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  • Un nacimiento implica cambios en la casa, especialmente si es tu primer hijo
  • Planifica con tiempo
  • La seguridad es fundamental
  • Aspectos como el almacenamiento, la organización de las comidas o los objetos de aseo también son importantes
  • Recuerda reservar espacios de relax, es imprescindible que descanses

El nacimiento de un bebé es una de las mayores alegrías en la familia. En Estados Unidos se producen unos 10.000 nacimientos al día.

Un nuevo miembro en casa supone cambios en el hogar, especialmente si la niña o el niño es el primero. Cada domicilio es diferente, pero seguro que te son útiles muchos de ellos. Planifica la llegada del bebé con tiempo para que la experiencia de convivir con él o ella los primeros meses sea inolvidable.

  • En la habitación del bebé: necesitas una cuna segura, con ropa de cama. Deben evitarse, en los primeros meses, mantas y almohadas.
  • Espacios de almacenamiento: necesitarás lugares, como armarios y altillos, para guardar diferentes accesorios y ropa del bebé.
  • Cambiador: es muy útil. Recuerda disponer, de manera ordenada, de pañales, toallitas y crema para evitar erupciones en la piel. Y un cesto o tacho para tirar los artículos que se ensucien.
  • Bañera: colócala, si puedes, junto al cambiador. Debe cumplir los estándares de seguridad. Jamás dejes al bebé sin control en el agua, ni aunque sea un momento.
  • Tejidos resistentes: será habitual que la ropa, las paredes o los sofás se manchen con salpicaduras, dibujos o vómitos. Apuesta por tejidos y materiales que sean fáciles de sustituir y lavar.
  • Ten a mano ropa cómoda: es importante que estés confortable y que te sirva tanto para estar en casa como para salir a pasear. Es importante que tengas varias mudas.
  • Semanas antes del nacimiento llena el refrigerador de productos que tarden en caducar. Y cocina y congela comidas para facilitarte la vida los primeros días.
  • Reserva un espacio en el que puedas descansar, lo ideal es que sea cercano al cuarto del bebé.
  • Si tienes espacio, dedica una zona de juegos con una estera o alfombrilla.
  • La temperatura es clave para que todos puedan descansar: revisa previamente que los termostatos, estufas, aires acondicionados y ventiladores funcionan adecuadamente y no suponen un peligro.
  • Luces suaves: si puedes graduarlas, ayudará a que el ambiente sea más cómodo.
  • Seguro de salud: en función de la cobertura sanitaria que tengas, puede serte útil.

La seguridad es clave:

  • Protege los enchufes, los cables eléctricos y de cortinas y las esquinas de mesas bajas.
  • Vigila que los muebles sean estables y no puedan volcar. De lo contrario, asegúralos o ánclalos en la medida de lo posible.
  • Cierra con llave, si no están en altura, los armarios de la cocina y el cuarto de baño en los que guardas los productos de limpieza y belleza, así como las medicinas.
  • Coloca puertas de seguridad en escaleras, escalones, balcones, ventanas y en las habitaciones en las que el bebé pudiera correr peligro. Debes cubrir cualquier hueco de más de 10 centímetros (4 pulgadas).
  • Usa pinturas que no sean tóxicas.
  • Compra juguetes que tengan certificaciones de seguridad y sin piezas pequeñas.
  • Coloca retenes y topes en la puertas para evitar el riesgo de que el bebé se quede encerrado. Es recomendable que sean de colores neutros para que no los confunda con juguetes.

En un próximo artículo te daremos consejos para adaptar tu casa según te vas haciendo mayor.

Por Javier Granda Revilla
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Imagen: ©Shutterstock / antoniodiaz

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