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Alt text imagen: niños ansiosos y ansiedad infantil

Hoy en día, escuchar sobre el aumento de la ansiedad entre adolescentes ya no sorprende a nadie. Sin embargo, lo que quizás no sepas es que sus raíces podrían empezar mucho antes, incluso antes de nacer. Esta sorprendente hipótesis la sostienen los investigadores Mark Hanson y Peter Gluckman, quienes publicaron recientemente un estudio en Science.

La ansiedad infantil: una alarma primitiva que persiste

La ansiedad no es un fenómeno moderno. De hecho, estos investigadores explican que se trata de un mecanismo evolutivo profundamente arraigado que nos mantenía alerta ante amenazas en tiempos antiguos. Esta alarma interna resultaba crucial para la supervivencia. No obstante, hoy en día este sistema puede activarse aun cuando no existen peligros reales, provocando ansiedad desadaptativa.

El entorno prenatal y su impacto en el cerebro infantil

Durante el embarazo, factores como el estrés materno o un entorno poco favorable pueden alterar el desarrollo del cerebro del bebé. Según el estudio, el cerebro se programa para esperar un entorno hostil, lo que puede desencadenar una respuesta ansiosa desproporcionada ante desafíos comunes de la vida diaria.

El Dr. Alberto Ortiz Lobo, psiquiatra del Hospital Universitario La Paz de Madrid, sostiene en declaraciones al Science Media Center de España que “los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo emocional. La carencia de vínculos seguros y el mal cuidado infantil favorecen la aparición de problemas emocionales en la adolescencia”.

¿Aumentó la ansiedad por la pandemia?

Es razonable suponer que la pandemia de COVID-19 haya elevado los niveles de ansiedad en niños y adolescentes. Sin embargo, el estudio de Hanson y Gluckman revela que el aumento fue modesto, lo cual sugiere causas más profundas y persistentes.

El technoference: un enemigo silencioso

Otro factor relevante en el incremento de niños ansiosos es el technoference, o la interferencia tecnológica. El uso excesivo de dispositivos móviles por parte de los adultos reduce la calidad de la interacción con los niños, un aspecto fundamental en su desarrollo emocional.

Ansiedad infantil y su impacto social a largo plazo

La acumulación de ansiedad infantil podría no solo afectar a los individuos, sino también tener consecuencias sociales más amplias. Este estudio advierte que generaciones ansiosas pueden ser más proclives a buscar líderes autoritarios que prometan estabilidad.

La importancia de la intervención temprana

La solución no radica únicamente en mejorar la educación formal. Se necesita implementar políticas públicas que apoyen a las familias desde el embarazo, fomentando un ambiente saludable para el desarrollo integral del niño.

La hipótesis en debate: perspectivas de expertos

El Dr. Luis Valero Aguayo, catedrático de la Universidad de Málaga, comenta que “el artículo presenta una hipótesis interesante, pero aún falta evidencia empírica robusta. Aunque es aceptado que los factores ambientales modifican la expresión genética, no hay estudios longitudinales que demuestren directamente este vínculo”.

Este experto también apunta hacia factores sociales contemporáneos: sobreestimulación tecnológica, presión educativa, comparaciones en redes sociales y sobreprotección parental.

La necesidad de una perspectiva integral

Desde otro enfoque, la Dra. Maite Garaigordobil, catedrática de la UPV-EHU, afirma que “el artículo es valioso al combinar biología evolutiva, neurociencia y análisis social. Aboga por políticas públicas integrales que promuevan un entorno seguro desde el embarazo”.

Subraya también la necesidad de reducir las desigualdades sociales que amplifican el riesgo de ansiedad infantil.

Conclusión: invertir en la infancia es invertir en el futuro

El estudio plantea que para disminuir la creciente ola de niños ansiosos es vital comenzar desde los primeros momentos de vida. Crear entornos prenatales seguros, fomentar vínculos afectivos sólidos y minimizar el technoference son estrategias esenciales para un futuro más equilibrado y resiliente.

Preguntas frecuentes

¿Por qué ha aumentado la ansiedad en niños y adolescentes?
Diversos factores, como el estrés prenatal, la falta de interacción de calidad y los cambios sociales y tecnológicos, influyen en el incremento de la ansiedad infantil.

¿El COVID-19 es responsable del aumento de niños ansiosos?
Aunque la pandemia afectó la salud mental, el estudio señala que el aumento de la ansiedad es un fenómeno previo y más complejo.

¿Qué es el technoference y cómo afecta a los niños?
El technoference es la interrupción de las interacciones humanas por el uso excesivo de tecnología. Disminuye la calidad del vínculo adulto-niño, afectando su desarrollo emocional.

¿Cómo puede prevenirse la ansiedad infantil?
Promoviendo entornos afectivos seguros desde el embarazo, políticas de apoyo a familias, y limitando el uso de tecnología en presencia de los niños.

¿Cuál es el rol de las políticas públicas en esta problemática?
Es crucial que las políticas de salud, educación y bienestar social trabajen de manera conjunta para intervenir desde la primera infancia.

¿La ansiedad infantil tiene consecuencias sociales?
Sí, podría derivar en generaciones más susceptibles a buscar seguridad en líderes autoritarios, afectando la estructura social futura.

Por Karla Islas Pieck
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Imagen: ©Shutterstock / Maria Symchych

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