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  • El uso de las redes sociales por parte de los jóvenes, que aún no tienen la madurez psicológica suficiente, puede tener un efecto en su salud mental.
  • Las redes sociales pueden servir de apoyo a los jóvenes para conectar con personas que compartan los mismos intereses, identidades y habilidades.
  • Uno de los riesgos que conlleva el uso de redes sociales por parte de los adolescentes es que se perpetúa la búsqueda de la validación por parte de otras personas, los que aumenta los riesgos de depresión y de adicción.
  • Hay una relación directa entre el uso excesivo de las redes sociales y los problemas de sueño.

Prácticamente todos los jóvenes en Estados Unidos usan las redes sociales, sin embargo, no tenemos la suficiente evidencia para asegurar que sean lo suficientemente seguras para ellos”, es una de las conclusiones del aviso publicado por del Cirujano General estadounidense, el Dr. Vivek H. Murthy. Las redes sociales han entrado a la vida de todas las personas pero, según señala el documento, en la población joven sin la madurez psicológica suficiente, pueden tener un impacto profundo en la salud mental y bienestar general, con beneficios y perjuicios.

Las redes sociales son una parte importante de la vida de los jóvenes, aplicaciones como Instagram, TikTok, YouTube, WhatsApp y otros, pueden resultar indispensables para ellos. El aviso del departamento de salud lo sintetiza así:

  • 95% de los jóvenes de entre 13 y 17 años utilizan alguna red social; un tercio lo usa todo el día. 
  • Adolescentes que usan más de 3 horas diarias las redes sociales duplican su riesgo de tener una pobre salud mental, con síntomas de depresión y ansiedad. En 2021 el promedio de uso en niños de 13 a 17 años era de 3.5 horas.
  • En relación al impacto en la imagen corporal de los jóvenes entre los 13 y 17 años, la mitad dijo que los hacía sentir peor, y el resto se dividen entre que no les afecta o los hace sentir mejor.

¿Todo es malo?

Es muy tentador pensar que las redes sociales tienen solo desventajas, pero eso no sería correcto. Ya lo señala el documento, existen muchos beneficios que han sido demostrado en investigaciones:

  • Para aquellos grupos que en ‘la vida real’ se sienten marginados (por su etnia, interés sexual, género, entre otros), las redes sociales han sido lugares de oportunidad para interactuar y tener apoyo. 
  • En una investigación se reportó que en un grupo de adolescentes afroamericanas más de la mitad se sentían más aceptadas en su vida, 7 de 10 menciona que tienen alguien que les apoya en los momentos difíciles y que pueden tener un lugar para mostrar su lado creativo.
  • El 80% de los jóvenes reporta sentirse más conectados con lo que sucede con las vidas de sus amigos.

Es clave reconocer el beneficio social que tiene para esta generación adolescente. Esta les hace mucho más sencillo poder construir una identidad, crear espacios de auto expresión, y tener un abanico mayor para mantener y conocer amistades. Esto es posible si tenemos un adecuado control digital. 

El lado complejo

En la presentación de su libro, ‘Morbo mentis: La enfermedad mental a través de 11 historias reales’, el psiquiatra y ex director del servicio de Psiquiatría del Hospital de Sant Pau en Barcelona, Dr. Enric Álvarez, menciona que en la pandemia se extendió la necesidad del contacto social y solo fue posible conseguirlo a través de las redes sociales.

El presidente de la academia americana de los médicos de familia, Dr. Tochi Iroku-Malize, señala en su perspectiva sobre el aviso publicado que, aunque “las redes sociales pueden ser una poderosa herramienta para la conexión, pero pueden llevar a sensaciones aumentadas de depresión y ansiedad”; por su parte el director ejecutivo de la asociación americana de psicología, Dr. Arthur Evans, Jr, apunta que “la investigación psicológica muestra que la maduración de cada joven va a distintas velocidades, siendo algunos más vulnerables que otros a los contenidos y características de las redes sociales”.

El alcance que se ha logrado detectar de las redes sociales es resumido en dos puntos:

  • Cuando el cerebro se está formando, que sucede principalmente en la niñez y adolescencia temprana, la presión social, las opiniones de los otros y las comparaciones con los otros, pueden generar un efecto enorme en la autovaloración personal.
  • Es posible que, utilizando las redes sociales sin una guía, los procesos de aprendizaje emocional y del control de los impulsos, puedan verse perjudicados. Esto hace que los adolescentes se centren más de lo recomendado en la sensibilidad a las recompensas y castigos sociales (en esa búsqueda de ser ‘viral’, tener ‘me gusta’, entre otros).

La importancia del trabajo en familia

Aunque no se ha podido entender completamente el real efecto a largo plazo de las redes sociales, que tal como los conocemos llevan un poco más de 10 años, se debe recordar que las redes sociales están creadas para mantener la mayor cantidad de tiempo al usuario. Por lo que:

  • Se ha visto que producen problemas del sueño, por uso hasta altas horas de la noche.
  • Afecta a aprender el concepto del auto control.
  • Se han visto relaciones con el aumento de déficit atencional e hiperactividad.

¿Está todo perdido?

No, pero es clave tomar cartas en el asunto. Por ejemplo, reduciendo el contacto de los niños pequeños a las pantallas, jugar con él y quizá con una mascota, así como controlar las horas de sueño. Además, el artículo del departamento de salud sugiere:

  • Realizar un plan familiar de uso de redes sociales: Aprender a poner límites saludables en el uso en casa. Esto se logra conversando y llegando a acuerdos. Discutir con los hijos los beneficios y riesgos del uso de las redes sociales.
  • Crear una zona y horario en casa que sea libre de tecnología e incentivar las amistades en persona: Demostrar con hechos lo que le pedimos a nuestros hijos. 
  • Reportar todo abuso, explotación o ciberbullying: Si tu hijo sufre algún tipo de acoso por redes sociales o video juegos, debes apoyarle y creer sin juicios, porque quizá no entendía lo que estaba sucediendo. Debes enseñar a los hijos a reportarlo siempre.
  • Hablar con otros padres para poder establecer normas y prácticas compartidas: De esta manera los niños pueden ver que no se les ‘castiga’, sino más bien se está haciendo un uso correcto de las redes sociales.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / New Africa

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