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¿Qué papel juega la pornografía?

La actividad cerebral que se observa en las personas que tienen una adicción al sexo es muy parecida a la que se observa en los adictos a las drogas. Un estudio nuevo describe esta similitud y de si la pornografía es o no es adictiva. Entérate.

Los adictos a las drogas y los adictos al sexo tienen algo en común: lo que los mueve es la compulsión por estimular el sistema de recompensas del cerebro en forma extrema, lo cual los lleva a adoptar comportamientos obsesivos y destructivos. Son adictos a los sentimientos que les produce ver una imagen erótica, llevar sus prácticas sexuales al extremo, tener relaciones con varias personas y buscar pornografía todo el tiempo. Esto se debe a que les encanta la sensación que les produce, debido a que estas actividades estimulan la producción de unos químicos en el cerebro que a su vez, les causan una sensación de satisfacción que debe ser alimentada constantemente.

Se estima que uno de cada 25 adultos sufre de adicción al sexo, lo cual puede afectar significativamente la vida de una persona a todos los niveles: sus relaciones interpersonales, su trabajo y se ha demostrado que aumenta el estrés y los sentimientos de culpa.

Un estudio realizado recientemente por la Universidad de Cambridge y publicado en la revista PLOS ONE encontró que la pornografía estimula la actividad cerebral de las personas con comportamiento sexual compulsivo, o los adictos al sexo, de la misma manera que sucede con las drogas en el cerebro de los drogadictos. Sin embargo, los especialistas dicen que esto no necesariamente significa que la pornografía, en sí misma, sea adictiva.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores del Departamento de Psiquiatría de dicha universidad, observaron la actividad cerebral de 19 pacientes masculinos que sufrían de comportamiento sexual compulsivo y la compararon con el mismo número de pacientes saludables.

Los que eran adictos al sexo habían empezado a ver pornografía desde una edad mucho más temprana que los voluntarios sanos. Los primeros tenían una gran dificultad para controlar sus comportamientos sexuales compulsivos al punto de que les afectaba su vida cotidiana y los investigadores se interesaron en ellos porque su comportamiento muestra semejanzas con la de los pacientes adictos a las drogas. Por eso,  quisieron averiguar si la actividad cerebral también tenía esas similitudes.

Al enseñarles videos con contenido sexual explícito y analizar su actividad cerebral mediante imágenes de resonancia magnética, los investigadores encontraron que ciertas regiones del cerebro eran más activas en los adictos al sexo que en los pacientes sanos. Además, encontraron que esas regiones son las mismas que se activan en los adictos a las drogas cuando son estimulados por alguna de dichas sustancias o la idea de ellas.

En concreto, estas regiones del cerebro son aquellas responsables de la motivación y las recompensas, fuertes deseos y de procesar la importancia de eventos y emociones.

Además, se encontró una relación entre la actividad cerebral y la edad: los pacientes más jóvenes respondieron con actividad cerebral más evidente ante la pornografía.

Los investigadores dicen que las diferencias entre la actividad cerebral de los adictos al sexo y los que no lo son, son muy marcadas y que se parecen mucho a la de los adictos a las drogas. Sin embargo, advierten que dichas similitudes necesitan ser investigadas más a fondo para realmente entender la relación entre el comportamiento sexual compulsivo y la drogadicción.

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Imagen: ©Shutterstock / TheVisualsYouNeed

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