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Quisieras que tu cutis (la piel de tu cara) se viera tan perfecto y parejo como el de las modelos de las revistas, pero desde hace un tiempo te han brotado unas manchas cafés (marrones) en la piel de la frente y las mejillas que empeoran cuando te expones al sol.  Una de tus amigas también las tiene, pero le brotaron durante el embarazo y ahora no sabe qué hacer para eliminarlas. No se desesperen. Esa condición llamada melasma (en las mujeres embarazadas se llama cloasma), puede mejorarse con el tratamiento adecuado. Pero para empezar, ambas deben protegerse muy bien de los rayos del sol.

El cutis frecuentemente es el reflejo de nuestros hábitos, o de ciertas circunstancias en nuestra vida. Por ejemplo, el melasma, que consiste en la aparición de manchas o áreas de hiperpigmentación en la cara, es un trastorno de la piel muy común, que afecta casi siempre a las mujeres jóvenes y con más frecuencia a las de piel canela. Los hombres pueden tenerlo también pero se ve sólo en un 10% de los casos.  Veamos qué es esta condición y cómo se presenta.

El melasma es una hiperpigmentación de la piel, una mancha oscura de color café o grisáceo que no da ningún otro síntoma (ni dolor, ni picazón, por ejemplo), pero que puede resultar muy molesta a nivel estético ya que afecta principalmente el rostro.

¿Qué produce estas mancha en la piel?

Las causas principales incluyen:

  • La exposición al sol, por lo general sin protección, por eso es más frecuente en climas tropicales.
  • Cambios hormonales, como la fluctuación en los niveles de las hormonas femeninas, el estrógeno y la progesterona. Por eso es tan frecuente durante los embarazos (resulta tan común que lo llaman “la máscara o la marca del  embarazo”).  Cuando aparece durante la gestación se denomina cloasma.
  • Se presenta también en algunas mujeres que toman pastillas anticonceptivas o en las que reciben terapia de reemplazo hormonal durante la menopausia.
  • Lo causa también el uso de productos que irritan la piel y/o que estimulan la producción de melanina (es el pigmento que le da el color a la piel y es el responsable del bronceado).

Las personas con predisposición genética o con historia familiar de melasma tienen más riesgo de padecer esta condición.

Cuando aparece adopta uno de estos patrones:

  • Centrofacial: en el centro de la cara. Es el más común e incluye la frente, las mejillas, la parte superior de los labios, la nariz y la barbilla.
  • Malar:  la parte más protuberante (prominente) de las mejillas
  • Mandibular: en el contorno del hueso de la mandíbula

También hay cuatro tipos de pigmentación asociados con el melasma:

  • Epidérmico: se caracteriza por exceso de melanina en las capas superficiales de la piel (o epidermis).
  • Dérmico: este tipo se reconoce por la presencia de melanófagos (células que se alimentan de la melanina) en la dermis, que es la capa de la piel que se encuentra debajo de las capas superficiales.
  • Mixto: que incluye una mezcla de los dos anteriores.
  • Un cuarto tipo, sin clasificar, que se caracteriza por un exceso de melanocitos en las personas de piel oscura.

Diagnóstico y tratamiento del melasma o cloasma

El dermatólogo (o el médico que es el especialista de la piel), evaluará la piel de tu cara para determinar la profundidad del melasma en tu caso particular. Para eso usará una lámpara que se conoce como lámpara de Wood.  Si es necesario descartar alguna otra condición en tu piel, y lo considera necesario, podría tomar una biopsia (un pedacito de piel bajo anestesia local) para enviarla al laboratorio para que se analice bajo el microscopio. Con la evaluación de la lámpara y/o los resultados de la biopsia (de ser necesario) podrá determinar el tratamiento indicado.

A veces, el melasma puede desaparecer por sí solo si lo desencadenó algo como una elevación hormonal, como el embarazo, o el uso de pastillas anticonceptivas. Si se descontinúan las pastillas, por ejemplo, o al final del embarazo, el melasma se puede ir desvaneciendo con el tiempo. Pero casi siempre hace falta ayuda adicional.  Las formas de tratamiento más comunes del melasma incluyen:

  • Lo primero y lo más importante, dentro de lo posible, es evitar la exposición al sol y usar siempre una crema de protección solar y/o sombreros y gorras cuando estés en exteriores. Usa una crema con protector de FPS (factor de protección solar) de 30 o más, que debes aplicarte diariamente, idealmente 20 minutos antes de salir de tu casa.
  • La aplicación de cremas a base de hidroquinona (HQ) al 2% de venta libre (Esotérica y Porcelana), o al 4% por receta (Obagi Clear, Glyquin, Tri-Luma y Solaquin).  Las cremas al 2% se aplican dos veces al día sobre las manchas oscuras y son, por lo general, muy efectivas y menos irritantes que las cremas al 4%. Este tipo de tratamiento se recomienda en todos los tipos de melasma, pero el tipo epidérmico responde particularmente bien, ya que la pigmentación está más cerca de la superficie de la piel.
  • En caso de melasma que sea más profundo y/o severo se puede emplear una combinación de cremas que contengan tretinoina (ácido retinoico), ácido kójico y ácido azelaico para aclarar el colorido del cutis. El uso de estas cremas durante mucho tiempo puede ocasionar irritación en la piel. Siempre sigue cuidadosamente las instrucciones del envase o del dermatólogo.
  • En algunos casos se recomienda cremas con esteroides tópicas (que se aplican en la piel de la cara), la exfoliación química con ácido glicólico.
  • El melasma también puede tratarse con rayos láser para eliminar la pigmentación oscura, pero el tratamiento con láser no resulta efectivo en todos los casos. En algunos hasta los empeora por lo que deben aplicarse con mucha precaución y siempre por un dermatólogo.

Cualquiera que sea el tratamiento seleccionado y mientras éste dure, debes evitar la exposición el sol. Las mujeres embarazadas y las que están amamantando deberán posponer el tratamiento para evitar riesgos relacionados con el desarrollo del feto o del recién nacido. En esos casos, es necesario recurrir a las bases y a los correctores cosméticos para emparejar el cutis hasta que se pueda utilizar un tratamiento efectivo.

Con disciplina en el tratamiento y evitando la exposición al sol tendrás las mejores posibilidades de que la piel de tu cara regrese a su coloración original. Finalmente recuerda que esta condición no es un problema médico, es una cuestión cosmética, a pesar de que algunos le llaman manchas hepáticas o del hígado. Cuida tu cutis con esmero para que puedas ofrecerles a todos tu mejor cara.

 

Ultima revisión: 2017

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Imagen © iStock / 4FR

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