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Es probable que te hayas hecho esta pregunta muchas veces con la idea de evitar a toda costa el ir al dentista. Estas visitas son temidas por mucha gente, pero en realidad son necesarias para tener una buena salud oral. ¡No tengas miedo! El visitar a tu dentista es importantísimo para tener una sonrisa sana y radiante. Aquí te contamos qué esperar durante una visita al consultorio odontológico y en qué consiste una evaluación o revisión dental.

Si año tras año dejas a un lado tu visita al dentista como algo que harás en el futuro, es hora de que reconsideres. Tal vez no quieras ir a ver a tu dentista porque te dan miedo las agujas y el ruido de la máquina. Pero ¡no le temas! Hoy en día los profesionales de la salud oral tienen tantas herramientas a su disposición, que junto con su profesionalismo, te garantizan una visita con las menores molestias (dolores) que sean posibles. Además, ¿cómo sabes qué te va a hacer el dentista si no vas a verlo? Esos miedos pueden estar haciendo que retrases una visita muy importante que te puede ahorrar muchos dolores de muelas.

¿En qué consiste una evaluación o revisión dental?

Una evaluación dental le permite a tu dentista examinar toda tu boca, incluyendo tus labios, tus encías, tu lengua, tus dientes y los huesos que sirven de soporte a tus dientes. Además, durante esta revisión tu dentista puede chequear si hay caries (picaduras), placa bacteriana o si tu encía está en buenas condiciones de salud.

¿Con qué frecuencia debes visitar al dentista?

Se recomienda que vayas 2 veces al año. La primera visita al dentista de los niños pequeños debe ser antes de que cumplan los 3 años de edad.

¿Qué pasa durante la visita al dentista?

Si es la primera vez que vas, tendrás que llenar un cuestionario con preguntas acerca de tu historia médica. Esto se debe a que algunos procedimientos dentales se hacen de diferentes formas de acuerdo a ciertas condiciones de salud, por ejemplo, si eres alérgico a ciertos antibióticos, o si tienes algún problema del corazón, una válvula cardíaca, un problema de coagulación, etc. El dentista u odontólogo también debe saber si tienes alguna condición médica crónica (como diabetes), ya que esto puede afectar el contenido bacteriano de la saliva y la salud de tu boca en general.

El dentista examinará tu cara y los ganglios debajo de la mandíbula para ver si están hinchados, lo cual indica alguna infección. También revisará tu mordida, utilizará un espejo para examinar tu lengua y otros tejidos blandos que se encuentran en tu boca. Con un instrumento puntiagudo llamado explorador, el dentista examinará diente por diente en busca de caries y para determinar si hay rellenos o coronas.

Para ayudarse, el dentista podría, en la primera visita sacar unas radiografías o rayos X para ver en detalle cómo están tus dientes. Los rayos X permiten ver si hay caries, destrucción del hueso y otros problemas que requieran tratamiento. Además, las radiografías permiten ver la posición de los dientes, y le indican si es necesario hacer alguna corrección.

Para examinar si tienes gingivitis o periodontitis (enfermedad de las encías) el odontólogo utiliza un instrumento para medir la distancia de los espacios –si los hay- entre las encías y los dientes. Las encías rojas e inflamadas (hinchadas) y que sangran, indican que puedes tener gingivitis o periodontitis.

El dentista te preguntará sobre tus rutinas de limpieza, ya que la higiene oral se refleja en la cantidad de placa o cálculo (sarro) que hay en tus dientes. Si no tienes caries ni otras enfermedades en tu boca y en tus dientes, el especialista te hará una limpieza profesional.

¿Por qué es importante hacerse una limpieza profesional por lo menos dos veces al año?

La limpieza profesional se refiere a aquella que no haces en casa con el cepillo de dientes, la seda dental y el enjuague bucal. Implica una visita al consultorio odontológico, porque es más profunda. Este tipo de limpieza profesional es recomendable para mantener una buena salud de los dientes y de las encías. El objetivo principal es remover la placa bacteriana — la materia suave que se acumula alrededor de tus dientes y de tus encías — y el cálculo o sarro, la materia dura que se forma cuando la placa no es removida mediante el cepillado y el uso de la seda o hilo dental. El cálculo o sarro se remueve con un instrumento filoso. Luego, tus dientes son “pulidos” con una sustancia no abrasiva. De ahí saldrás con una sensación de frescura y una sonrisa renovada.

Espero que ahora que ya sabes un poco más acerca de qué consiste una visita al dentista, no sigas dejándola a un lado. No tengas miedo, visitar a tu odontólogo regularmente, es la mejor manera de prevenir y tratar cualquier problema que tengan tus dientes. Además, no sólo se trata de lucir una sonrisa hermosa, que es importante, se trata que sea sana ¡Apuéstale a tu salud oral!

 
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Imagen © iStock / BraunS

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