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Las coronas dentales, por lo general, se hacen en un laboratorio fuera del consultorio del dentista y tardan semanas en estar listas. Sin embargo, esto parece algo del pasado. Hoy en día, existe una tecnología que permite que en menos de una hora, salgas del dentista con tu corona lista.

Si tienes un diente o varios dientes con algún problema ya sea de tamaño, de forma, que ha perdido fuerza o simplemente no se ve bien cuando sonríes, quizá tu dentista te haya hablado de ponerle una corona. Pero no pienses que una corona dental es como la de las reinas y los reyes. Más bien, las coronas dentales se asemejan a una gorra que cubre la porción visible de un diente que ha tenido alguno de los siguientes problemas:

  • Está débil debido a una caries.
  • Está roto o demasiado gastado.
  • Tiene un gran relleno o calza y necesita cubrirse o requiere un sostén adicional
  • Está deformado o ha perdido el color
  • Lo perdiste y en su lugar hay un implante dental

Por lo general, las coronas dentales se hacen de distintos materiales como metal, resina o cerámica. Cualquiera que sea el caso, si el dentista te dijo que era necesario poner una corona, tal vez te imaginaste que tendrías que ir a su consultorio por lo menos dos veces más hasta terminar el procedimiento, pues primero tomaría la impresión de tu diente en cuestión, y luego mandaría esas medidas a un laboratorio para que fabricaran la corona permanente. Y, que mientras tanto, te pondría una corona temporal.

Sin embargo, actualmente, hacer y poner una corona puede tardar menos de una hora. ¿Cómo? No por arte de magia sino gracias a una nueva tecnología conocida como CAD/CAM (por sus siglas en inglés), que significa diseño asistido por computadora y manufactura asistida por computadora.

Esta sofisticada tecnología permite crear la corona mientras el paciente espera en el consultorio del dentista. El proceso, se parece a como se hace tradicionalmente en el sentido de que el dentista adormece el área con anestesia local y luego taladra el diente para darle la forma necesaria para poner la corona. La diferencia es que en lugar de crear una impresión del diente, tu dentista usa una pequeña cámara para crear una imagen tridimensional del diente tallado y al mismo tiempo, un programa de computadora crea la imagen de cómo se verá el diente cuando la corona se ponga en su lugar.

Cada detalle de la forma de tu diente es trasmitido a una máquina que se encuentra en el consultorio del dentista y que hace la corona del material que mejor se ajusta a la apariencia del diente: la porcelana. Finalmente, esta réplica de la imagen creada en la computadora, está lista para que tu dentista te la pegue en el diente en cuestión. El proceso de fabricar la corona toma alrededor de 15 minutos.

¿Te imaginas? Tal vez es la primera vez que saldrás satisfecho y sonriendo del consultorio del dentista. Gracias a la tecnología, las coronas dentales y los implantes dentales se hacen en menos tiempo que un pastel. ¡Vivir para ver!

Imágen © iStockphoto.com / Alexandr Mitiuc

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