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iStock_000011158593XSmall_AlexRathsUna vacuna para eliminar las inyecciones diarias de insulina que deben aplicarse las personas con diabetes tipo 1 está cada vez más cerca de ser realidad. Aquí te contamos los hallazgos recientes que han obtenido resultados prometedores.

Las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyectarse insulina todos los días para el tratamiento de la enfermedad, y cualquier método que logre evitar los molestos pinchazos resulta como un sueño.  Por fortuna, esta ilusión está cada vez más cerca de convertirse en realidad.

Unos investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en Estados Unidos han desarrollado una vacuna para combatir la diabetes tipo 1 y, en estudios con pacientes, han logrado mantener los niveles necesarios para la producción de insulina con una inyección (una vacuna) por semana solamente.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, es decir que por razones que no se comprenden completamente, el propio sistema de defensas ataca a las células beta, pues por error las reconoce como un componente extraño al cuerpo. Las células beta son las que producen la hormona insulina.

Cuando no se produce insulina (como ocurre en el caso de la diabetes tipo 1) el azúcar que se obtiene de los alimentos no puede entrar a las células para proporcionarles energía y se acumula en la sangre. Por eso, quienes tienen diabetes tipo 1 necesitan controlar sus niveles de azúcar (glucosa) en la sangre inyectándose insulina varias veces al día, ¡un método que fue descubierto hace más de 90 años!

En busca de una alternativa para el tratamiento de la diabetes tipo 1, estos investigadores han utilizado modificaciones genéticas para desarrollar una vacuna nueva que sería capaz de contrarrestar selectivamente la respuesta equivocada del sistema inmunológico (de defensas).

En parte, esta vacuna es novedosa porque las vacunas convencionales funcionan estimulando el sistema inmunológico y esta funciona al revés. Es una vacuna basada en el ADN y diseñada para justamente desconectar la parte del sistema de defensa que destruye a las células del páncreas que producen la insulina.

O sea, vamos por pasos. En el cuerpo existen unas células del sistema de defensa que son los linfocitos CD8 que matan a los virus, a las bacterias y que, en el caso de las personas con diabetes tipo1, destruyen a la células beta. La forma como lo hacen es a través del precursor de la insulina, la proinsulina, en la superficie de la célula. Esta vacuna contiene un ADN que incluye una parte del gen que codifica para la proteína proinsulina (la precursora de la insulina) que crea una clase especial de células inmunes que combaten el aumento de linfocitos CD8, que se cree que son los responsables de la destrucción de las células productoras de insulina.

O sea, diseñaron una vacuna que hace que el sistema de defensa ataque el sitio que está atacando a las células beta.

Para probar su eficacia, los investigadores siguieron la evolución de 80 pacientes con diabetes tipo 1 a quienes les aplicaron esta vacuna. Estos pacientes recibieron las inyecciones por vía intramuscular de manera semanal, durante tres meses.

Luego, los investigadores compararon los niveles del péptido C, que es un pedazo de la proinsulina (un precursor de la insulina que permanece en la sangre mucho más tiempo que la insulina, por lo cual es un marcador que indica la cantidad de insulina que el organismo está produciendo), entre los participantes que recibieron la vacuna y los que no la recibieron. Cuanto menor son sus niveles, mayor será la destrucción de las células productoras de insulina. En detalle, analizaron el péptido C antes de la administración de la vacuna y luego, 5 y 15 semanas después de haberla recibido, y a los 6, 9, 12, 18 y 24 meses.

Los resultados, que fueron publicados en el medio especializado Science Translational Medicine, indican que los participantes que recibieron la vacuna pueden haber sufrido menos destrucción de las células beta y tenían mayores niveles del péptido C. Sin embargo, luego de dos semanas de haber suspendido el programa, los efectos beneficiosos empezaron a perder fuerza, por lo que todavía es necesario continuar haciendo más estudios para confirmar los resultados obtenidos. El siguiente paso es realizar el estudio clínico con la vacuna en pacientes por un año y evaluar los resultados.

Y mientras la ciencia sigue buscando nuevas alternativas para la prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 1, recuerda que si padeces la enfermedad, es importante mantener tus niveles de glucosa a raya, para retrasar o evitar las posibles complicaciones.

Imagen © iStockphoto.com / Alex Raths

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