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Empiezas el tercer y último trimestre de tu embarazo. Es uno de los momentos más difíciles. Aunque los primeros meses implicaron grandes riesgos, durante los últimos tres meses tu cuerpo enfrenta retos enormes, como el peso de tu barriga y el tamaño de tu bebé.

En el séptimo mes, empiezan a aparecer nuevos síntomas que son característicos del último trimestre. Es normal, tu bebé ha crecido bastante y además se está moviendo más de lo habitual. Los efectos en tu cuerpo y tus emociones son inevitables.

Cambios en tu cuerpo

  • Tu exceso de peso, la presión sobre algunas de las venas que van a las extremidades y la retención de líquidos pueden hacer que tus pies y tobillos se sigan hinchando y te pueden empezar a molestar o hacerlo más que antes.
  • La retención de líquidos también hace que subas más de peso.
  • El dolor de espalda podría empezar o aumentar debido al peso de tu barriga y por ello debes buscar más descanso.
  • La falta de aire podría aumentar un poco, en algunas mujeres la respiración se vuelve entrecortada y pueden sufrir ahogos.
  • Tus venas seguirán dilatadas, las várices (si te aparecen) podrían estar prominentes y puedes desarrollar hemorroides.
  • Mientras se expanda tu útero y aumente el tamaño de tu bebé, los trastornos digestivos podrían continuar con acidez, estreñimiento, indigestión y gases.
  • En los últimos meses, el flujo vaginal aumenta. Si ves que cambia de color o de olor, consulta a tu médico para descartar una posible infección vaginal. Lo mismo si crees que puede ser líquido amniótico.
  • Si tu orina cambia de color, o te arde la orinar, consulta a tu médico pues podrías necesitar tratamiento.

Cambios emocionales

A partir del séptimo mes de embarazo probablemente te empiezas a preparar psicológicamente para el parto, pero todavía tienes una mezcla de miedo y alegría a la vez. Por un lado sientes que se acerca el momento del parto y temes por la salud de tu bebé y por el dolor que puedas sentir. Pero por otro lado, ya sientes que se acerca el tiempo de ver a tu hijo y empiezas a desarrollar fantasías en que te imaginas cómo es.

Eso es normal, en el séptimo mes, estás acercándote a la recta final y te queda poco tiempo para que nazca tu bebé. Aún así, estos pensamientos podrían aislarte un poco del mundo que te rodea, pues estás tan ensimismada que tiendes a prestar poca atención a tu pareja o tu familia. Lo que probablemente nunca dejas de reclamar es constante contacto físico de tus seres queridos.

Actualización de un artículo originalmente publicado en el 2009.

Imagen © Thinkstock / Howard Pemberton

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