barisonal

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