En las amígdalas o anginas, muchas veces sin darnos cuenta, se generan unas pequeñas piedritas blanquecinas conocidas como cálculos amigdalinos o tonsololitos. Esta formación es más común de lo que parece, pero de la que se habla muy poco. No te preocupes, a pesar de su nombre complicado estas piedritas generalmente solo producen mal olor o molestias y son sencillos de retirar. En este artículo exploraremos un poco más sobre los tonsololitos, como se forman y como los puedes tratar.
Popularidad al alza
Alejandra estaba un día en la pandemia revisando TikTok cuando se encontró con videos que se estaban haciendo virales (no los repitan en casa), estos mostraban a personas que descubrieron entre medio de sus amígdalas (anginas) pequeñas piedritas. Al ir a mirarse al espejo ella se dio cuenta que también las tenía. Pero ¿qué son?
De acuerdo al dentista de República Dominicana, Juan Manuel Aragoneses, los cálculos amigdalinos o tonsololitos son pequeñas masas de calcificación que se acumulan en las amígdalas que tenemos detrás de la boca, las adenoides y otras por debajo de la lengua. “Los podemos encontrar en pacientes entre los 20 a 68 años principalmente, siendo las mujeres la que lo presentan más”, agrega. Se estima que 1 de cada 10 personas en el mundo tiene algún tipo de tonsilolitos.
No suponen un peligro
Las amígdalas son parte del sistema inmunológico, donde se ‘entrena’ a muchas de las células defensivas. Las amígdalas están en una posición totalmente en contacto con el aire que respiramos y lo que comemos; logrando que las nuevas células puedan diferenciar los tipos de patógenos que pueden afectar. Esto puede causar algunos problemas técnicos:
Lo que mayoritariamente afecta a los pacientes con tonsololitos es que pueden desprender un fuerte olor. La mayoría del mal aliento (halitosis) sin causa aparente puede que se deriva de estos cálculos que en muchas ocasiones pasan desapercibidos hasta que una revisión otorrinolaringológica o en el dentista se descubran.
¡Cuidado con manipular las amígdalas!
Por la posición en la que están las amígdalas es muy peligroso manipularlas, especialmente con objetos externos como palitos, limas o cotonetes. La posibilidad de sangrado es alta. Sin contar que la misma manipulación de las amígdalas puede aumentar los riesgos de infección.
La primera opción es buscar ayuda profesional si se sospecha la presencia de estos cálculos. En la consulta el experto puede recomendar:
Aunque siempre es necesario tener una buena higiene bucal, seguir las instrucciones dentales y mantenernos hidratados. Aún no se entienden las causas o formas para prevenir la aparición de estos cálculos amigdalares, tal como Alejandra que sigue esos pasos y aún así le aparecen de vez en cuando.
Por Carlos Diego Ibáñez
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