Nuestro día a día está lleno de rutinas: despertarnos, el camino al trabajo, las tareas repetitivas. A veces, sin darnos cuenta, nuestra mente se escapa y entramos en “piloto automático cerebral”. Hacemos, pero no sentimos; percibimos, pero no atendemos. Cumplimos con nuestras obligaciones, pero perdemos la sensación de estar realmente vivos. ¿Qué sucede cuando abusamos de este estado?
¿Qué es el piloto automático cerebral?
¿Qué pasaría si no tuviéramos que hacer todo el trabajo que nos aburre? Esa pregunta es la base de una nueva serie llamada “Severance” o “cercenado”. Lo que proponen es “crear” en nuestro cerebro un alter ego que va a trabajar sin que lo recuerdes. Es decir, vives en un mundo donde no tienes que trabajar, porque otra parte de tu cerebro lo hace por ti.
Dejando las cuestiones morales de lado, lo que sí nos sucede es “el piloto automático cerebral”. Es un estado en el que una persona realiza actividades sin plena conciencia de lo que está haciendo. Se considera una leve de disociación. Suele activarse como mecanismo de defensa frente al estrés crónico, así como la sobrecarga sensorial o emocional.
Para el psicólogo William Ray, de la Universidad del Estado de Pennsylvania, cuando abusamos de este recurso mental,“nos volvemos fantasmas en nuestra propia vida”.
Este patrón puede parecer útil en algunas tareas repetitivas, pero a largo plazo provoca desconexión emocional, pérdida de atención y deterioro del bienestar general.
Señales claras de que estás en piloto automático cerebral
Identificar si has caído en este modo es el primer paso para recuperar tu conciencia plena. Algunas señales comunes incluyen:
- Llegas a lugares sin recordar el trayecto.
- Consumes contenido digital sin retención o memoria.
- Tienes dificultad para describir tus emociones en el momento.
- Sientes vacío emocional incluso en situaciones importantes.
- Las personas cercanas te perciben como “distante” o “ausente”.
Estos síntomas reflejan un estado prolongado de desconexión. Que afecta tanto la salud mental como las relaciones personales.
Puedes profundizar en estos artículos sobre el estrés y la atención.
Cómo las redes sociales fomentan la desconexión mental involuntaria
La constante exposición a reels, Tiktoks, memes genera “microdosis de dopamina”. Esto nos mantiene atrapados, consumiendo sin fin y sin darnos cuenta del tiempo. Lo que a la larga reduce la capacidad de concentración y favoreciendo la disociación leve.
Los jóvenes que han crecido hiperconectados muestran mayor propensión a esto. Además que disminuye el desarrollo de la autorregulación emocional y la atención sostenida.
Por ejemplo, al realizar una tarea escolar, es común que no recuerden qué hicieron. Ya que seguro estaban con muchas ventanas abiertas. Esto a la larga afecta su rendimiento académico. Y sin contar su capacidad de conectar con su entorno y consigo mismos.
La inteligencia artificial, ¿al rescate?
Herramientas de inteligencia artificial pueden resultar útiles. Pero también incrementan el riesgo de caer en el piloto automático cerebral. Ya que transferimos a la IA la responsabilidad de pensar por nosotros. Así nuestra mente deja de ejercitarse. Incluso podemos pasar por alto evidentes errores.
Entramos en piloto automático incluso antes de teclear la primera palabra. Ya que corregimos, validamos y damos “ok”. Pero, ¿cuestionamos si ese resultado nos representa de verdad?
¿Por qué es tan perjudicial vivir en piloto automático cerebral?
Ya entendemos las consecuencias en la mente. Para el psicólogo William Ray también tiene un impacto profundo en el plano emocional y social:
- Se pierden momentos de conexión real. No se disfrutan abrazos, bromas o ideas porque no se está realmente presente.
- Se generan malentendido. Cuando respondemos sin atención, se pueden herir emociones o se crean frustraciones.
- Las emociones no se procesan. Se acumula estrés no gestionado, lo que puede derivar en trastornos como ansiedad o depresión. Intentamos “acallar” la mente desconectando.
- Aumenta el riesgo de error. Puede ser en decisiones laborales o familiares. La desconexión disminuye la calidad del juicio.
Volver a la presencia: estrategias para reconectar
Aquí te presentamos algunas prácticas efectivas:
- Detecta los patrones. Haz un registro mental de cuándo y dónde sueles “desconectarte”. Pueden ser ciertas apps, momentos del día o tareas específicas.
- Realiza pausas conscientes. Practica el “anclaje sensorial”. Identifica cinco cosas que ves, cuatro que oyes y tres que hueles. Esta técnica te regresa al presente.
- Establece rituales sin pantallas. Comer sin teléfono, jugar con tus hijos o simplemente leer por placer sin interrupciones. Seguro te ayuda a reconectar contigo mismo.
- Coordina la carga mental en familia. Compartirla reduce el estrés y evita caer en el ciclo de automatismo.
- Fíjate en lo que haces: Antes de tomar decisiones automáticas, pregúntate: “¿Estoy presente en esto?”. Esta simple reflexión puede cambiar tu día.
Vivir en piloto automático cerebral puede parecer inevitable, pero no lo es. Cada instante que recuperas de la desconexión mental te acerca a una vida más plena. Es momento de bajarte del tren de la inercia digital y reconectar. Especialmente con tu entorno, tus emociones y tus seres queridos. Dejar que el cerebro funcione sin vigilancia es un lujo que pagamos. Y con nuestra conexión más valiosa: la que tenemos con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
Preguntas frecuentes
¿Qué provoca el piloto automático cerebral? Estrés constante, sobrecarga mental, y exposición excesiva a estímulos digitales.
¿Cómo afecta este estado a mis relaciones? Disminuye la empatía, dificulta la comunicación y crea distancia emocional.
¿Es lo mismo que disociación? No exactamente. El piloto automático cerebral es una forma leve de disociación. Pero no cumple los criterios clínicos de un trastorno.
¿Pueden los niños también vivir en piloto automático? Sí, especialmente los que usan pantallas desde edades tempranas.
¿Qué puedo hacer si ya estoy en ese estado? Adoptar hábitos de atención plena. Partiendo por reducir el uso de tecnología. Si el problema persiste, busca ayuda profesional.
¿Cómo diferenciar una rutina saludable de un estado automático? La diferencia clave es la conciencia: si estás consciente de lo que haces, es rutina; si no, es piloto automático.
Por Carlos Diego Ibáñez
© 2024 Hispanic Information and Telecommunications Network, Inc (HITN). All rights reserved.
Imagen: ©Shutterstock / simona pilolla 2