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La preeclampsia, o hipertensión severa durante el embarazo, es una afección potencialmente peligrosa en sí misma. Pero si no se trata a tiempo, puede conducir a la eclampsia, una condición mucho más grave todavía, que puede provocar convulsiones, estado de coma y tal vez la muerte. Una nueva prueba sanguínea, que chequea las enzimas de la placenta, puede ayudar a determinar si la mujer tiene mayor riesgo de desarrollar preeclampsia y, de esta forma, tomar medidas para controlarla.

Muchas mujeres embarazadas se sentirán más seguras al saber que ya existe una prueba que permite medir el riesgo de desarrollar preeclampsia, una forma de presión arterial alta asociada con exceso de proteína en la orina que ocurre después de las 20 semanas de embarazo en una mujer que no tenía hipertensión previamente. Cuando no se controla, puede progresar a eclampsia y dañar varios órganos (los riñones, el hígado y el cerebro), y dar lugar a complicaciones fetales como parto prematuro, bajo peso del bebé al nacer y hasta dar a luz al bebé muerto. De ahí la importancia de identificarla para empezar el tratamiento rápidamente.

Ahora, no debes confundir la preeclampsia con un leve aumento de la presión arterial, algo frecuente en las mujeres embarazadas. Pero si ese aumento es repentino e intenso (más de 140/90 Hg) y se produce después de la semana 20 del embarazo, es una señal típica de la pre eclampsia. De acuerdo con el National Heart, Lung and Blood Institute, la hipertensión afecta del 6% al 8% de las mujeres embarazadas en los Estados Unidos. La eclampsia ocurre en una de cada 200 mujeres con pre eclampsia, y puede ser mortal si no se trata.

De hecho, la preeclampsia y la eclampsia son las causas principales de las enfermedades y las muertes en las madres y en los recién nacidos.

Además de la hipertensión, otros síntomas de la preeclampsia incluyen: la inflamación de la cara, las manos y los pies, y un aumento de peso repentino debido a la retención de líquidos. Más adelante pueden presentarse dolores de cabeza y de abdomen, visión borrosa, mareo, náuseas y vómito.

Según un estudio publicado a principios de noviembre en la revista Circulation, de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), una prueba de sangre nueva que chequea las enzimas de la placenta puede ayudar a determinar si una mujer tiene mayor riesgo de desarrollar esta forma severa de presión arterial alta durante el embarazo.  El propósito de la prueba es diferenciar a las mujeres con preeclampsia de las que tienen solamente hipertensión. Este es un gran avance ya que las pruebas actuales pueden detectar la hipertensión en el momento cuando se mide, pero no pueden predecir lo que va a ocurrir más adelante. Y si ocurre después, la enfermedad ha progresado y ha causado ya daños severos en el organismo.

Al identificar a las mujeres con un riesgo elevado de  desarrollar preeclampsia, los obstetras pueden tomar medidas para vigilar y controlar su presión arterial. A la vez, se evitan hospitalizaciones innecesarias de las embarazadas que no tienen mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.

El estudio incluyó a 625 mujeres del Reino Unido. El 61% de las que desarrollaron preeclampsia tenían niveles bajos de unas proteínas en la placenta, llamadas factores de crecimiento. Si se encuentran estos niveles antes de la semana 35, significa que el bebé generalmente nace en los siguientes 14 días.

Los investigadores también hallaron que si esas proteínas bajaban de cierto nivel (típicamente por debajo de 100 pg/mL, cuando el rango normal es de 100 a 3,000 pg/mL) antes de las 35 semanas de embarazo, era probable que el bebé naciera dentro de los siguientes 14 días.  En un embarazo normal, el nivel de las proteínas en la placenta permanece más estable.

La nueva prueba permite descubrir si una mujer tiene un riesgo más alto de sufrir de preeclampsia o de eclampsia durante su embarazo. Pero si estás embarazada, también es importante que conozcas tus probabilidades de desarrollar ambas cosas. Tus probabilidades son mayores si:

  • Padeces de hipertensión crónica
  • Eres obesa
  • Eres diabética
  • Sufres de enfermedades renales (del riñón)
  • Eres adolescente o tienes más de 40 años
  • Tienes un embarazo múltiple (mellizos, trillizos…)
  • Tu madre, tu hermana o tu hija han sufrido de preeclampsia o de presión arterial alta (hipertensión) durante un embarazo.

Si tienes cualquiera de esos factores de riesgo, mantente atenta a los síntomas de la preeclampsia. Si detectas alguno, ve sin demora a tu médico para que te haga un examen completo y tome medidas si es necesario. De eso depende no sólo tu salud y tal vez tu vida, sino también la de tu bebé.

Imagen © iStockphoto.com / s borisov

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