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  • El consumo de alcohol durante la fiesta altera la producción de hormonas relacionadas con la saciedad y el hambre. Es la razón por lo que al cabo de unas horas de haber terminado la fiesta te entran muchas ganas de comer algo dulce, con proteínas y grasas, aunque tu cuerpo realmente no lo necesite.
  • Además del alcohol, el gasto de energía por bailar, reír y estar algunas horas en ayuno pueden explicar esa hambre irrefrenable que aparece al volver a la casa. Aunque nuestro cuerpo nos pida energía no deberías caer en las ganas de comer algo altamente calórico, opta mejor por un alimento rico en fibra y que sea saludable, así la resaca será menos fuerte.
  • Para manejar el hambre irrefrenable post-fiesta de manera saludable debes planificarte previamente. Prepara los snacks que comerás a la vuelta, intenta mantenerte hidratado y busca reducir el consumo de alcohol. Así podrás reducir el peligro de comer alimentos poco saludables.

Quizá esto te ha sucedido: sales a comer con amigos, luego te vas de fiesta. Al volver a tu casa sucede lo inevitable: te aparece un deseo insaciable de comer algo rico. ¿Te sientes identificado? Bueno, no estás solo, en este artículo te explicaremos las razones detrás del hambre post-fiesta que, si hay consumo de alcohol involucrado, tiene un nombre en inglés: los ‘drunchies’.

La fiesta y el hambre

Nuestro cerebro no es infalible. Quizá has podido ganar un buen control de tu hambre e incluso tu alimentación intuitiva  está calibrada a tu estilo de vida y lo que te gusta comer. Sin embargo, luego de beber alcohol y salir de fiesta es común que nos entren antojos de comidas ricas en proteínas, carbohidratos y especialmente grasas. Algo como una hamburguesa, pizza, algunas papas de bolsa o pedir comida rápida. Este fenómeno tiene explicación:

El alcohol reduce la función normal de muchos procesos endocrinos […]. Uno de los principales es el que se relaciona con la señalización de energía estomacal e insulina en el páncreas; lo que se traduce en mayor sensación de hambre a las horas de haberlo consumido” apuntaba el Dr. Martin  J. Ronis, miembro del centro de investigación del alcohol en la Universidad de Luisiana en Nueva Orleans, en un congreso de la Sociedad Internacional para la Investigación en Alcoholismo. Es decir, al consumir alcohol tu cuerpo experimenta cambios que se traducen que sientas hambre aunque no lo tengas. Veamos:

  • Aumenta la hormona ghrelina: Esta hormona es sintetizada por el estómago para aumentar el metabolismo de energía. Es decir, se produce mayor apetito. Por eso, aunque hayas comido (y bebido) alimentos ricos en energía durante la fiesta, al tiempo tu cuerpo sigue creyendo que le falta energía y siente más hambre de lo habitual.
  • Se reduce la leptina. Esta es la hormona que le señala al cuerpo que te sientes lleno. Entonces, al reducir sus niveles, rápidamente vas a sentir que no has comido nada y tu estómago está vacío, cuando probablemente no sea así. Lo que lleva a la necesidad de comer grasas y proteínas que produzcan saciedad.
  • Alteración del metabolismo de la glucosa. El alcohol al parecer no permite que se libere la hormona GLP-1, muy de moda actualmente  como tratamiento médico debido a que está relacionada con la saciedad y la producción de insulina presente en la sangre. En relación al hambre, la inhibición de esta hormona le dice al cuerpo que falta energía y debemos recuperarla comiendo algo con azúcar o almidón.

Junto a eso el alcohol afecta el sistema nervioso central, en diversas áreas, siendo una de ellas las relativas al hambre y saciedad. Bueno, además si en la fiesta bailaste, reíste y llegas casi al amanecer es evidente que tu cuerpo ha perdido mucha energía y necesitas reponerla.

¿Cómo manejar esa hambre?

Ahora que conocemos las razones detrás de los ‘drunchies’ como le llaman en Estados Unidos, veamos algunas estrategias para manejar la sensación y así no se comprometa tu bienestar:

  • Hidratación: El alcohol produce deshidratación, lo que puede llevar a mayor ganas de comer. Durante las fiestas y al llegar a tu casa mantente tomando agua. Eso también puede ayudar a la sensación de hambre y reducir la resaca.
  • Elegir alimentos saludables: La fibra es un alimento que rápidamente lleva a la sensación de saciedad. Por lo que elije alimentos como las frutas, verduras y semillas. En relación a la necesidad de grasas, puedes optar por el yogurt natural y el aguacate en una tostada. Piensa que si te levantas con resaca, la comida altamente calórica te sentará pesado al día siguiente.
  • Moderar el consumo de alcohol: Si controlas lo que tomas evidentemente también reducirás el hambre post-fiesta. Durante la fiesta alterna con agua, opta por bebidas ligeras por sobre aquellas con mucha azúcar y nunca bebas con el estómago vacío, ya que se intensificarán los procesos mencionados previamente.
  • Planifícate: Si siempre te sucede lo mismo, entonces prepara tu refrigerador con aquello que comerás al volver de la fiesta. Prepara ese refrigerio y así no tendrás que recurrir a opciones menos saludable.

En síntesis, si tomas alcohol, bailas, te ríes y disfrutas es normal que tengas hambre luego de irte de fiesta. Intenta que las fiestas no deberían generarte efectos negativos, con un poco de planificación y conciencia la fiesta puede volver a repetirse. Ahora, si tienes problema con el alcohol puedes hablar con un profesional de la salud. El primer paso siempre es aceptar lo que vivimos.

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / Roman Zaiets

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