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El glaucoma es uno de los peores enemigos de la visión, y para que el tratamiento que lo controla tenga éxito, es esencial que te guíes por algunas reglas básicas.

El glaucoma es un grupo de enfermedades que dañan progresivamente el nervio óptico. Según el National Eye Institute,  una causa del daño al nervio óptico es una presión intraocular (IOP por sus siglas en inglés) más alta de lo normal. El glaucoma puede reducir la visión periférica y si no se atiende a tiempo, puede hasta llegar a causar ceguera. Afortunadamente, existen tratamientos para controlarlo.

Frecuentemente, debido a varias razones ajenas a su voluntad (mala memoria, dificultad para aplicarse las gotas, etc.), los que padecen de glaucoma no siguen el tratamiento de la forma correcta. Sin embargo, para cada problema, hay una solución. Si tienes glaucoma, guíate por estos consejos para que el tratamiento dé buenos resultados:

1. Convierte a tu oftalmólogo en tu mejor aliado

Si se presenta alguna dificultad con el tratamiento, no le ocultes la verdad al especialista, porque si no cuenta con los datos necesarios, no podrá ayudarte. Por ejemplo: ¿te saltas alguna dosis de vez en cuando porque se te olvida? Tal vez pienses que no tiene mayor importancia. Pero la realidad es que sí importa. Saltarse las dosis puede agravar el glaucoma. Habla francamente con tu oftalmólogo sobre ese o cualquier otro problema que te cause dificultad para aplicarte regularmente el medicamento recetado, y pregúntale cuál es el mejor modo de reemplazar una dosis que no te aplicaste. Mientras mejor le expliques lo que te ocurre, mejor podrá ayudarte a diseñar un plan que se adapte a tu estilo de vida.

2. No te apenes si tienes dudas…pregunta. Y en caso necesario, pide ayuda

A muchas personas se les dificulta llevar la cuenta de los medicamentos que necesitan, y cuándo o cómo deben tomarlos o aplicárselos. Empieza por hablar con tu oftalmólogo o tu farmacéutico para que te explique cómo puede afectarte un medicamento, su interacción con otros y sus posibles efectos secundarios. Busca la cooperación de tus familiares y tus amigos si la requieres. Es una buena idea que uno de ellos te acompañe a una visita al oftalmólogo, y así pueda ayudarte a seguir el tratamiento. Tal vez hasta pueda aplicarte las gotas en los ojos.

3.  Dale un empujoncito a tu memoria

¿Por qué algunas personas se saltan dosis de algún medicamento? La razón más frecuente es que se les olvida. ¡Ayuda a tu memoria! Una de las formas más simples de ayudarla es asociar las gotas para los ojos con una actividad que realizas regularmente. Por ejemplo, coloca la botella de las gotas junto a tu cepillo de dientes, o prueba hacer una marca en un calendario cuando te apliques las gotas. ¿Y por qué no aprovechar la tecnología? Fija la alarma de tu teléfono para que suene cuando debes de aplicarte las gotas, y haz que ese momento se convierta en parte de tu rutina diaria.

4. Aprende a aplicarte las gotas

Se sabe que alrededor de un 30% de las personas que utilizan gotas en los ojos para el glaucoma no saben aplicárselas correctamente, y parte del medicamento se derrama fuera del ojo. La técnica más eficaz es la siguiente: sujeta el párpado inferior y hálalo suavemente para formar una especie de bolsillo, que “atrape” las gotas. Cuando el medicamento esté dentro del bolsillo, cierra los ojos (no pestañees) y presiona por dos o tres minutos el punto en que los párpados se unen a la nariz. Así no se desperdiciará ni una gota.

Además, lávate bien las manos antes de aplicarte el medicamento y procura que el aplicador no toque el ojo o el interior de párpado.  Refrigera el envase si así lo especifican las instrucciones. La mayoría de las gotas para los ojos se deben mantener entre los 40 y los 60 grados Fahrenheit (entre 4 y 15.5 grados centígrados).

5. Ten cuidado con tratamientos alternativos como por ejemplo, el uso medicinal de la marihuana

Se ha hablado mucho sobre los efectos benéficos de la marihuana para tratar varias enfermedades, entre ellas el glaucoma. La Academia Americana de Oftalmología recomienda que no sustituyas el medicamento indicado por tu oftalmólogo por la marihuana. Hasta que médicamente no se pruebe otra cosa, las gotas son más efectivas para tratarla.

La única forma de controlar el glaucoma y prevenir la pérdida de la visión es bajar los niveles de la presión ocular, lo que se consigue mediante el medicamento a base de gotas oculares (en los ojos), o la cirugía, según el tipo de glaucoma y su nivel de gravedad. En todo caso, si tienes dudas sobre si usar o no marihuana, consulta con tu oftalmólogo y pídele su opinión.

El glaucoma no tiene cura, y la visión que se pierde por su causa no puede restaurarse después. Pero puede controlarse si se atiende a tiempo y se usan los tratamientos adecuados. De ahí la importancia de que lo controles con las mejores armas. Esto quiere decir que te hagas un examen de los ojos frecuentemente, sobre todo después de los 60 años, y que sigas al pie de la letra el tratamiento que te indique tu oftalmólogo.

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Imagen: ©Shutterstock / metamorworks

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