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Entrar a un chat para tener sexo virtual o cibersexo con una persona anónima, se ha convertido en una práctica común entre muchos usuarios de Internet. ¿Hasta dónde afecta la vida sexual fantasiosa, a la vida sexual real? En Vida y Salud te contamos de qué se trata el cibersexo y de su capacidad para volverse un comportamiento adictivo. 

Laura lleva casada 10 años con su marido. Un día, entró a la habitación donde tienen la computadora en casa y lo descubrió masturbándose mientras veía fotos de pornografía y hablaba con alguien en un chat. Por supuesto, Laura quedó en “shock”. No sabía cómo interpretar la situación y se sintió traicionada. Su marido reaccionó diciendo que no era para tanto, y que sólo era cibersexo, es decir, sexo virtual o a través de Internet con alguien a quien él no conoce y a quien, supuestamente, nunca conocerá.

Sin embargo, Laura ya había notado cambios en la vida sexual de los dos. Su marido no parecía muy interesado en tener sexo con ella. ¿Cómo prefería tener sexo fantasioso a través de una computadora?

Esta situación se repite en muchos hogares de parejas estables y trae como consecuencia problemas serios en las relaciones de pareja. El cibersexo ha sido calificado por expertos en el tema como una nueva adicción sexual, es decir, un comportamiento inusual de obsesión con el sexo y un deseo sexual insaciable.  Consiste en entrar a una sala de chat y tener conversaciones sexualmente explícitas con alguien anónimo. Por lo general estas conversaciones describen paso a paso lo que cada persona le haría a la otra si estuvieran teniendo sexo en la vida real.

¿Cuál es el atractivo del cibersexo? Para muchos, el tener sexo virtual o cibernético es la manera más fácil y rápida de obtener satisfacción sexual.  Algunos expertos en el tema han dicho que “el sexo en el Internet es como la heroína”. Se vuelve un comportamiento muy adictivo y puede abarcar la vida completa de quién lo hace y hasta puede llegar a reemplazar los encuentros reales con la pareja.

Aquellos que están completamente enganchados en tener sexo por el Internet, pueden pasar horas y horas al día masturbándose con imágenes pornográficas y teniendo sexo con personas a las que no identifican que simplemente conocen en las salas de chat. Ocasionalmente, estas relaciones sexuales online, pasan a ser relaciones sexuales en la vida real. Es entonces cuando se rompen matrimonios, se acaban noviazgos y se entra en el terreno emocional del problema.

El acceso tan sencillo al Internet hace que cada día crezcan los adictos al cibersexo. Existen casos de personas que hasta han perdido su trabajo por estar teniendo relaciones sexuales virtuales durante horas de trabajo. Muchas compañías controlan estrictamente las páginas web que visitan sus empleados para evitar este tipo de problemas.

¿Quiénes son vulnerables a volverse adictos al cibersexo?

  • Aquellas personas que han sido reprimidas sexualmente y que de repente encuentran un universo infinito de oportunidades sexuales en el Internet, que no implican ni contacto físico ni el involucrarse emocionalmente.
  • Personas inseguras y con baja autoestima recurren al cibersexo porque el hecho de ser anónimos los libera de la carga que implica estar satisfechos con su cuerpo o su forma de ser.
  • Personas que sufren de depresión.
  • Aquellos que atraviesan por una crisis en sus relaciones de pareja.
  • Los que no encuentran satisfactorio el sexo con su pareja estable.
  • Personas obsesionadas con otros comportamientos sexuales enfermizos.

¿Qué les pasa a los adictos al sexo? Las personas que sufren de adicción sexual tiende a ser dominados por pensamientos de sexo que interfieren en sus relaciones personales y laborales. Tanto los hombres como las mujeres pueden ser adictos al sexo. Una característica de los adictos al sexo es que niegan que su comportamiento sea problemático y buscan excusas para justificar su comportamiento.

Tener una adicción al sexo implica comportamientos que, además del sexo virtual o del cibersexo incluyen:

  • Masturbación compulsiva
  • Múltiples romances extra matrimoniales o fuera de la relación estable
  • Múltiples compañeros sexuales o sexo de una noche
  • Atracción desmedida hacia la pornografía
  • Acoso sexual hacia otros
  • Sexo sin protección
  • Exhibicionismo
  • Prostitución o uso de prostitutas
  • Prácticas sado-masoquistas durante el acto sexual
  • Voyerismo
  • Sexo telefónico

¿Existe algún tratamiento para el cibersexo y otras formas de adicción sexual?

¡Desde luego que sí! Por lo general, el tratamiento para las adicciones sexuales se centra en controlar el comportamiento y ayudar a la persona a desarrollar una sexualidad sana. El tratamiento puede incluir educación acerca de cómo tener una sexualidad sana, terapia psicológica o psiquiátrica individual, de pareja o familiar. Además, existen grupos de apoyo y programas de recuperación similares a los que se usan para adictos al alcohol y las drogas. El algunos casos y si el médico así lo recomienda,  se pueden usar medicamentos para atacar el desorden obsesivo compulsivo.

Recuerda que lo primero que se necesita cuando se trata de una adicción, es reconocer que se tiene. Si te encanta el cibersexo o si te ha pasado lo que le pasó a Laura, habla con tu pareja antes de que el problema se te salga de las manos. Pide ayuda y déjate ayudar por tu familia y por especialistas en esta área.  No dejes que algo que debe enriquecer tu vida, como el sexo sano, termine por destruirla.

 

Imagen © iStock / Avid Creative, Inc.

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