Todos sabemos la importancia de mantener buena salud física, pero frecuentemente nos olvidamos e incluso descontamos el significado de la salud mental. Nuestra salud mental es crítica para nuestro bienestar general, el bienestar de nuestra familia y nuestra calidad de vida desde la infancia y durante toda la vida. Puede ser tan debilitante como las peores enfermedades físicas. Desgraciadamente, debido a atributos negativos que se han asociado con la salud mental y con las enfermedades mentales, muchas personas, especialmente en nuestra comunidad, tienen un concepto desfavorable y equivocado respecto al tema. Como siempre digo, la información es poder. Te invito a que sigas leyendo.
El mes de mayo se ha designado como el Mes para Crear Conciencia sobre la Salud Mental, y la semana del 3 al 9 de mayo junto con la Federación Nacional de Familias, es específicamente la Semana de Concientización sobre la Salud Mental de los Niños.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es fundamental para el bienestar y el funcionamiento efectivo de las personas. Es más que la ausencia de un trastorno mental; es la habilidad de pensar, aprender, y entender nuestras emociones y las reacciones de los demás. La salud mental es un estado de equilibrio, tanto dentro de nosotros como con el ambiente.
Los trastornos mentales pueden afectar a los niños, a los adolescentes o a las personas a cualquier edad, independientemente de su sexo, de su raza, de su nivel de educación y de su nivel socioeconómico. O sea, cualquier persona puede sufrir una enfermedad mental. La buena noticia es que contamos con tratamientos para muchas de ellas.
Así como existen muchas enfermedades a las que llamamos físicas (como: diabetes, hipertensión, neumonía o pulmonía, etc.), existen muchas enfermedades a las que llamamos mentales como: ansiedad, depresión, enfermedad bipolar, trastorno obsesivo-compulsivo, esquizofrenia, estrés post-traumático, paranoia, anorexia, bulimia, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, entre otras.
Los trastornos mentales se encuentran entre las causas más comunes de discapacidad.
Los síntomas de las enfermedades mentales dependen de la enfermedad. Algunos síntomas o signos frecuentes incluyen:
Algunas personas con trastornos mentales inicialmente presentan síntomas físicos como dolor de cabeza, dolor de estómago, dolor de espalda o insomnio antes de que se establezca el diagnóstico de enfermedad mental.
De acuerdo con Mental Health America, en 2020 tan solo en Estados Unidos:
Entre los ADULTOS en los EE. UU.:
Entre los JÓVENES en los EE. UU.:
De acuerdo con la OMS, las personas con trastornos mentales experimentan en forma desproporcionada tasas más altas de discapacidad y mortalidad. Por ejemplo, las personas con depresión mayor y esquizofrenia tienen una probabilidad 40 a 60% mayor de morir prematuramente que la población general, debido a problemas de salud físicos que frecuentemente no se atienden (como cáncer, enfermedad cardiovascular, diabetes e infección por VIH) y suicidio. El suicidio es la segunda causa más común de muerte en los jóvenes a nivel mundial.
De acuerdo con los Centros para El Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), los trastornos mentales, emocionales o de comportamiento en los niños pueden afectar la salud y el bienestar de los niños, las familias y las comunidades. El tratar los problemas mentales de los niños y los adolescentes tan pronto y como sea posible disminuye los problemas en la casa y en la escuela. Además, les ayuda a tener un desarrollo sano en la adultez.
Tratamiento
El tratamiento depende de la enfermedad. Por ejemplo, para las condiciones más comunes en los niños como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), los trastornos del comportamiento, la ansiedad o la depresión, los profesionales utilizan terapia de comportamiento y terapia de comportamiento cognitivo. A veces agregan medicamentos. Hay diferentes tipos de terapia para los adolescentes y en varias de ellas se incluye a los padres.
Para los adultos, el tratamiento varía dependiendo de la enfermedad, pero generalmente consiste en terapia (que puede ser individual o de grupo) y que puede incluir o no el uso de medicamentos. Existen grupos, por ejemplo, para veteranos de guerra que han experimentado traumas físicos y mentales, y para personas en comunidades que han experimentado traumas físicos y psicológicos por desastres naturales como huracanes, etc.
Como mencioné en la introducción, uno de los problemas, especialmente entre los hispanos, es el de derribar el estigma en contra de las enfermedades mentales. O sea, la percepción o actitud negativa hacia el diagnóstico, la persona o la idea de un tratamiento relacionado a una enfermedad mental o un tratamiento relacionado a algo “emocional”. La gente suele asociarlo a que la persona no combate la depresión, la ansiedad o cualquiera que sea el problema porque no es suficientemente fuerte. En vez de ver estas condiciones como ven las físicas como la diabetes, la hipertensión, la falla renal, etc. Nunca nadie acusaría a alguien de ser débil por no poder controlar su azúcar o su presión sin buscar ayuda profesional por debilidad. Y no hay que hacerlo cuando se trata de las enfermedades mentales.
La verdadera debilidad viene de una falta de entendimiento que tanto la enfermedad mental como la enfermedad física se benefician de ayuda profesional. En el caso de la enfermedad mental, los especialistas son los psiquiatras o los psicólogos. La persona con una enfermedad mental no está “loca”. La persona tiene una condición médica que requiere atención profesional. Una enfermedad que se puede mejorar con tratamiento. A veces, el tratamiento es terapia. A veces, es terapia y medicinas. La persona no es su enfermedad y no tiene de qué estar apenado. Si tienes diabetes….¿te da pena? Entonces, si tienes un trastorno bipolar, ¿por qué vas a estar apenado? Es más, no tienes que decir soy bipolar. Puedes decir, tengo un trastorno bipolar. Tú no eres tu enfermedad. También podrías tener hipertensión y/o diabetes y no tienes por qué tener pena de nada.
Existen grupos de apoyo que podrían ayudarte. En estos grupos hay otras personas que padecen la misma enfermedad que tienes tú. Esto te podría servir de apoyo inicialmente. También podrías ayudar a educar a tu familia y a otras personas en tu grupo de amigos. Es importante derribar el estigma y eliminar la discriminación para que las personas que necesitan ayuda la busquen y tengan una vida plena.
Desgraciadamente ya existen suficientes barreras por la falta de cobertura por muchos de los seguros médicos. El estigma es otra barrera que debemos derrumbar. En algunos países del tercer mundo el gasto anual en salud mental por persona es de sólo 25 centavos de dólar. Mientras tanto, existen algunas organizaciones gubernamentales y sin fines de lucro que tratan de proporcionar ayuda. Si vives en Estados Unidos está la organización National Alliance on Mental Illness (NAMI) en el 1-800-950-NAMI (6264) de lunes a viernes de 10 a.m. a 8 p.m. hora del este. O las 24 horas por texto a NAMI 741-741. O puedes recurrir a nuestra sección de recursos en otros países en VidaySalud. Te deseo muy buena suerte.
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