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  • La epilepsia es una afección cerebral que causa convulsiones recurrentes
  • En Estados Unidos, afecta a unos 3.4 millones de personas
  • Hay muchos tipos de epilepsia y los síntomas varían mucho entre unas personas y otras
  • Puede estar causada por diferentes motivos
  • La epilepsia no es contagiosa
  • El tratamiento se centra en el control de las convulsiones y debe ser individualizado

El segundo lunes de febrero es la fecha elegida para conmemorar el Día Internacional de la Epilepsia, una afección cerebral que causa convulsiones recurrentes.

En Estados Unidos, se calcula que hay unos 3.4 millones de personas con epilepsia: 3 millones de adultos y unos 470.000 niños, según datos de 2015.

En el mundo, se calcula que hay unos 65 millones de personas con epilepsia. Afecta a personas de todos los sexos, edades y grupos étnicos.

Hay muchos tipos de epilepsia y los síntomas varían mucho entre unas personas y otras. Los más frecuentes son:

  • Convulsiones tónico-clónicas: causan perdida de la conciencia y caídas, rigidez en el cuerpo a la que siguen sacudidas y contracciones de los músculos
  • Ausencias: episodios breves en los que las personas tienen la mirada fija, con una pérdida breve de la conciencia
  • Convulsiones focales: como afectan solo a una parte del cerebro, pueden causar cambios en la vista, en el olfato, en el oído, movimientos involuntarios de una parte del cuerpo, hormigueo…
  • Convulsiones atónicas: pérdida de la fuerza de los músculos, que hace que la persona pueda caerse
  • Miedo, ansiedad y otros síntomas psicológicos

La epilepsia puede estar causada por diferentes motivos. En muchos casos, la causa es desconocida. Entre otras, puede deberse a:

  • Influencia genética (algunos casos son hereditarios)
  • Ictus (también conocido como infarto cerebral) y otros accidentes cerebrovasculares
  • Tumores cerebrales
  • Demencia
  • Heridas traumáticas en el cerebro o en la cabeza, por ejemplo en un accidente de tráfico o de esquí
  • Infección en el sistema nervioso central
  • Lesiones antes del nacimiento, como infección de la madre, mala nutrición en el embarazo o falta de oxígeno al nacer
  • Afecciones del desarrollo: las personas con autismo son más propensas a tener epilepsia

La epilepsia no es contagiosa y las personas con epilepsia no pueden transmitir la enfermedad a otras personas.

Desencadenantes de convulsiones

Diferentes elementos pueden causar convulsiones en las personas con epilepsia. Entre otros:

  • Consumir alcohol
  • Ver ráfagas de luz (como en algunas películas y videojuegos)
  • Consumir drogas ilegales
  • Saltarse dosis de los medicamentos anticonvulsivos (o tomar una dosis mayor a la indicada)
  • No dormir lo suficiente
  • Cambios hormonales durante el ciclo menstrual
  • Tener estrés
  • No beber lo suficiente y deshidratarse
  • Saltarse comidas

Tratamiento

El tratamiento se centra en el control de las convulsiones, para lo que se usan diferentes medicamentos antiepilépticos. Encontrar el adecuado (o la combinación de fármacos precisa) puede llevar tiempo y ajustes.

En algunos pacientes, son precisos cambios en los estilos de vida, con adaptaciones de dieta. La dieta cetogénica se ha mostrado útil en determinados casos de epilepsias resistentes a medicamentos.

Si los medicamentos no resultan efectivos, otras opciones son:

  • Cirugía cerebral: para eliminar la pequeña parte del cerebro que causa las convulsiones, usualmente un tumor, una lesión cerebral o una malformación
  • Estimulación del nervio vago: consiste en la inserción de un dispositivo que manda pulsos eléctricos a través de este nervio
  • Estimulación cerebral profunda: en este caso, se implantan electrodos en determinadas áreas del cerebro para mandar allí impulsos eléctricos que ayudan a controlar las convulsiones
  • Terapia de respuesta a estímulos: un dispositivo detecta determinados patrones de actividad cerebral y aplica una mínima descarga eléctrica para prevenir o parar las convulsiones

El tratamiento se irá ajustando para lograr el control de las convulsiones. Además, debe ser individualizado, teniendo en cuenta factores como:

  • La edad
  • Tipo y frecuencia de las convulsiones
  • Estado general de la persona con epilepsia
  • Presencia de otras patologías médicas

Por Javier Granda Revilla
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Imagen: ©Shutterstock / vetre

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