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La batalla contra las caries, la condición crónica infantil más común, comienza desde la infancia y persiste hasta la tercera edad. Una de las armas  para combatirla, la pasta con fluoruro, debe usarse desde el momento que brota el primer diente. Esa es la nueva recomendación de la Asociación Dental Americana (ADA).  ¡Entérate de los detalles!

Como padre, ya sabes que los buenos hábitos que garantizan la buena salud de tus hijos, a corto o largo plazo, deben establecerse desde la infancia. Y la salud de la boca no es una excepción. Considera lo importante que es hacerlo teniendo en cuenta las estadísticas que nos llegan de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés):

  • La caries dental es la condición infantil crónica más común en los Estados Unidos.  Afecta a unos 16 millones de niños quienes pierden unos 51 millones de horas escolares por ese motivo.
  • Los padres a su vez, pierden unos 25 millones de horas laborales al año llevando a los niños al dentista.

Pero esta condición no se limita a un sólo país, ¡es un problema a nivel global! Según el Journal of Dental Research, las caries que no se tratan afectan al 35 por ciento de la población del mundo.

Por suerte, aunque común, la caries puede prevenirse con una buena higiene bucal y buenos hábitos de alimentación.  Al respecto, la Asociación Dental Americana (ADA) ha recomendado desde hace 50 años el uso de una crema dental o pasta dental que contenga fluoruro, a cualquier edad, como una de las formas más efectivas para la prevención y el control de las caries.

Hasta el momento, las recomendaciones para los padres consistían en que los niños menores de 2 años se limpiaran y/o cepillaran los dientes con agua solamente. Y a  partir de los 2 a los 6 años, los niños deberían cepillarse los dientes utilizando  una cantidad de pasta con fluoruro del tamaño de un guisante (o frijol).

Sin embargo,  durante el mes de febrero,  la ADA ha establecido nuevas recomendaciones en relación al uso de la pasta con fluoruro. La idea es… ¡cuánto antes mejor! Exactamente, a la salida del primer diente de leche.  En detalle:

  • Tan pronto como brote el primer diente y hasta los 3 años de edad, los padres deben ayudar y enseñar a sus hijos a limpiarse los dientes o cepillarlos con una cantidad mínima de pasta o dentífrico que contenga fluoruro, el equivalente al tamaño de un grano de arroz. (Cuando son bebés, debes frotar los dientes con un pañito suave. A medida que vayan creciendo, puedes ir adiestrándolos en el uso de un cepillo infantil de cerdas suaves).
  • A partir de los 3 años y hasta los 6, la cantidad aumenta al equivalente de una arveja (guisante o fríjol).
  • Estas cantidades, a la vez que combaten las posibles caries, evitan las posibles decoloraciones del esmalte por causa del flúor ( que se conoce como fluorosis dental).

El cepillado diario y el uso de un dentífrico con flúor son un buen paso, pero todavía hay más que hacer. Por ejemplo, evita que el bebé se quede dormido con el biberón en la boca (así lo proteges de la “caries del biberón”).  Además, limita su consumo de caramelos, bebidas azucaradas que ayudan a la aparición de las caries al afectar el esmalte. A la vez, la ADA recomienda que los niños visiten al dentista en cuanto les brote el primer diente y no más tarde de su primer cumpleaños.

Las nuevas recomendaciones, se publicaron en la edición de febrero del medio The Journal of the American Dental Association. Tus hijos y tú pueden ganarle la batalla a las caries si las pones en práctica a partir de hoy y las conviertes en un hábito para que se acostumbren y las realicen todos los días.

 
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