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El regreso a la escuela presenta muchas posibilidades de crecimiento, a nivel social e intelectual, tanto para los estudiantes como para sus maestros. ¡Hay tanto que aprender y tanto que enseñar! Pero junto a todas esas cosas tan positivas, existe también el peligro de contagio de enfermedades, algunas tan comunes como el catarro, y otras tan serias como la neumonía o COVID-19. Los padres, los educadores y los niños tienen que estar alertas y seguir normas tan sencillas como lavarse frecuentemente las manos. ¿Tienes hijos de edad escolar? ¡Sigue leyendo!

Las salas de clases, los maestros, los compañeros de estudio y el reencuentro con los amigos de siempre… Todo eso les espera a tus hijos a la llegada al colegio.  Pero también les esperan gérmenes y bacterias que pueden afectar su salud  y también su desempeño académico. Y más aún: las enfermedades que contraen llegan también al hogar, afectando a otros miembros de la familia.

Los pediatras y los expertos brindan consejos para que los padres y los alumnos puedan evitar cinco infecciones muy comunes en la población escolar. Estás son:

  • Conjuntivitis: es una de las infecciones más comunes y se propaga como la pólvora. Se le conoce comúnmente como el “pink eye”, o el “ojo rojo”,  y produce picazón, ardor, irritación, inflamación y enrojecimiento de la conjuntiva que es la membrana que cubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados. No afecta la vista pero es muy molesta. Si la infección es bacteriana, hay que administrar gotas o ungüentos antibióticos para curarla.  Se puede evitar con el lavado de las manos cuidadoso y frecuente usando jabón y agua tibia.  Los niños deben evitar tocarse o rascarse los ojos, compartir gotas para los ojos, el maquillaje, las fundas de las almohadas, los paños y las toallas.
  • Infección de garganta por estreptococo: esta infección causada por una bacteria provoca inflamación y dolor en la garganta. Es muy contagiosa y se transmite a través del contacto con personas infectadas. Para prevenir la infección, el estudiante debe evitar compartir utensilios, alimentos, bebidas, servilletas o toallas (en la cafetería de la escuela o el gimnasio del colegio) con un niño que ya está enfermo.  Enséñale a tu hijo a taparse la boca cuando tosa, a usar un pañuelo desechable cuando estornude y a no limpiarse con las manos o con la ropa. Si tu hijo contrae la infección debe quedarse en casa para recibir el tratamiento adecuado y regresar solamente cuando el médico lo autorice para no contagiar a sus compañeritos.
  • Piojos: estos parásitos pueden infectar la cabeza, las cejas y las pestañas.  Cualquiera puede infectarse con piojos, y eso no indica necesariamente que la persona tenga mala higiene. Los niños deben evitar compartir peines, cepillos, sombreros y cascos para evitar el contagio. Si notas que tu hijo o hija se rasca continuamente la cabeza, revisa cuidadosamente las hebras de su cabello y su cuero cabelludo para localizar las liendres.  Utiliza un producto comercial (puedes preguntar en la farmacia) generalmente incluye, una aplicación medicada inicial y otra dosis en 2 semanas, que es el período de incubación de las liendres (pero sigue las instrucciones en la etiqueta). Los paquetes también traen un peinecito especial, que se usa para quitar las liendres de las hebras del cabello. Sigue estrictamente las instrucciones del producto y evita utilizar remedios caseros que pueden quemar o irritar excesivamente el cuero cabelludo. Si tienes dudas, consulta con el pediatra.
  • Molluscum contagiousum: es un tipo de sarpullido que afecta la piel, muy común entre niños de uno a doce años. Se transmite por el contacto directo de piel a piel o al tocar objetos infectados con el virus. La manera de evitarlo es lavar cuidadosamente las manos con agua y jabón y evitar que el niño comparta artículos personales, especialmente la ropa o las toallas.
  • Neumonía atípica: está entre las neumonía más comunes en los niños y los adolescentes y la producen las bacterias  mycoplasma pneumoniae y chamydophila pneumoniae. Se propaga por contacto directo con la persona infectada o a través de tos o estornudos que contengan la bacteria. Hay que tratarlas con antibióticos, pero puede evitarse lavándose las manos frecuentemente. Las neumonías también pueden ser causadas por virus (que no responden a antibióticos), por hongos y por otras bacterias.

Presta atención a cualquier cambio en el niño(a), tú lo(a) conoces mejor que nadie, para poder detectar a tiempo cualquier enfermedad:

  • Cambios en el apetito: come muy poco y rechaza los alimentos, incluso sus favoritos.
  • Cambios de conducta: se muestra soñoliento, irritable o cansado.
  • Cambios en el color de la piel u ojos enrojecidos o vidriosos
  • Fiebre: indica la presencia de una infección. El pediatra te ayudará a determinar por qué la tiene, teniendo en cuenta otros síntomas.

Las siguientes medidas también te ayudarán a prevenir los contagios:

  • Enséñale al niño(a) a lavarse bien las manos, especialmente después de ir al baño, después de toser o estornudar y siempre antes de las comidas. Incluye en su mochila un frasco con líquido desinfectante para las manos (generalmente contienen alcohol) o toallitas desinfectantes pre humedecidas para que las tenga disponibles en la escuela en cualquier momento. Los estudios confirman que este hábito tan sencillo reduce significativamente el número de ausencias por enfermedad.
  • Si el niño está enfermo, déjalo en casa hasta que se recupere. Aunque sea inconveniente para los padres que trabajan, es fundamental para evitar el contagio en la escuela. Muchos planteles requieren certificado médico para que el niño se reintegre a clases cuando han adquirido una enfermedad contagiosa. Consulta con la escuela acerca de las normas de salud.
  • Enséñale al niño a no compartir sus toallas ni sus artículos de higiene personal después de hacer ejercicio o prácticas en el gimnasio. Si utiliza las duchas del plantel, ensénale a que use zapatillas de plástico, y a que nunca camine descalzo para evitar que contraiga hongos y otras infecciones.
  • Actualiza las vacunas de tu hijo(a) para que esté protegido(a). Consulta con el pediatra sobre las vacunas o refuerzos que necesita según su edad.

La escuela, las lecciones y las tareas van a ocupar ahora gran parte del tiempo de tus hijos. Para protegerlos y mantenerlos en condiciones óptimas para el estudio, anímalos a practicar unas cuantas medidas de seguridad que deben convertirse en hábitos para que resulten efectivos. ¡Qué tengan un excelente curso escolar, libre de contagios innecesarios!

 

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Imagen: ©Shutterstock / Prostock-studio

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