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  • Los trastornos de ansiedad y el estrés son cada vez más comunes en mujeres embarazadas. Se estima que 1 de cada 5 futuras madres podría padecerlos. 
  • Es la primera vez que se estudia el efecto de la dieta mediterránea sobre el bienestar de las mujeres embarazadas.
  • Las mujeres que comían más cereales integrales, verduras, fruta fresca, legumbres, frutos secos, pescado y carne blanca, así como aceite de oliva para cocinar y condimentar tenían un mayor bienestar, mejor calidad el sueño y menos ansiedad y estrés.

Todos sabemos la importancia de una buena alimentación, no sólo para mantenernos en un peso adecuado sino también para prevenir muchísimas enfermedades y sentirnos mejor. Eso es aún más importante durante el embarazo, cuando lo que comemos no sólo incide en nuestra salud, sino también en la de nuestro futuro bebé.

Cada vez son más los beneficios que se le atribuyen a la dieta mediterránea, que es rica en frutas, verduras y granos integrales, baja en carne roja y rica en grasas no saturadas, como el aceite de oliva. Se ha demostrado que ayuda a prevenir la diabetes, que es buena para nuestro corazón, que nos ayuda a controlar nuestro peso de forma saludable y a revertir el síndrome metabólico. Incluso se le asocia a una mayor longevidad.

Ahora, un estudio liderado por investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS  y el Hospital Sant Joan de Déu, realizado con el apoyo de la Fundació “la Caixa”, ha demostrado que las mujeres embarazadas que siguen la dieta mediterránea tienen menos ansiedad y un mayor bienestar, además de mejor calidad del sueño.

Por desgracia, los trastornos de ansiedad y el estrés son cada vez más comunes en mujeres embarazadas. Se estima que 1 de cada 5 futuras madres podría padecerlos. Ante esta preocupante situación, varios estudios previos en no gestantes ya habían asociado la dieta mediterránea con una mejora del bienestar y la salud mental. Sin embargo, esta investigación marca un hito al ser la primera en evaluar específicamente su impacto en mujeres embarazadas.

El estudio, denominado IMPACT analiza datos de 1221 mujeres embarazadas de alto riesgo entre los años 2016 y 2022. Las participantes fueron divididas aleatoriamente en dos grupos entre las 19 y 23 semanas de gestación. 

Un grupo siguió una intervención para la promoción de la dieta mediterránea mediante visitas personalizadas con nutricionistas. Los investigadores alentaron a las futuras madres a comer más cereales integrales (5 raciones al día), verduras y productos lácteos (3 raciones al día), fruta fresca (2 raciones al día), legumbres, frutos secos, pescado y carne blanca (3 raciones a la semana), así como el uso de aceite de oliva para cocinar y condimentar. El otro grupo recibió la atención habitual durante el embarazo, según los protocolos institucionales establecidos, pero sin intervención especial alguna.

Los resultados, publicados en la revista científica Nutrients demostraron que la intervención basada en la dieta mediterránea redujo entre un 25 y un 28% los niveles de ansiedad y estrés en las mujeres gestantes, además de que mejoró su bienestar y calidad del sueño, en comparación con el grupo de control sin intervención. 

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron los cuestionarios de estrés completados por las propias participantes y midieron los niveles de metabolitos relacionados con el estrés, como el cortisol y la cortisona, en muestras de orina.

La Dra. Fátima Crispi, investigadora de BCNatal y del grupo IDIBAPS Medicina fetal y perinatal, ambos dirigidos por Eduard Gratacós señala que “algunos estudios previos habían relacionado la dieta mediterránea con una mejora del bienestar y una reducción de los niveles de estrés, pero eran estudios en no gestantes. Este es el primer ensayo en embarazadas que lo evalúa y demuestra”.

Los expertos involucrados en el estudio enfatizan la importancia de la salud mental durante el embarazo y sugieren que la promoción de la dieta mediterránea adaptada a mujeres gestantes podría convertirse en una poderosa estrategia de salud pública para enfrentar los desafíos del estrés y la ansiedad en este período crucial.

El proyecto contó con financiación de diversas instituciones, entre ellas la Fundación La Caixa, la Cerebra Foundation for the Brain Injured Child, la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de Investigación (AGAUR), el Instituto de Salud Carlos III, la Universidad de Barcelona, y el Centro de Investigaciones Biomédicas en Red sobre Enfermedades Raras (CIBERER) Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) y Salud Mental (CIBERSAM).

La Dra. Francesca Crovetto, del Hospital Sant Joan de Déu, añade que “teniendo en cuenta la creciente importancia del papel de la salud mental durante el embarazo, estos resultados podrían implicar la promoción de la dieta mediterránea adaptada a mujeres gestantes como una potente estrategia de salud pública”.

 

Por Karla Islas Pieck
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Imagen: ©Shutterstock / antoniodiaz

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